viernes, 27 de junio de 2008

LA MISIÓN DE PABLO


Pongan aquí su tarea en caso de que Agustín no suba su exposición. Saludos. Mañana nos vemos

9 comentarios:

naves dijo...

Misión en transformación.

Capítulo cuatro.

La misión en Pablo: una invitación a unirse a la comunidad escatológica.

Primer misionero y primer teólogo.

La figura del apóstol Pablo siempre ha fascinado los misioneros, el autor se centra exclusivamente en las cartas de Pablo. Romanos, 1 y 2 Corintios, Galatas, Filipenses, 1Tesalonicenses y Filemón; 1 Tesalonicenses fue la primer carta de Pablo, y romanos o Filipenses la última. Toda las cartas escribieron durante los años de servicio misionero de Pablo, después de salir de Antioquia en aproximadamente siete u ocho años, se calcula que lo hizo 15 o 20 años antes que Marcos. “El sabía que Dios lo había enviado al mundo a proclamar el Evangelio, no para contemplar y especular” “por una experiencia inicial le dio una visión nueva del mundo” “hay en ellas algunos puntos difíciles de entender”.

Pablo: su conversión y llamado.

En este punto donde Pablo mismo empezó, siendo un fariseo de fariseos (Galatas 1. 4; Filipenses 3. 4-5) siendo un perseguidor de los primeros cristianos, convencido de que Jesucristo era un engañador. Las referencias suelen ser muy sobrias y sirve únicamente al propósito de superar el origen no humano de su evangelio. En vez de hablar de la “conversión” debemos hablar de su “llamado”. Pablo experimentó un cambio radical de valores, de definición propia y de compromiso. El que quiere seguir a Cristo tiene que morir a la ley, entre otras cosas (romanos 7.4) “su concepto de apostolado se caracteriza por el hecho de haberse convertido y al mismo tiempo de recibido el en cargo del Evangelio y su Comisión a los gentiles” Dios, dice Pablo, “tuvo a bien revelarme a su hijo para que yo lo predicar a entre los gentiles” (galatras 1. 15, 16). Muchos judíos del greco parlantes miraban con desprecio y hasta horas y en el mundo pagano, Pablo surgió de esos círculos; nunca abandonó los puntos de vista e dados de los “helenistai”.”Pablo no volver a ser repudiado por las autoridades de Jerusalén, pero de igual manera es incapaz aceptar que tengan algún derecho a jugar su predicación”
La misión de la Iglesia no tendrá éxito sin la unidad de la Iglesia en la verdad del Evangelio.
La estrategia misionera de Pablo.

Misión a las metrópolis.

En las primeras décadas del movimiento cristiano tenía tres tipos de iniciativa misionera: (1) los predicadores itinerantes; (2) los cristianos judíos de habla griega que emprendieron una misión a los gentiles; y (3) los misioneros cristianos Judaizantes. La visión misionera de Pablo Escobar, por lo menos en términos del mundo conocido por él “nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos” (romanos 13. 11) (15. 23) “ahora que ya no me queda un lugar donde trabajar, “para notificar sobre fundamento ajeno” (romanos 15. 20). Sería una mala mayor dormía ir a lugares donde ya han sido evangelizados por otros.

Pablo y sus colegas.
Pablo tiene que ver con su manera de valerse de sus asociados. Concibe su misión siempre en función de la Iglesia.

La conciencia apostólica de Pablo.

Se presenta como un modelo a ser imitado, no sólo por sus colaboradores, sino por todo cristiana “ustedes se hicieron imitadores nuestros y del señor” (1 Tesalonicenses 1. 6); y con su propio comportamiento, demostrar lo que enseñaba. A través de su ministerio, Dios está llamando a personas al reino divino y a su gloria. “golpeó mi cuerpo y lo domino, no sea, después de haber predicado a otros, yo mismo que de descalificar” (1 Co. 9. 27)”que basta con mirarse, pues ni poder se perfecciona en la debilidad” (2 Co. 12.9) “porque cuando soy débil entonces el fuerte” (12. 10) “aunque soy libre respeto a todos, de todos en hecho esclavo para ganar a tantos como sea posible” (1Co.9. Número adicional) “¡ay de mí sino predicó el Evangelio!” (1Co. 9.16).
La motivación misionera de Pablo.
Se veían tres motivos misioneros en Pablo: un sentido gratitud, un sentido de responsabilidad, y un ser sido de preocupación.

Un sentido de preocupación.

Lo más previsible para Pablo es la idolatría. Los ídolos son fabricados por mentes pervertidas (romanos 1. 23, 25) “se dejan arrastra ciegamente tras ídolos mudos” (1 Corintios 12. 2). En contraste con la idolatría reinante en el mundo grecorromano habló proclama un solo Dios que exige la lealtad absoluta del individuo. Un dios vivo y verdadero (1Ts. 1. 9). El percibe a la humanidad sin Cristo como totalmente extraviada. “En nombre de Cristo le rogamos que se reconcilien con Dios” (2Co. 5. 20)”la conversión ha atraído a los convertidos del reino de la muerte y la falsedad al reino de la vida y la realidad de Dios” (1Ts.1.9) la meta no es alcanzar el potencial natural, sino la formación de Cristo en el creyente. La salvación, para Pablo, es la experiencia de una liberación inmerecida,a través del encuentro con único Dios y padre de Jesucristo. El propósito de la misión de Pablo, entonces, es de llevar a las personas a la salvación en Cristo.para la gloria venidera de Dios y para el día cuando todo el universo lo adorará.

Un sentido de responsabilidad.

Su obligación es proclamarse el Evangelio “¡ay de ti si no predico el Evangelio!” (1Co.9. 16), “por tanto, como sabemos lo que es tener al señor, tratamos de persuadir a todos” (2Co.5. 11). Cada una de estas referencias enfatiza una deuda tanto con Cristo como con las personas a las cuales Pablo es enviado. Estos versículos revelan más el sentido de responsabilidad de Pablo que su metodología misionera. El Evangelio de Jesucristo es para todos, sin distinción; y él, Pablo, está bajo obligación de tratar de “ganar”.

Un sentido de gratitud.

“El hijo de Dios... Me amó y dio su vida por mí” (galatas 2. 20) y en romanos “Dios ha derramado su amor en nuestro corazón” (5. 50).Dios me ha concedido el privilegio de ser su apóstol, para qué en toda la nación es allá quienes crean en él y le obedezcan. (Romanos 1. 5). Privilegio, gracia, gratitud (jaris). Un sacrificio hubo ofrenda motivada por el amor.

La misión y el triunfo de Dios.

El Pablo apocalíptico.

La importancia de su misión como precursora del triunfo venidero de Dios.

La Iglesia cristiana y el enfoque apocalíptico.

El énfasis recayó sobre el peregrinaje espiritual del creyente individual en la vida después de la muerte, en vez de una resurrección de los muertos en el futuro “siempre viene un futuro prominente”.

Un nuevo centro de gravedad para el enfoque apocalíptico.

La proclamación de la muerte y la resurrección de Cristo, forma el meollo del mensaje misionero de Pablo (1 Corintios 15). Creo mientras el Mesías ha arribado, su reino no. La resurrección de Cristo necesariamente apunta hacia la futura gloria de Dios y su consumación, “cada vez que comen este pan y deben esta copa, proclama la muerte del señor hasta que él venga” (1Co.11. 26). En el caso de Pablo el enfoque apocalíptico es, en efecto, “la madre de la teología”.


Nueva vida en Cristo.

Disfrutan ya del don escatológico de la justificación. La gente debería admitir que, a pesar de vivir sus medio de un mundo cuya estructura está pereciendo, destinadas a parecer, ha llegado a ser parte de la nueva creación de Dios (2Co.5. 17;Ga.6. 15). El espíritu viví y generalidad, porque es el espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos (romanos 8. 9-11) “si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria” (romanos 8. 17) “en todos somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (8. 37) “yo dispuesto a las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito” (8. 28). Donde quiera que vamos siempre vamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo. (2 Corintios4. 7-10).

El peregrinaje de las naciones a Jerusalén.
La misión a los gentiles tiene una mayor prioridad que la misión a los judíos. Los gentiles que van a Jerusalén son las primicias de la humanidad redimida. El alcanzar la totalidad de los gentiles (romanos 11: 25)”parte de Israel se ha endurecido” (11. 25) la conversión de los gentiles puede provocar celos a los judíos y ellos también aceptarán a Jesús como Mesías (11. 14). Pablo no puede contemplar ni siquiera por un momento la posibilidad de un Israel perdido eternamente. La intervención de Dios en Cristo ha modificado profundamente el marco apocalíptico odio: el Mesías crucificado reemplaza la ley. Por la muerte de Jesús el judío en la Cruz, toda la unidad se encuentra frente a la posibilidad de pasar de la muerte a la vida, del pecado a Dios. (Romanos 3. 21-. 30). Ya no hay distinción alguna entre judío y gentil. Todos pecaron y son justos y caros por la gracia de Dios por medio de Jesucristo. El dios no sólo de los judíos, sino también de los gentiles. Yo se deja en contra aún por aquellos que ni siquiera estamos buscando (romanos 10. 20)”salvación para todos” pues es la clave hermenéutica para toda esta carta.

El universalismo de Pablo.

Dios ha venido a nosotros en su hijo y vendrá otra vez en su gloria. “Jesús es el señor” (romanos 10. 9; 1Co.12.3; Fil.2.11). La Comisión del apóstol es ampliar ya, en este mundo, el dominio del mundo venidero de Dios. Todo el mundo necesita oír el Evangelio de la justificación por la fe (romanos 10. 14). Pablo se abstiene de hacer cualquier afirmación inequívoca de una salvación universal. “Pablo matiza sus afirmaciones sobre la salvación, añadiendo expresiones como para los que creen, a los están en Cristo, para los llamados”.

Enfoque apocalíptico y ética.

¿Cómo relaciona Pablo está comprensión apocalíptica de la misión con la ética? “Uno religioso porque proporcionan los que sufren un modo soportar, ofreciéndoles sueños privados para compensar los una intolerable realidad pública”. “Este mundo, Enzo Palencia actual, está por desaparecer” (1Co.7.31). La Iglesia sirve al mundo una firme esperanza de la transformación del mismo en un momento del triunfo final de Dios. La pasión por el reino venidero va de la mano con la compasión por un mundo necesitado (romanos 12). La vida y el trabajo de la comunidad cristiana están íntimamente ligados al plan cósmico- histórico de Dios para la redención de todo el universo. La auténtica esperanza apocalíptica impone, entonces, una seriedad ética. Ya no el judío y gentil, mezcla un libro, ni Barón mi mujer (gala tras 3. 28). Hablo, en contra de su costumbre, dedica una carta entera sólo a este tema. Filemón. Dios quiera sólo en sus manos y… Transformar todas nuestras luchas gemidos presentes” (: 17). Invitando a gente de todas las naciones a convertirse en miembros de la comunidad del fin de la historia.

La ley, Israel y los gentiles.

La misión judía, por ahora, parecer sutil. La misión a los gentiles, al contrario, ha sido sorprendentemente exitosa, la salvación de los judíos llegará a realizarse solamente a través de un esfuerzo enérgico entre los gentiles.

Pablo y el judaísmo.

Los fariseos intentaron reorganizar y consolidar la vida religiosa judía, al mismo tiempo que introdujeron medidas que hacían imposible que los cristianos judíos mantuvieran sus vínculos con la sinagoga.
La función de la ley.

La salvaciones por la gracia del juicio por obras; las obras son la condición para permanecer “dentro”, pero no consiguen la salvación. “Pablo y el judaísmo palestino ven de manera distinta la oposición entre gracia y obras”. Nov en conflicto entre fe en Cristo y el cumplimiento de la ley. En romanos 9. 4 escribe respecto a sus compatriotas, los israelitas: “de ellos son la adopción como hijos, la gloria divina, los pactos, la ley, y el privilegio de adorar a Dios y contar con sus promesas” en romanos 15. 8 aún llama a Cristo “servidor de los judíos”. Un pueblo que vive según la promesa y la gracia. La ley y no se opone al Evangelio sino que atestigua a favor de él (romanos 3. 21). Un atrás de los ritos externos y no al significado fundamental de la ley. La interpretación superficial de la ley por parte de los cristianos gentiles pervierte la esencia del Evangelio de la salvación en Cristo. La ley nutre el exclusivo judío y, por lo tanto tiene que ser abrogada. Para los judíos la ley había llegado a representar una señal de distensión. Aquel evento lo convenció que a través de Jesús, crucificado resucitado, Dios estaba ofreciendo la salvación a todos.

Aceptación incondicional.

Ahora él sabe que toda la humanidad tiene la posibilidad de trasladarse de la muerte la vida y del pecado a Dios, no a través de la ley dada en Sinaí sino a través de Cristo.
El problema de un Israel impertinente.

“El hecho de que la mayoría de sus parientes se hubieran cerrado al Evangelio fue la experiencia más deprimente de su vida.

Pero entonces, si alguno les faltó la fe, ¿acaso su falta de que anula la fidelidad de Dios? ¡De ninguna manera!” (Romanos 3. 1-4 a).
Romanos 9-11.

El Evangelio… Es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los Judíos primeramente, pero también los gentiles (1.16). “vendrá de sión el redentor y apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados”. “Yo cierra los ojos de Israel para que los gentiles puedan de la gloria que Dios ha parado para ellos también”. Los judíos también se salvan solamente por la fe en Cristo. Sólo Dios salvará a Israel. Cristo ha llegado a segundo “servidor de los judíos” (romano 15.8)para que los gentiles puedan alegrarse “con el pueblo de Dios” (15. 10). Dios salvará únicamente a los que responden entre adelante.

La Iglesia: la comunidad escatológica del ínterin.
Ekklesia según Pablo.

En el griego contemporáneo, ekklesia es la reunión municipal de los varones libres de una ciudad de constitución griega. Cuando un individuo experimenta la” justificación por la fe”, se une a la comunidad de creyentes. De hecho, los cristianos “son la comunidad especial”. Su conducta debe reflejar lo que son en Cristo. Ekklesia en los escritos de Pablo generalmente se refiere a la congregación local.

El bautismo y la superación de las barreras.

La unidad entre los creyentes tiene su base en el hecho de que todos han sido incorporados a Cristo por medio del bautismo. Son bautizados en la muerte de Cristo y asimismo levantados entre los muertos; son crucificados con Cristo, han muerto con él, pero ahora viven y están vivos para Dios (romanos 6. 3-11) han sido “revestidos” de Cristo crucificado y resucitado, y han sido adoptados como hijos de Dios (galatas 3. 26; colosenses 3.10). Pablo cuando hablaba del bautismo de los creyentes en Cristo es lo que lo motivaba a declarar con tanta pasión y vehemencia que la Iglesia trasciende toda barrera humana. Los grupos de cristianos se segregan entre sí. Por razas, etnias, sexo o clase social. Judíos y gentiles se unen sin distinción para ser un solo pueblo de Dios. El murió por todos (2 Corintios5. 14). “Bienvenidos a la nueva comunidad donde todos somos miembros de una sola familia y estamos ligados por el amor”.

Por causa del mundo.

En la concepción de Pablo, la Iglesia es “el mundo en obediencia a Dios”. “Cartas de recomendación…” Para ser conocidas y leídas por todos (2 Corintios3: 1, 2)”en el mundo entero se habla bien de su fe” (romanos 1. 8)”comunidad de esperanza mientras gime y trabaja para la redención del mundo””comunidad creada y amada por Dios” la Iglesia es ahora el pueblo escatológico de Dios y un testimonio vivo de la ratificación de las promesas de Dios a su pueblo Israel. (2 co.11. 28). La Iglesia sabe, después de todo, que “este mundo, en su forma actual, está por desaparecer”.

El paradigma misionero Paulino.

“La unidad de la teología y la evangelización y de la justificación porque y la misión mundial”. Eleva su propio llamado a los niveles de las vocaciones de un Isaías o un Jeremías (romanos 1.1; Ga. 1. 115).se ha constituido en ministro de un nuevo pacto (2Co.3. 6) un colaborador de Dios (1Co.3.9). Siendo “intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada” (Fil.2. 15) y pensando siempre en todo lo verdadero, todo lo nuestro, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable y de buen nombre (Fil.4.8). Características del paradigma misionero de Pablo:
1. La Iglesia como la nueva comunidad. Se encuentra un mundo dividido culturalmente (griegos contra bárbaros), económicamente (ricos contra pobres) y socialmente (esclavos contra libres). Se corría el riesgo de la desunión y las peleas, sin embargo Pablo no negocia sus principios. “Bautizados en Cristo” y “respiros de Cristo” ya no puede haber separación entre judíos y gentiles, entre esclavos libre, entre varón y mujer, ente griego y bárbaro, ahora todos son “uno en Cristo” (Ga.3. 27).

2 ¿una visión a los judíos? “Proteger al Israel incrédulo” y salvaguardar la paz de todo judíos (romanos 9 al 11).Primero. La Iglesia no es el nuevo Israel, más bien se trata de un Israel ensanchado. Segundo. Los cristianos gentiles nunca se han portado como huéspedes en la casa de Israel. Al contrario, la Iglesia invitó el orden por el cual las dos comunidades llegaron a unirse: se les cerró la puerta de la casa a los judíos y se tiró la llave. La relación de los cristianos con los judíos a lo largo de la historia ha sido una cadena de prevención, malentendidos, odio y persecución. Tercero. El cristianismo y el judaísmo comparten una misma raíz y una escritura común, aunque difieren profundamente en su concepto de la revelación del Dios que tienen en común. Cuarto. Cualquier diálogo o discusión acerca de Israel debe establece una distinción entre lugar de Israel dentro del pacto de Dios y el moderno estado empírico o nación de Israel. Quinto. “Fusión entre la Torah y Cristo” es inadmisible. Si lo que importa no es la carne de Abraham sino su fe. (Ga.3.7).

3. La misión en el contexto del triunfo inminente de Dios.

Pablo tenía a su misión dentro del horizonte de la parusía de Cristo. Sin embargo, han pasado más de 20 siglos desde que Pablo declaró el cercano fin del mundo, y sus expectativas no se han cumplido. “Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales” (1Co.15. 19).

4. La misión y la transformación de la sociedad.

En la época de Pablo el reciente nacido movimiento cristiano estaba en la periferia de la sociedad, que era una entidad y pene operable en términos de tamaño y que su supervivencia desde el punto de vista humano, peligraba.

5. La misión en debilidad.

La “visión cercana” de Pablo lo ayuda a percibir la batalla entre Dios y los poderes de la muerte; su “visión lejana” le permite que vergonzosamente ya el resultado final de la batalla.

5. El objetivo de la misión.
Ha sido “apartado para anunciar su Evangelio” “hará persuadir a todas las naciones que obedezcan a la fe” (Ro.1. 5). En Cristo Dios ha reconciliado al mundo, no sólo a la Iglesia, consigo mismo (2Co.5. 19). En el nombre de Jesús toda rodilla se doble “en el cielo y la tierra y debajo de la tierra” (Fil.2.9-11)”fue designado con un poder hijo de Dios o la resurrección” (Ro.1. 4). Únicamente a la luz de la experiencia del amor incondicional de Dios podría reconocer el abismo Dios cubrirá tan terrible en el cual habría caído sin Cristo. Su evangelio misionero, por lo tanto, es un evangelio positivo.

naves dijo...

Capítulo III. El diálogo.

¿Carga algún modo el diálogo en la proclamación de las buenas nuevas? Este se ha convertido en la moda ecuménica.

Puntos de vista extremos.
Ambos lados del debate han adoptado posiciones extremas , sin embargo la predicación constituye la tarea principal de la Iglesia. Dios no ha de ser discutido o debatido. El Evangelio se presta para la proclamación, no por la discusión amable, ya que estés revelación de Dios que no pues ser negociada. Pero no tenemos derecho hacen sentarnos a juzgarlo, o a modificar su contenido. Por otro lado el monólogo carece enteramente de humildad. Lo que necesitamos es buscar juntos la derrota, el diálogo pues implica completa apertura, vivir en diálogo es vivir peligrosamente. No deberíamos cultivar un arte dura total en la que suspendamos hasta nuestras convicciones.

El diálogo en la Biblia.

El diálogo es una conversación en la que cada una de las partes toma en serio tanto del tema, la persona. En Lucas 2.46 Jesús fue encontrado en el templo sentado en medio de los doctores de la ley oyendo les y preguntándoles. En Corintio discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadían a judíos y a griegos. En Efeso, entrando en la sinagoga habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo el persuadiendo acerca del reino de Dios. Sea vuestra palabras siempre con gracia consiste sazonar acosar cursis para que sepáis como debe es responder a cada uno (Co.4. 6).

La argumentación en contra del diálogo.

El argumento del cristiano conservador contra el diálogo, en el sentido de que raya en la traición a Cristo. El no cristiano sincero debiera ser detenido por un “cristiano anónimo” y tratar de transformarlo a la fe cristiana mediante la reflexión objetiva y la profesión de fe.

“Cristo habla en este diálogo, revelándose a quienes no conocen y corrigiendo el conocimiento limitado y distorsionado de quienes lo conocen”. Pero comenzó su sermón a Cornelio de este modo: “en verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y las injusticia” (hechos 10.34, 35). De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida (11. 18)a todas las gentes, especialmente van dándole lluvia, tiempos sutil feroz, alimento y alegría (14. 16, 17). Por otra parte, los hombres tienen algún conocimiento de la ley moral de Dios, por cuanto no sólo la escribió en las tablas de piedra en el Sinaí, sino también en el corazón de los hombres, en el sentido moral que le sigo a crearlos (2. 14, 15), dice Pablo, todos los hombres conocen a Dios (1. 21), si bien los hombres conocen a Dios, no lo honran o tal sino que por su maldad anulan la verdad que conocen (1. 18, 21, 25, 28). Los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Como consecuencia de su rechazo consciente de la luz los hombres están bajo condenación (Juan 3. 18-21).

El lugar de la “eléctica”.

Esta palabra proviene del griego elenquin, “convencer”, redargüir o reprender, y por ende, llamar al arrepentimiento. Es la ciencia que desenmascara todas las religiones falsas demostrando que son paganas y que constituyen un pecado contra Dios. Sus puntos principales son primero convencer del pecado y desenmascarar lo, y al hacer un llamado a la responsabilidad ¿qué has hecho con Dios?. Segundo la justificación de esta tarea de la Biblia misma. Esta nos enseña con respecto al corazón humano y sus sigilosos intentos de buscar a Dios y al mismo tiempo escaparle. En tercer lugar no constituye una actividad desagradable o negativa, como pudiera parecer. Tenemos que ver a la persona real y no a su budismo. Ver al musulmán y no a su mahometanismo. Puedo, en el nombre de Cristo, colocarme en oposición a él y convencerlo del pecado, tal como lo hizo Cristo conmigo, y lo sigue haciendo cada día. En cuarto lugar es la obra del Espíritu Santo. El es el que convence de pecado, de justicia y juicio (Juan 16. 8-10) sólo él puede llamar al arrepentimiento y nosotros no somos sino medios en su mano. Le afecta consecuencia conocer que insistía en el carácter absoluto de Jesucristo, estamos en condiciones de considerar los argumentos que gran validez. Dicho aumento son cuatro.
La argumentación a favor del diálogo.

En primer lugar, el verdadero diálogo es señal de autenticidad. El genuino acercamiento cristiano a otros a deshacer humano, personal relevante y humilde. Tenemos que bajar las despensas. El diálogo verdadero con un hombre de otro credo requiere interés en, y preocupación por, el Evangelio tanto como por la otra persona. En segundo lugar, el verdadero diálogo es señal de humildad. Cuando escuchamos otra persona aumenta el respecto por ella como ser humano hecho a la imagen de Dios. La humildad en la evangelización es una gracia encantadora. En tercer lugar, el diálogo genuino es señal de integridad, debemos eliminar las imágenes falsas que pudimos haber formado sobre la persona, al mismo tiempo nos proponemos nosotros de no ser sinceros. En cuarto lugar, el diálogo real y verdadero es señal de sensibilidad. El evangelio cristiano se desacredita cuando se degenera y adquiere formas estereotipadas. A través de la oración solicitemos la intervención del Espíritu Santo.

El diálogo con los hindúes.

Stanley, relata que durante una de sus campañas en la india tramitaron a una casa donde tendría la oportunidad de conocer algunos de los principales miembros de la comunidad, costaban sentados platicando el mes preguntó cuál sería su reacción si Cristo se presenta directamente en la india, de esta conversación se desprendieron una serie de conferencias. Donde se analizaron las escrituras del hinduismo y del cristianismo ni siquiera se tocó el tema entre Cristo y él Krisna. De aquí surgió el método de mesa redonda, de dónde surgieron muchas pláticas exitosas.

El diálogo con los musulmanes.

Para comenzar el cristiano debe entender lo que significa el Islam para el musulmán. Como es ve al cristianismo. Comprender que él musulmán aborrece el imperialismo y el secularismo occidental, no tiene por qué favorecer a Israel. Cragg llama” incomprensiones masivas”. Por otro lado el Islam se desarrolló en una atmósfera de cristianismo imperfecto, hasta de un cristianismo delincuente. La rehabilitación no significa tomar sesión de mezquitas para transformarlas en catedrales, sino devolverle a Cristo...el restablecer a Cristo trasciende todo lo demás.

El diálogo en los centros industriales.
Relata el autor otra experiencia que tuvo en Inglaterra, donde se dio un distanciamiento muy grande entre la Iglesia y el mundo especialmente el mundo industrial y de las actividades manuales. Se dio a la tarea de crear puentes de comunicación después estos puentes fueron convirtiéndose en amistad, surgieron las indicaciones amenas de algunas familias, después de esas almenas, surgió la amistad y se convirtieron en estudios y así poco a poco logró un cambio importante en la comunidad.

El autor dice que los elementos que forman el diálogo genuino son la autenticidad, humildad, integridad y sensibilidad. El diálogo es señal de genuino amor cristiano.

eleazzar gonzalez garcia dijo...

SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA CAMPUS HOREB

MATERIA: Naturaleza y Misión de la Iglesia
TAREA: Resumen del libro MISIÓN EN TRANSFOMACIÓN
PROFESOR: Rafael Pola Baca
ALUMNO: Eleazar González García

CAPITULO CUATRO

LA MISIÓN EN PABLO: UNA INVITACIÓN A UNIRSE A LA COMUNIDAD ESCATOLÓGICA.

La figura del apóstol Pablo siempre ha fascinado a los misioneros. Nos concentramos casi exclusivamente en las cartas paulinas.
Las cartas consideradas indiscutiblemente paulinas por la mayoría de los expertos: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses y Filemón. Estas cartas nos proveen en todo caso mucho más material de reflexión. Generalmente se acepta que 1 Tesalonicenses fue la primera carta de Pablo, y Romanos o Filipenses la última. Todas estas siete cartas se escribieron durante los años de servicio misionero activo de Pablo después de salir de Antioquia, es decir, en el período relativamente corto de siete u ocho años, que va aproximadamente del 49 al 56 d.C. Esto significa que Pablo escribió sus cartas quince o veinte años antes que Marcos escribiera su Evangelio, y treinta o más antes que Mateo y Lucas escribieran los suyos.
Todas las cartas de Pablo, según Wernle, dan una sola respuesta al interrogante de quién era y quién quería ser: un apóstol de Jesucristo, un misionero.
La teología y la misión de Pablo no se relacionan entre sí como teoría y práctica, como si su misión fluyera de su teología, sino en el sentido de que su teología es una teología misionera.
Esto se ve especialmente en el caso de su carta a los Romanos, la única escrita por Pablo a una iglesia no fundada por él.

Pablo: su conversión y llamado
¿Qué fue lo que convirtió a un fariseo de fariseos en el apóstol de Cristo a los gentiles?
Pablo mismo da la única respuesta: fue su encuentro con el Cristo resucitado.
Varios de los eruditos argumentan a favor de dejar de lado la palabra conversión para describir la experiencia de Pablo en el camino hacia Damasco.
Primero, una conversión implica un cambio de religión y de ninguna manera Pablo cambió la suya, pues lo que nosotros llamamos cristianismo en la época de Pablo era una secta dentro del judaísmo.
Segundo, no se justifica caracterizar a Pablo, como todavía ocurre, como una persona atormentada y llena de culpa por sus pecados, experimentando un conflicto interior que finalmente provocó su conversión.
Durante los últimos siglos la costumbre ha sido leer a Pablo a través de los ojos de Lutero. Sin embargo, una experiencia de esta índole no era del interés de Pablo.
Pablo no describe en términos biográficos su experiencia en el camino a Damasco, sino que habla teológicamente de recibir el llamado a ser apóstol a los gentiles.
Cada vez que Pablo hace referencia a la aparición de Cristo, lo hace para afirmar la manera en que fue llamado y comisionado como apóstol, aludiendo sin duda a los llamados de Isaías y Jeremías a ser profetas.
Pablo provenía de la escuela de Hillel, la cual se mostraba más abierta hacia los gentiles que otras escuelas rabínicas, conociera bien y quizás estuviera involucrado en la tarea de proselitismo judío.
Más importante aún, en su oposición al movimiento de Jesús.
De la misma comunidad que había perseguido, Pablo heredó el evangelio que habría de proclamar.
Pablo mismo afirma que su llamado coincidió con su conversión
Pablo no es el segundo fundador del cristianismo, ni la persona que convirtió la religión de Jesús en la religión acerca de Cristo. No inventó el evangelio acerca de Jesús como el Cristo, sino que lo heredó.
El ministerio de Pablo se va desarrollando en medio de una tensión creativa entre su lealtad a los primeros apóstoles y el mensaje de ellos. Al contrario de lo que sucede con los otros apóstoles, para Pablo las palabras evangelio y apóstol son conceptos correlativos, siendo ambos términos misioneros.

La estrategia misionera de Pablo
A partir de Hechos uno podría llegar a la conclusión de que Pablo era, casi exclusivamente, un predicador itinerante. Pero esto no es así, dado el hecho de que en algunos lugares se quedó por períodos largos.
Puede ser más apropiado decir que Pablo estaba involucrado en la Zentrumsmission, es decir, una misión con base en ciertos centros estratégicos.
Pablo piensa regionalmente, no étnicamente. Pablo empezó a concebir la misión en términos ecuménicos. Y por ser Roma capital del Imperio, es apenas natural que haya considerado una visita a esa metrópoli. Cuando se percató de una comunidad cristiana allí, postergó su visita hasta el período de su viaje a España.
Otra característica de la práctica misionera de Pablo tiene que ver con su manera de valerse de sus asociados, no eran simplemente asistentes de Pablo o subordinados, sino verdaderos colegas.
El círculo más íntimo, incluyendo a Bernabé, Silvano y especialmente Timoteo. Los compañeros de trabajo independientes, como Priscila y Aquila, y Tito, y tercero, quizás más importante, los representantes de iglesias locales, como Epafrodito, Epafras, Aristarco, Gayo y Jasón. A través de ellas, las iglesias mismas tienen una representación en la misión paulina.
Es de especial importancia que la conciencia apostólica que Pablo tiene de sí mismo, y de la manera en que se presenta como un modelo a ser imitado.

La motivación misionera de Pablo
En este punto entra a jugar la preocupación de Pablo. El percibe a ka humanidad sin Cristo como totalmente extraviada, en camino a la perdición, en urgente necesidad de la salvación.
La idea del juicio inminente sobre los que no obedecen la verdad, es un tema reiterativo en Pablo.
La preocupación principal de la predicación de Pablo no es, sin embargo el castigo venidero. El castigo de Dios es, más bien, el oscuro contraste del mensaje positivo que él proclama: la salvación en Cristo y el inminente triunfo de Dios.
La expresión convertirse (o volverse) de los ídolos a Dios en 1 Tesalonicenses 1:9 pertenece al lenguaje heredado de la diáspora judía, pero inmediatamente se robustece con una cláusula escatológica con contenido distintivamente cristiano: y esperar del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero.
El propósito de la misión de Pablo, entonces, es llevar a las personas a la salvación en Cristo.
La fe en Cristo crea un endeudamiento mutuo y reconoce que el creyente tiene una deuda tan grande con los no creyentes como su deuda con Cristo. Depende única y enteramente del don de Dios en Cristo. Precisamente por esta razón la idea de recompensa no entra en el cuadro.
Ganar el respeto y hasta la admiración de otros no es suficiente. El estilo de vida del cristiano no sólo debe ser ejemplar, sino atractivo. Debe atraer a los de afuera e invitarlos a unirse a la comunidad. En otras palabras, los creyentes deben practicar un estilo de vida misionero.
Para Pablo, entonces, la razón más elemental por la cual proclama el evangelio a todos no es sólo su preocupación por los perdidos, ni es primordialmente el sentido de obligación que le fue impuesto, sino un sentido de privilegio.
Privilegio, gracia, gratitud (jaris es la palabra griega utilizada en el Nuevo Testamento para estos tres términos).
Pablo no utiliza la expresión hilaskesthai, propiciar o hacer expiación por los pecados. El prefiere las palabras katallassein (reconciliar) y katallage (reconciliación)

La misión y el triunfo de Dios
La resurrección de Cristo llegó a ser percibida como un evento consumado y divorciado de la esperanza de una futura resurrección de los creyentes.
Se espiritualizó excesivamente la expectativa de un cielo nuevo y una tierra nueva. El énfasis recayó sobre el peregrinaje espiritual del creyente individual y en una vida después de la muerte, en vez de una resurrección de los muertos en el futuro. La iglesia se identificó cada vez más con el Reino de Dios mismo.
El énfasis recae no sólo en el mesiazgo de Jesús, sino también en el punto crítico de la historia de la salvación. La muerte y la resurrección de Cristo señalan la inserción de la nueva época futura en la vieja época actual.
Este evento significa la inauguración y anticipación del triunfo venidero de Dios.
La resurrección de Cristo necesariamente apunta hacia la futura gloria de Dios y su consumación. Esto significa que la teología de Pablo no es unifocal sino bifocal: surge del histórico acto de Dios en Cristo y fluye hacia el futuro acto de Dios.
Aunque la salvación para Pablo pertenece sin duda al futuro, proyecta poderosamente sus rayos sobre el presente. Los cristianos son santos ahora mismo y reciben el desafío a una santificación mayor.
Pablo nunca utiliza la noción de nacer de nuevo y rara vez emplea el verbo arrepentirse. Más bien afirma que la gente debería admitir que, a pesar de vivir en medio de un mundo cuya estructura está pereciendo, destinado a desaparecer, ha llegado a ser parte de la nueva creación de Dios.
La reconciliación con Dios, la justificación, la transformación en el aquí y ahora, sin embargo, no es algo que le ocurre a un individuo de manera aislada.
La iglesia es un lugar donde ellos celebran su nueva vida en el presente y se proyecta hacia el porvenir.
Esto implica que nuestra vida en este mundo tiene que ser cruciforme: Pablo lleva en su cuerpo las cicatrices de Jesús.
Todo el mundo necesitaba oír el evangelio de la justicia por la fe. La justicia de Dios no se implementa automáticamente, sino que depende de la apropiación por fe, la cual es posible únicamente allí donde las personas han podido escuchar la predicación del evangelio.
La salvación que Dios ofrece, por lo tanto, no es universal en el sentido de anular el significado de la respuesta humana.

Enfoque apocalíptico y ética.
Nos queda aún una pregunta: ¿Cómo relaciona Pablo esta comprensión apocalíptica de la misión con la ética? El conservadurismo social y el entusiasmo apocalíptico van de la mano. Esperando el Reino inminente de Dios, la gente sale de la sociedad para refugiarse en la Iglesia, la cual no es más que un bote salvavidas dando vueltas en un mar embravecido, tratando de rescatar a los sobrevivientes de un naufragio. Además, los aficionados a lo apocalíptico, por lo general, revelan un egoísmo muy particular.
La perspectiva apocalíptica de Pablo es muy distinta. Es verdad que Pablo ve a la Iglesia peleando un batalla en contra del mundo, dado el hecho de que este mundo, en su apariencia actual, está por desaparecer 1 Corintios 7:31.
La pasión por el Reino venidero va de la mano con la compasión por un mundo necesitado.
La misión de Pablo es ampliar en este mundo el dominio del mundo venidero de Dios
El vínculo íntimo entre el enfoque apocalíptico y la ética no aparece expresado tan vívidamente en ningún otro contexto como en el del concepto paulino de la Iglesia.
Podemos, sin embargo, preguntarnos si Pablo es tan radical respecto a los esclavos y las personas libres, y a los hombres y las mujeres, como lo es respecto a judíos y griegos.
El cree sobre todo que la venida de Cristo significó la aniquilación de la barrera entre los judíos y otras personas, antes fortalecida por una falsa comprensión de la Ley.
Al mismo tiempo, Pablo no es el insensible a la problemática, aunque tampoco es idealista ni un soñador utópico. Sin embargo, no sanciona la esclavitud, ni tampoco se muestra neutral. En Cristo ya no hay diferencia entre esclavo y libre. Que Pablo no le deja opción a Filemón respecto a la cuestión de la libertad de su esclavo prófugo, Onésimo.
Petersen llega a la conclusión de que Pablo realmente no permite a Filemón la posibilidad de no dejar en libertad a Onésimo. La carta contiene un mandamiento ligeramente velado que Filemón debe obedecer, más que simplemente volver a recibir a su ex esclavo.
Al escribir esto, no sólo a Filemón, sino también a la iglesia que se reunía en su casa regularmente, Pablo coloca a Filemón entre la espada y la pared.
Pablo, sin embargo, no quiere forzar a Filemón a liberar a Onésimo; la decisión tiene que surgir de su propio corazón, de su propia voluntad.
Sin embargo, Pablo no va más allá de este acercamiento suave, particularmente al final de la carta. Le recuerda a Filemón la inmensa deuda que tiene con él.
En la última frase, antes de cerrar con los saludos de costumbre, le pide a Filemón que prepare para él el cuarto de huéspedes porque pronto va a visitar Colosas v. 22. Filemón ya no tiene dudas de las intenciones de Pablo: va a ir a ver cómo Flemón ha manejado este enredado asunto. Si accede a la apelación de Pablo, su encuentro será muy placentero; si no, tendrá que confrontar a Pablo como alguien que no ha cumplido una obligación pública.
En resumen, Pablo está convencido de que, en Cristo, Dios ha reconciliado al mundo consigo mismo y que la era entre la resurrección de Cristo y la parusía es el tiempo que le fue concedido como apóstol.

La ley, Israel y los gentiles
La misión judía, por ahora, parece ser útil. La misión a los gentiles, al contrario, ha sido sorprendentemente exitosa y Pablo propone ahora que la salvación de los judíos llegará a realizarse solamente a través de un esfuerzo enérgico entre los gentiles.
Hoy se cree ampliamente que la enseñanza de Pablo sobre la Ley no puede entenderse meramente en el marco de los intentos de Lutero de oponer el énfasis católico-romano en las obras con su doctrina de la justificación por la fe sola.
Una relectura tanto de Pablo como de la literatura judía ha contribuido a una nueva percepción del apóstol de los gentiles. En primer lugar, sus comentarios en 1 Tesalonicenses 2:14-16 tienen que interpretarse en el contexto de la carta.
En segundo lugar, ha crecido cada vez más la conciencia de que la carta a los Gálatas fue escrita con un propósito polémico bien específico, contrarrestar la influencia de los judaizantes.
En tercer lugar, Pablo comparte muchas convicciones religiosas con sus contemporáneos judíos, tales como su opinión sobre la idolatría y su actitud hacia las escrituras hebraicas. El no es el fundador de una nueva religión sino el intérprete más autorizado de la antigua.
En cuarto lugar, el hecho de que Pablo se somete al castigo decretado por las autoridades judías demuestra que todavía se considera un miembro del pueblo judío.
Pablo repudiaba cualquier indicio de judaización de los convertidos gentiles. Toda distinción de status social y sexo había desaparecido.
La pared intermedia de separación de la Ley se había derrumbado, y era inadmisible reconstruir lo que ya estaba derribado.

Aceptación incondicional
Absolutamente nada en la tradición judía había preparado a Pablo para esta percepción revolucionaria. Ahora él sabe que toda la humanidad tiene la posibilidad de trasladarse de la muerte a la vida y del pecado a Dios, no a través de la Ley dada en el Sinaí sino a través de Cristo.
Su muerte sustitutiva en la cruz, y sólo ella, abre el camino a la reconciliación con Dios. Dios mismo acepta a cada uno incondicionalmente. Esta es la piedra angular de la teología paulina de la misión.
Esto es así porque Dios es Dios no sólo de los judíos sino también de los gentiles, porque no hay más que un solo Dios.
Dice Pablo, las dádivas de Dios son irrevocables, como lo es también su llamamiento.
Pablo busca desesperadamente una fórmula que mantenga intactas las promesas de Dios a Israel y al mismo tiempo insiste en la fe en Cristo.
El endurecimiento (porosis) sobrevino a parte de Israel, dice Pablo. En 11:28 aun llama a los judíos enemigos de Dios. Al mismo tiempo, no duda del celo de ellos y de sus buenas intenciones, aunque su celo no se basa en el conocimiento.
Dios cierra los ojos de Israel para que los gentiles puedan ver que la gloria de Dios ha preparado para ellos también.
¿Cómo concibe Pablo la salvación de todo Israel? ¿Prevé la conversión de Israel a su Mesías? En otras palabras, ¿abrazará Israel a Cristo en fe? ¿Pablo espera la salvación de todos los judíos?
Según Pablo, todo Israel será salvo por medio de un acto de Dios en el momento de la parusía, sola gratia, cuando Israel recibirá a Cristo en fe.

La Iglesia: la comunidad escatológica del ínterin
La ekklesia local claramente llega a ser el grupo de pertenencia primario para sus miembros.
La unidad entre creyentes tiene su base en el hecho de que todos han sido incorporados a Cristo por medio del bautismo. Son bautizados en la muerte de Cristo así mismo levantados de entre los muertos; son crucificados con Cristo, han muerto con él, pero ahora viven con él y están vivos para Dios.
Porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes, son uno solo en Cristo Jesús (Gálatas 3:27).
La comunión en Cristo no une solamente a judíos y gentiles, sino también a personas de trasfondos sociales distintos.
Las asociaciones griegas y romanas de la época tendían a ser homogéneas sociológicamente.
En la muerte y la resurrección de Jesucristo amanece una nueva era en que judíos y gentiles se unen sin distinción para ser un solo pueblo de Dios.
La Iglesia está llamada a se la comunidad de los que glorifican a Dios demostrando la naturaleza y las obras de él y manifestando la reconciliación y la redención efectuadas por Dios en la muerte, la resurrección y el reinado de Cristo.
La gente llega a la Iglesia aun si ésta no sale en busca de ellos para evangelizarlos.
L a Iglesia es la Iglesia en el mundo y para el mundo. La Iglesia es una comunidad de personas involucradas en la creación de nuevas relaciones entre sí y con la sociedad en general.
La Iglesia es muy importante para Pablo. Los creyentes a quienes dirige sus cartas no son ninguna chusma de jornaleros formados por un predicador itinerante sino una comunidad creada y amada por Dios.
La Iglesia es ahora el pueblo escatológico de Dios y un testimonio vivo de la ratificación de las promesas de Dios a su pueblo Israel.
La Iglesia es una comunidad de esperanza que gime y trabaja para la redención del mundo.
La Iglesia sabe, después de todo, que este mundo, en su forma actual, está por desaparecer y que nos queda poco tiempo.

El paradigma misionero paulino
En todo el Nuevo Testamento, y en toda la iglesia primitiva, Pablo no tiene parangón en cuanto a la profunda manera de presentar una visión universal, cristiana y misionera.
Una de las metas de la misionología según Minear, es lograr una comprensión más adecuada de la tarea apostólica de la Iglesia. A continuación las características del paradigma misionero de Pablo: La Iglesia como la nueva comunidad. Las iglesias que deben su existencia a la actividad misionera de Pablo.
La Iglesia es la vanguardia de la nueva creación y necesariamente ha de reflejar los valores del mundo venidero de Dios.
La reconciliación y la justificación se manifiestan en una interdependencia y Filadelfia entre creyentes.¿Una misión a los judíos? Los cristianos gentiles nunca deben perder de vista que Israel es la matriz del pueblo escatológico de Dios.
La Iglesia no es el nuevo Israel.
La Iglesia e Israel demuestran similitudes sorprendentes con la de Mateo y Lucas. Todas pertenecen al mismo paradigma general. La misión en el contexto del triunfo inminente de Dios. Sabemos y confesamos que el triunfo de Dios está sólo en sus manos.
Nuestra misión en el mundo sólo tiene sentido si la emprendemos en la certeza de que nuestros diminutos logros un día serán consumados por Dios.

carlos monjaras m dijo...

MATERIA: Naturaleza y Misión de la Iglesia II
TAREA: Resumen del libro La misión en transformación
PROFESOR: Rafael Pola Baca
ALUMNO: Carlos Monjaras Mirón


La misión en Pablo: una invitación a unirse a la comunidad escatológica.
Capítulo 4

Primer misionero y primer teólogo
La figura del apóstol Pablo siempre a fascinado a los misioneros. No nos extrañemos, pues, que a través de los años varios misioneros y misionólogos hayan escrito y publicado monografías sobre su importancia para la misión cristiana.
No siempre se a reconocido la dimensión misionera de la teología de Pablo. Durante mucos años e le vio como el creador de un sistema dogmático. Con el surgimiento de la “escuela de la historia-de-la-religión”. La teología y la misión de Pablo no se relacionan entre sí como “teoría” y “práctica”, como si su misión “fluyera” de su teología, sino en el sentido de que en su teología es una teología misionera.

Pablo su conversión y llamado
En vez de hablar de la “conversión” de Pablo, debemos hablar de su “llamado”. “Pablo no describe en términos biográficos su experiencia en el camino a Damasco, sino que habla teológicamente de recibir el llamado a ser el apóstol a los gentiles”. Cada vez que Pablo hace referencia a la aparición de Cristo, lo hace para afirmar la manera en que fue llamado y comisionado como apóstol, aludiendo sin duda a los llamados de Isaías y Jeremías a ser profetas. El énfasis en el llamado de Pablo constituye una corrección importantísima a la concepción tradicional de su conversión. Sin embargo, Stendeahl y otros se exceden al considerar la experiencia de Pablo dentro del marco exclusivo de un “llamado”. Gaventa, en un estudio reciente sobre la conversión en el N.T., hace una distinción entre alternación (una forma relativamente limitada de cambio que se desarrolla sobre la base del pasado del individuo), transformación (un cambio de perspectiva radical, que no exige un rechazo o una negación del pasado o de valores previos, pero si implica una nueva percepción.
Pablo sigue básicamente en continuidad con su pasado, al cual se añade “únicamente”
Un llamado a la misión gentil. Sin embargo, lo que Pablo mismo describe en Gálatas 1.11-17 no parece sugerir que lo que le sucedió cabe dentro de esa categoría. Pablo experimentó un cambio radical de valores, de definición propia y de compromiso. Su encuentro con Jesús alteró radicalmente la comprensión que tenía Pablo del curso de la historia; el hecho de que Jesús fuera el Mesías podía significar una sola cosa para un judío: el comienzo del fin de la historia.

La estrategia misionera de Pablo
Misión a las metrópolis
Las características de la concepción paulina de la misión que ya hemos mencionado, y otras adicionales, se manifiestan en primer lugar en lo que podríamos llamar (a falta de un término mejor) “la estrategia misionera” de Pablo.
Durante las primeras décadas del incipiente movimiento cristianos existían, hablando en general, tres tipos de iniciativas misioneras: (1) los predicadores itinerantes que iban de lugar en lugar a lo largo del territorio judío, proclamando el inminente Reino de Dios
(Por ejemplo, los profetas de “Q” mencionados en el capítulo 1):
(2) Los cristianos judíos de habla griega que emprendieron una misión a los gentiles, primero desde Jerusalén (Muchas veces forzados a abandonar la ciudad huyendo de la persecución) y luego desde Antioquia; y (3) los misioneros cristianos judaizantes quienes, según 2 Corintios y Gálatas, frecuentaban iglesias cristianas existentes con el fin “corregir” lo que consideraban como una falsa interpretación del evangelio. Para su propio programa misionero Pablo incorpora elementos de los primeros dos tipos mencionados arriba; al mismo tiempo, los modifica de modo decisivo. La visión misionera de Pablo es global por lo menos en términos del mundo conocido por él.

La conciencia apostólica de Pablo
De especial importancia en este sentido es la conciencia apostólica que Pablo tiene de sí mismo, y la manera en que se presenta como un modelo a ser invitado, no sólo por sus colaboradores, sino por todo cristiano.

La motivación misionera de Pablo
La estrategia misionera de Pablo a su motivación misionera. Michael Green (1997: 417-449) sugiere la existencia de tres motivos misioneros principales en la Iglesia primitiva, todos claramente visibles en Pablo: un sentido de gratitud, un sentido de responsabilidad y un sentido de preocupación. Puede que no sea posible dividir los motivos misioneros de este modo porque con frecuencia se entremezclan en Pablo.

Un sentido de preocupación
Lo más reprensible para Pablo, sin embargo, es la idolatría. Los ídolos son fabricaciones de la mente pervertida de la humanidad (cf. Ro. 1.23,25). Sin embargo, a pesar de ser creaciones humanas, toman control de individuos, quienes se dejan “arrastrar ciegamente tras los ídolos mudos” (1 Co. 12.2 VP)
En este punto entra a jugar la preocupación de Pablo el percibe a la humanidad sin Cristo como totalmente extraviada, en camino a la perdición (cf. 1 Co. 1.18: 2 Co. 2.15), en urgente necesidad de la salvación.

Un sentido de responsabilidad
La actitud de preocupación de Pablo hacia los gentiles del Imperio Romano se demuestra en una profunda percepción de que su obligación es proclamarles el evangelio. Es una carga sobre sus hombros, un anangke (“necesidad ineludible”): “¡ay de mí si no predico el evangelio” (1 Co. 9.16)

Un sentido de gratitud
Únicamente a partir de este punto podemos llegar al nivel más profundo de la motivación misionera de Pablo. Él va hasta los confines de la tierra debido a la experiencia abrumadora del amor de Dios que ha recibido por medio de Jesucristo. “(El) Hijo de Dios… me amó y dio su vida por mi”, escribe Pablo a los Gálatas (2.20), y a los romanos les dice: “Dios a derramado su amor en nuestro corazón”

La misión y el triunfo de Dios
El Pablo apocalíptico
Como parte del proceso de desglosar los rasgos distintivos de la teología misionera de Pablo es necesario ir más allá de lo que he denominado su estrategia misionera y su motivación.

La Iglesia Cristiana y el enfoque apocalíptico
A la luz de lo anterior, no debe sorprendernos que la Iglesia cristiana, a través de la historia, haya reaccionado muchas veces negativamente, sino violentamente, ante cualquier manifestación de un enfoque apocalíptico. Tales intereses escatológicos han sido silenciados o neutralizados por la Iglesia establecida.

Un nuevo centro de gravedad para el enfoque apocalíptico
Como se mencionó anteriormente, uno de los errores básicos de buena parte del enfoque apocalíptico tanto antiguo como moderno radica en el hecho de minimizar la importancia central de Cristo. Precisamente aquí en enfoque apocalíptico de Pablo toma una ruta totalmente distinta. Pablo, el cristiano, aún formula su espiritualidad en los términos de su herencia apocalíptica (judía), pero le otorga un “nuevo centro de gravedad”, es decir, Jesucristo. Precisamente el lugar que ocupa la ley en el judaísmo ahora lo ocupa el evento de Cristo.

Nueva vida en Cristo
Debemos enfatizar una vez más, sin embargo, que el enfoque paulino no está puesto en un evento que aún está por realizarse. La esperanza únicamente a raíz de lo que Dios ya ha hecho. Más bien afirma que la gente debería admitir que, a pesar de vivir en medio de un mundo cuya estructura está pereciendo, destinado a desaparecer, ha llegado a ser parte de la nueva creación de Dios. Toda la dirección y el contenido de su existencia ha experimentado una metamorfosis. Se han convertido “dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero”. Lo cual significa que han pasado de muerte a vida. De las tinieblas a la luz.
La reconciliación con Dios, la justificación, la transformación en el aquí y ahora, sin embargo, no es algo que le ocurre a un individuo de manera aislada. Su incorporación al evento de Cristo traslada al creyente individual a la comunidad de los creyentes.

El Peregrinaje de las naciones a Jerusalén
El contexto apocalíptico en el cual Pablo ve su misión también emerge de su convicción de que por el momento la misión a los gentiles tiene una mayor prioridad que la misión a los judíos.

La Ley, Israel y los gentiles
Pablo y el judaísmo
H. J. Schoeps una vez denominó la enseñanza paulina sobre la Ley “el punto de discusión doctrinal más complejo de su teología, las vicisitudes de casi veinte siglos de relaciones judeo-cristianas no han facilitado la búsqueda de una interpretación confiable de la comprensión que Pablo tenía de la ley. Si deseamos entender a Pablo, es de la mayor importancia que tratemos de obtener tanta información como sea posible sobre el judaísmo de la época y su actitud frente a la ley.

El problema de un Israel impenitente
La misión a los gentiles avanzó rápidamente en la época de Pablo. Sin embargo, no sucedió así con la misión entre los judíos. Para Pablo “el hecho de que la mayoría de sus parientes se hubieran cerrado al evangelio fue la experiencia más deprimente de su vida. Esta experiencia amarga le provocó las palabras conmovedoras de Romanos 9.1-3.
Por lo tanto, Pablo recurre a las promesas de dios en el Antiguo Testamento y a al hecho de que el Dios de Israel es digno de confianza. La prioridad israelita dentro de la historia de la salvación, entonces, sigue siendo válida y nunca podrá ser ignorada. La ventaja de los judíos es real porque a ellos se les confiaron las promesas. A los cristianos gentiles Pablo les está diciendo que serán “presuntuosos” en cuanto a sí mismos, si conciben su propia existencia como cristianos en aislamiento o separación de Israel. Pablo nunca abandona la continuidad de la historia de dios sin su vínculo con Israel.

LA IGLESIA: LA COMUNIDAD ESCATOLÓGICA DEL ÍNTERIN

Ekklesia según Pablo
Los sociólogos nos dicen que cualquier organización social, para poder persistir, requiere de fronteras, de estabilidad estructural, así como de flexibilidad, y que además tiene que crear una cultura singular. En el caso de una organización esencialmente religiosa se añaden otros factores adicionales, tales como aquellos relacionados con lo que atrae a las personas hacia una persuasión religiosa específica.
La relación entre los creyentes se demuestra con claridad particular en el “lenguaje de pertenencia” utilizado por Pablo. Su uso de una terminología de familia es muy significativo, pues términos como “padre” “hijo/hijos” y especialmente “hermanos/hermanos” abundan en sus cartas.

El bautismo y la superación de las barreras
Este evento decisivo del bautismo de los creyentes en Cristo es lo que motiva a Pablo a declarar con tanta pasión y vehemencia que la Iglesia trasciende toda barrera humana. El bautismo es “el sello de pertenencia como miembro del pueblo escatológico de Dios”.
La fe en Cristo hace posible la comunión. Porque los creyentes son uno en Cristo, se pertenecen los unos a los otros. La comunión en Cristo no une solamente a judíos y gentiles, sino también a personas de trasfondos sociales distintos.
La unidad de la Iglesia –más bien, la Iglesia misma- se pone en tela de juicio cuando los grupos de cristianos se segregan entre sí basándose en distinciones dudosas como raza, etnia, sexo o clase social. Dios nos ha aceptado incondicionalmente en Cristo; tenemos que hacer lo mismo unos con otros.

Por causa del mundo
Esto es lo que la misión paulina se propone lograr. La Iglesia está llamada a ser la comunidad de los que glorifican a Dios demostrando la naturaleza y las obras de él y manifestando la reconciliación y la redención efectuadas por Dios en la muerte, la resurrección y el reinado de Cristo.
En la concepción de Pablo, la Iglesia es “el mundo en obediencia a Dios”, la “creación” … redimida. Su misión primordial en el mundo es ser esta nueva creación. Su misma existencia debe ser por causa de la gloria de Dios.
El paradigma misionero paulino
Primero, los cristianos gentiles nunca deben perder de vista que Israel es la matriz del pueblo escatológico de Dios.
Segundo, los cristianos gentiles nunca se han portado como huéspedes en la casa de Israel. Al contrario, la Iglesia invirtió el orden por el cual las dos comunidades llegaron a unirse.
Tercero, entablar un diálogo entre judíos y cristianos reviste suma importancia
Cuarto, cualquier diálogo teológico y cualquier discusión acerca de Israel deben establecer una distinción entre el lugar de Israel dentro del pacto de Dios y el moderno Estado empírico o nación de Israel.
Quinto, el asunto de la continuación de la misión evangelizadora a los judíos permanece como un punto inconcluso en la agenda de la Iglesia. Lo que Pablo dice en romanos 9-11 es suficientemente ambiguo como para permitir por lo menos la posibilidad de interpretarlo en el sentido de la necesidad de una misión permanente a los judíos. Si Cristo es “la respuesta sorprendente a la búsqueda religiosa judía”, su una “fusión entre la Torah y Cristo” es inadmisible; si lo que importa no es la carne de Abraham sino su fe, si la obediencia celosa a la religión no trae la salvación, y si únicamente los que “dejan de ser incrédulos” serán injertados de nuevo al olivo. ¿No significa todo esto que los cristianos tenemos una responsabilidad hacia los judíos que rebasa el deseo de salvaguardar su paz en el mundo? Naturalmente, cualquier testimonio cristiano a los judíos tiene que nacer de un espíritu de profunda sensibilidad y humildad, a la luz (una vez más) de la historia del trato que los judíos han recibido en manos de los cristianos.

FERNANDO RODRIGUEZ dijo...

Cuatro
La misión en Pablo:
Una invitación a unirse
A la comunidad escatológica

Primer misionero y primer teólogo
La figura del apóstol Pablo siempre ha fascinado a los misioneros. No nos extrañemos, pues, que a través de los años varios misioneros y misionólogos hayan escrito y publicado monografías sobre su importancia para la misión cristiana
Las cartas consideradas indiscutiblemente paulinas por la mayoría de los expertos: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses y Filemón, sin ninguna intención de abordar el tema de la posible autoría de las otras seis cartas atribuidas a Pablo
Su teología es una teología misionera (Hultgren 1985:145), y de que la misión se
Relaciona integralmente con su identidad y pensamiento como tal (:125).

Pablo: su conversión y llamado

Pablo no es el «segundo fundador» del cristianismo, ni la persona que convirtió la religión de
Jesús en la religión acerca de Cristo. No inventó el evangelio acerca de Jesús como el Cristo, sino que lo heredó.
Pablo experimentó una revisión fundamental de su percepción de Jesús de Nazaret y de la validez de la Ley para efectuar la salvación; y a pesar de los muchos e importantes elementos de su cosmovisión que quedaron esencialmente sin alteración

Su encuentro con Jesús alteró radicalmente la comprensión que tenía Pablo del curso de la historia; el hecho de que Jesús fuera el Mesías podía significar una sola cosa para un judío: el comienzo del fin de la historia (cf. Senior y Stuhlmueller1985:227). Pablo lo entiende así al percibir que había llegado la hora de pregonar la salvación en Cristo al mundo gentil. En su experiencia, según su propio testimonio, coinciden su conversión y su llamado a los gentiles (Zeller1982:173).

La estrategia misionera de Pablo
Misión a las metrópolis

Durante las primeras décadas del incipiente movimiento cristiano existían, hablando en general, tres tipos de iniciativas misioneras: (1) los predicadores itinerantes que iban de lugar en lugar a lo largo del territorio judío, proclamando el inminente Reino de Dios (por ejemplo, los profetas de «Q» mencionados en el capítulo 1); (2) los cristianos judíos de habla griega que emprendieron una misión a los gentiles, primero desde Jerusalén (muchas vece forzados a abandonar la ciudad huyendo de la persecución) y luego desde Antioquia; y (3) los misioneros cristianos judaizantes quienes, según 2Corintios y Gálatas, frecuentaban iglesias cristianas existentes con el fin de «corregir» lo que consideraban como una falsa interpretación del evangelio.

Pablo y sus colegas

Ollrog distingue tres categorías de asociados: primero, el círculo más íntimo, incluyendo a Bernabé, Silvano y especialmente Timoteo (:92s.); segundo, «los compañeros de trabajo independientes», como Priscila y Aquila, y Tito (:94s.); y tercero, y quizás más importante, los representantes de iglesias locales, como Epafrodito, Epafras, Aristarco, Gayo y Jasón (:95–106).

La conciencia apostólica de Pablo
La confianza de Pablo en ofrecerse a sí mismo como arquetipo no reside ni en su ser ni en sus logros; más bien, se refiere continuamente a la iniciativa y el poder de Dios en su vida (:59). Así mismo, la osadía de Pablo no se fundamenta, como en el caso de los filósofos, en una libertad moral lograda a través de la razón y el ejercicio de la voluntad; más bien, como lo afirma en 1 Tesalonicenses 2:1–5, es dádiva de Dios. Ello le permite a Pablo enfatizar su propia actitudes darse a sí mismo de un modo que no era posible para los filósofos (:59). Porque él no cree posible distinguir entre su vida y su evangelio (:68), está convencido de que, a través de su vida y ministerio, Dios está llamando a personas al Reino divino y a su gloria (:109).
Su decisión de sostenerse a sí mismo a través del trabajo de sus manos y no aceptar ningún apoyo financiero de las iglesias que fundó (excepto, de manera interesante, de la iglesia en Filipos, cf. Fil. 4:15), debe ser vista como una manifestación de la misma actitud. Trabajaba día y noche, según
escribe a los tesalonicenses, para no ser carga a ninguno mientras les predicaba el evangelio de Dios (1 Ts. 2:9). El meollo de su argumento radica en la última parte de la frase citada: renuncia a su derecho (porque es un derecho, cf. 1Co. 9:4–12) en este sentido, para que el evangelio que proclama sea más creíble. Pablo subraya tal principio de otra manera en 1 Co. 9:19: «aunque soy libre respecto a todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a tantos como sea posible» (cf. Haas, 1971:70–72). Un imperativo pesa sobre sus hombros: «¡ay de mí si no predico el evangelio!» (1 Co. 9:16).

La motivación misionera de Pablo
5
Un sentido de preocupación

En contraposición a la idolatría reinante en el mundo grecorromano
En este punto entra a jugar la preocupación de Pablo. El percibe a la humanidad sin Cristo como totalmente extraviada, en camino a la perdición (cf. 1 Co. 1:18; 2 Co. 2:15), en urgente necesidad de la salvación (ver también Ef. 2:12).

El propósito de la misión de Pablo, entonces, es llevar a las personas a la salvación en Cristo. Esta perspectiva antropológica, sin embargo, no es el objetivo final de su ministerio. En éste y a través de éste, Pablo está preparando al mundo para la gloria venidera de Dios y para el día cuando todo el universo lo adorará

Un sentido de responsabilidad

La responsabilidad primaria de un cristiano común y corriente no es salir a predicar sino apoyar el proyecto misionero a través de una conducta atractiva, y hacer que «los de afuera» se sientan bienvenidos en medio de la comunidad.

Un sentido de gratitud

Únicamente a partir de este punto podemos llegar al nivel más profundo de la motivación misionera de Pablo. El va hasta los confines de la tierra debido a la experiencia abrumadora del amor de Dios que ha recibido por medio de Jesucristo. [El] Hijo de Dios… me amó y dio su vida por mí»,

La misión y el triunfo de Dios

El Pablo apocalíptico

Lo apocalíptico se ha caracterizado muchas veces por la presunción de un presente vacío y una salvación relegada completamente al futuro. La desesperación y frustración del tiempo presente impulsa a los seres humanos a anhelar una redención en el futuro,

Las descripciones del futuro en Lindsey son deterministas al extremo, su visión apocalíptica carece de un enfoque cristo lógico, el material bíblico citado está divorciado totalmente de su contexto histórico, su esperanza para el futuro es egoísta al máximo y en su apocalíptica no hay lugar para una teología de la cruz (Beker 1984:26s.).


La Iglesia cristiana y el enfoque apocalíptico

Precisamente
Por esta razón, dice Beker, el término «apocalíptico» tiene que ser restablecido como un concepto teológico válido y rescatado de los grupos que le han otorgado tan mala reputación


Un nuevo centro de gravedad para el enfoque apocalíptico

La división fundamental de la humanidad ya no es entre los fieles a la Torah y los «gentiles pecadores» (2:15) y malvados, sino que se define sobre la base de la muerte de Jesucristo como el foco de la ira y el juicio universales de Dios. La muerte de Cristo significa el juicio apocalíptico sobre toda la humanidad, mientras la resurrección significa el don gratuito de la nueva vida en Cristo para todos.

Nueva vida en Cristo

La reconciliación con Dios, la justificación, la transformación en el aquí y ahora, sin embargo, no es algo que le ocurre a un individuo de manera aislada. Su incorporación al evento de Cristo traslada al creyente individual a la comunidad de los creyentes. La Iglesia es el lugar donde ellos celebran su nueva vida en el presente y se proyectan hacia el porvenir.



El peregrinaje de las naciones a Jerusalén

Los gentiles que van a Jerusalén son las primicias de la humanidad redimida. En ellos está representada toda la cosecha y por medio de ellos todos los demás tienen parte en la bendición divina (cf. Aus1979:257–260; Hultgren 1985:135s.).

El Mesías de Israel es el Señor exaltado (Kyrios) de todo el cosmos y esto significa que no existe alternativa a su afirmación de soberanía, la cual se proclama a la humanidad entera. Pablo desarrolla estas dimensiones cósmicas de la salvación particularmente en su carta a los Romanos. «Salvación para todos» puede ser la clave hermenéutica para toda esta carta (para más detalle cf. Hahn 1965:99s; Rütti 1972:117s.se le comisionó que proclamara al mundo

La misión significa la proclamación del señorío de Cristo sobre toda la realidad y una invitación a someterse a dicho señorío. Por medio de su predicación Pablo busca evocar la confesión: «Jesús es el Señor» Dios inició en Cristo, el cual concierne a las naciones y a toda la creación, y cuyo clímax es la celebración de la gloria final de Dios (Beber 1980:7s., 354s.; 1984:16). Por tanto, la comisión del apóstol es de ampliar ya, en este mundo, el dominio
Del mundo venidero de Dios (cf. Beber 1984:34, 57).

Enfoque apocalíptico y ética

Pablo está convencido de que, en Cristo, Dios ha reconciliado al mundo consigo mismo y que la era entre la resurrección de Cristo y la parusía es el] tiempo que le fue concedido como apóstol para inaugurar la primera etapa de la convocatoria a las naciones bajo el señorío de Cristo
Pablo puede simultáneamente mantener juntas dos realidades aparentemente contradictorias: un anhelo ferviente de ver la irrupción del reinado futuro de Dios; y una preocupación por la extensión misionera, la edificación de comunidad desde fe en un mundo hostil y la implementación de una nueva ética social




La ley, Israel y los gentiles

La apologética, sin embargo, no es la única razón para el cambio de imagen de Pablo. Una relectura tanto de Pablo como de la literatura judía ha contribuido a una nueva percepción del «apóstol de los gentiles».
En primer lugar, sus comentarios en 1 Tesalonicenses 2:14–16 tienen que interpretarse en el contexto de la carta (la primera carta escrita por pablo) y no pueden ser universalizados (Räisänen 1983:262s., 264);
Segundo lugar, ha crecido cada vez más la conciencia de que la carta a los Gálatas («la carta más arrebatada de Pablo»;Martyn 1985:309) fue escrita con un propósito polémico bien específico, a saber, contrarrestar la influencia de los judaizantes. Gálatas, entonces, no debe interpretarse como un tratado teológico sistemático, sino como un documento escrito para
Un contexto muy específico (cf. Beker 1980:37–58 y Lategan 1988).
En tercer lugar, Pablo comparte muchas convicciones
Religiosas con sus contemporáneos judíos, tales como su opinión sobre la idolatría y su actitud hacia las escrituras hebraicas
(En las cuales se basa su propio pensamiento). Una nueva escritura (un «nuevo testamento» distinto y opuesto al
«Antiguo») es tan inconcebible para Pablo como para muchos de los primeros cristianos. El no es el «fundador» de una
Nueva religión sino el intérprete más autorizado de la antigua (cf. Beker 1980:340s., 343). En cuarto lugar, como ha señalado Sanders (1983:192), el hecho de que Pablo se somete al castigo decretado por las autoridades judías (cf. 2 Co.11:24) demuestra que todavía se considera (igual que sus jueces) un miembro del pueblo judío. El castigo implica inclusión.

La función de la ley
A Pablo se le abrió esta perspectiva cuando conoció al Cristo resucitado.24 No la recibió a través de ninguna intervención humana, ni se la enseñaron; le vino como«revelación» (1:12–17). Aquel evento lo convenció que a través de Jesús, crucificado y resucitado, Dios estaba ofreciéndola salvación a todos.


Pablo llega a una conclusión que para nosotros puede parecer trivial, pero que realmente constituye una afirmación asombrosa: no hay diferencia entre judío y gentil. En primer lugar, todos «están bajo el poder del
Pecado» (Ro. 3:9), y «privados de la gloria de Dios» (Ro. 3:23). Cada persona se encuentra bajo algún «señorío» u otro —del pecado, de la Ley, de la naturaleza humana, de dioses falsos, etc., (cf. Ro. 1.18–3:20) — y, por lo tanto, es igualmente culpable y está igualmente perdida. En efecto, la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia (Ro.
1:18) (cf. Dahl 1977a:78; Walter 1979:438s; Senior y Stuhlmueller 1985:235; Stegemann 1984:302). Ni la sabiduría humana, como sugerían los griegos, ni la Ley, como creían los judíos, puede salvar de «la ira venidera» (1 Ts. 1:10; Ro. 3:20; 5:12–14). Por cuanto todos pecaron, la muerte se ha extendido a todos (Ro. 7:11).A este veredicto negativo, sin embargo, Pablo contrapone uno positivo: «todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente, mediante la redención que Cristo Jesús efectuó» (Ro. 3:23s.;cf. 2:15–17). El evangelio sí es el «poder de Dios para la salvación de todos los que creen» (Ro. 1:16). Así como Dios era«imparcial» en su juicio, de la misma manera es ahora «imparcial» o, mejor, lleno de gracia para con todos, sin acepción de personas (cf. Ro. 2:11).

El problema de un Israel impenitente

La misión a los gentiles avanzó rápidamente en la época de Pablo. Sin embargo, no sucedió así con la misión entre
Los judíos. Para Pablo «el hecho de que la mayoría de sus parientes se hubiera cerrado al evangelio fue la experiencia más deprimente de su vida» (Mussner 1982:11). Esta experiencia amarga le provocó las palabras conmovedoras de Romanos9:1–3:

«Vendrá de Sión El redentor
Y apartará de Jacob la impiedad.
Y éste será mi pacto con ellos
Cuando perdone sus pecados».

La Iglesia: la comunidad escatológica del ínterin
Ekklesia según Pablo


En el concepto de Pablo, la «justicia de Dios» (cf. Ro. 3:21–31) se interpreta como un don a la comunidad, no al individuo (cf. Luz 1968:168–171), por la sencilla razón de que no existe el creyente individual en aislamiento. Esto surge particularmente en sus dos cartas a los creyentes en Corinto, donde algunos interpretan su libertad en Cristo como permiso para actuar como se les da la gana, un concepto de la vida cristiana rechazado categóricamente por Pablo
(cf. Gaventa 1986:45). No cabe en la Iglesia un ser aislado o egoísta (Beker 1984:37). Cuando un individuo experimenta la«justificación por la fe», se une a la comunidad de creyentes. «Los miembros de la comunidad de los últimos días no viven una vida solitaria» (Malherbe 1987:80). De hecho, los cristianos «son una comunidad especial» (:94). Se los llama «santos», los «elegidos», los que han sido «llamados», «amados» y «conocidos» por Dios (para las referencias, cf. Meeks1983:85). Su conducta debe reflejar lo que son en Cristo

Lo distintivo del Nuevo Testamento es que Dios y el prójimo están más cerca a ellas [las comunidades paulinas] que los judíos y los griegos; el concepto de comunidad tiene otra importancia, mucho mayor aún; los valores son más intensos y por esta razón los adjetivos que expresan emoción son también más frecuentes.

El bautismo y la superación de las barreras

El bautismo es «el sello de pertenencia como miembro del
Pueblo escatológico de Dios» (Käsemanno 1969b:119). A los corintios Pablo les dice: «Todos fuimos bautizados por un solo
Espíritu para constituir un solo cuerpo —ya seamos judíos o gentiles, esclavos o libres» (1 Co. 12:13). A los gálatas le s escribe en tono similar: «Porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús» (3:27s.; cf. también Ef.3:6). El bautismo, entonces, conscientemente efectúa un cambio radical en las relaciones interpersonales y en la comprensión que los creyentes tienen de sí mismos (Malherebe 1987:49). La fe en Cristo hace posible la comunión.

Por causa del mundo

En la concepción de Pablo, la Iglesia es «el mundo en obediencia a Dios», la «creación … redimida» (Käsemann1969b:134). Su misión primordial en el mundo es ser esta nueva creación. Su misma existencia debe ser por causa de la gloria de Dios. Y precisamente esto produce un efecto en «los de afuera»

El paradigma misionero paulino

Pablo desarrolló su teología y estrategia misioneras en un contexto bien específico. La única salida de este dilema es una vez más, como hemos venido sugiriendo en capítulos anteriores, extrapolar a partir de Pablo, permitirle «fertilizar» nuestra imaginación y, dependiendo de la guía del Espíritu Santo, prolongar de manera creativa la lógica de la misión y teología de
Pablo en medio de circunstancias históricas que son, en muchos aspectos, muy distintas de las de él. No «entendemos» al verdadero Pablo si solamente lo «atamos» al primer siglo.

En tal espíritu intentaremos a continuación la tarea de identificar las características del paradigma misionero de Pablo.

1. La Iglesia como la nueva comunidad. Las iglesias que deben su existencia a la actividad misionera de Pablo se encuentran en un mundo dividido culturalmente (griegos vs. bárbaros), religiosamente (judíos vs. gentiles), económicamente (ricos
Vs. pobres) y socialmente (esclavos vs. libres). En las mismas iglesias incipientes (particularmente en Corinto) hay facciones, y como prueba de ello tenemos el registro de la desunión y las peleas. Sin embargo, Pablo no negocia sus principios. Para él es imposible rendirse frente a la necesidad de la unidad de un solo cuerpo a pesar de sus múltiples diferencias.
Este rasgo distintivo no es simplemente un truco pragmático o una estrategia contra la fragmentación sectaria. Más bien, tiene su base en un principio teológico: para quienes han sido una vez «bautizados en Cristo» y «revestidos de Cristo» ya no puede haber separación entre judío y gentil, entre esclavo y libre, entre varón y mujer, entre griego y bárbaro; todos ahora son «uno en Cristo» (3:27s.). Ahora «nos concebimos en términos de nuestro bautismo y no en términos de nuestro nacimiento». Nuestra unidad no es negociable nunca
2. ¿Una misión a los judíos? El concepto paulino de la relación entre la Iglesia e Israel va ligado al punto anterior, pero constituye también, desde otra perspectiva, una especie de caso particular. ¿Son los judíos, tal vez, el único grupo religioso?
. En primer lugar,
Tenemos que preguntarnos si hay eventos que rebasen las expectativas de Pablo, las cuales expresa aquí tan apasionadamente.
Y dado el caso, ¿no sería anacrónico apelar a estos versículos como la respuesta final para las preguntas de hoy? En segundo lugar, ¿no corremos el riesgo de depender demasiado de un solo pasaje, ignorando así otras afirmaciones no sólo en el Nuevo Testamento en general, sino en Pablo mismo? (cf. Kirk 1986:249). En tercer lugar, ¿se puede negar que mucha de la sensibilidad contemporánea frente a los puntos de vista judíos y sus aspiraciones, juntamente con sus demandas del reconocimiento de «la importancia sagrada de la supervivencia judía» (J. T. Pawlikowski, citado en Kirk,1986:250), han de atribuirse a la mala conciencia, especialmente de los cristianos de Occidente, después del exterminio en masa de los judíos en la II Guerra Mundial?
A la luz de estas y otras preguntas similares, arriesguemos unas observaciones en cuanto al tema en discusión.
Primero, los cristianos gentiles nunca deben perder de vista que Israel es la matriz del pueblo escatológico de Dios;
Segundo, los cristianos gentiles nunca se han portado como huéspedes en la casa de Israel. Al contrario, la Iglesia invirtió el orden por el cual las dos comunidades llegaron a unirse: se les cerró la puerta de la casa a los judíos y se tiró la llave (Fr. Daniel, citado en Kirk 1986:253). Muchas generaciones de cristianos gentiles han ignorado su dependencia de la fe de Israel y, justificándose a sí mismos si n reparo, se han jactado de su fe en contraposición a «los judíos». Y han ido aún más allá. La relación de los cristianos con los judíos a lo largo de la historia ha sido una cadena de perversión, malentendidos, odio y persecución.
Tercero, entablar un diálogo entre judíos y cristianos reviste suma importancia, pero no vamos a dialogar en un vacío sino bajo la sombra de una trágica historia, especialmente la del Holocausto. Sin embargo, a pesar del dolor y la tragedia, en este diálogo debemos mirar, más allá de semejante evento, al hecho de que el cristianismo y el judaísmo comparten una misma raíz y una Escritura común, aunque difieren profundamente en su
Cuarto, cualquier diálogo teológico y cualquier discusión acerca de Israel deben establecer una distinción entre el lugar
De Israel dentro del pacto de Dios y el moderno Estado empírico o nación de Israel.
Finalmente, las reflexiones de Pablo sobre «la Iglesia e Israel» demuestran similitudes sorprendentes con las de Mateo y Lucas. Todas pertenecen al mismo paradigma general. Sin embargo, existen también diferencias significativas entre los tres autores. Las reflexiones de Pablo, en particular, se caracterizan por una tensión casi insoportable pero a la vez creativa.
3. La misión en el contexto del triunfo inminente de Dios. He dedicado considerable atención a la comprensión que Pablo tenía de su misión dentro del horizonte de la parusía de Cristo. Sin embargo, han pasado más de diecinueve siglos desde que Pablo proclamó el cercano fin del mundo, y sus expectativas no se han cumplido. Beker (1984:64) cita a James M.
4. La misión y la transformación de la sociedad. Una discusión de la perspectiva apocalíptica paulina plantea el problema de la relación entre Iglesia y mundo y la pregunta en torno a si escatología apocalíptica tiene algo que decir al llamado de la Iglesia en la sociedad.
5. La misión en debilidad. Pablo no da espacio a sus lectores para ningún escape ilusorio del sufrimiento, la debilidad y l a muerte de la hora actual, por medio de la proclamación entusiasta de que Cristo ya ha ganado la victoria final. Tampoco permite que sus lectores se unan a sustentadores de la visión apocalíptica e interpreten el dolor y la miseria que encuentran como evidencia de la ausencia de Dios en la era maligna actual, la cual afortunadamente no durará mucho (cf. Rütti1972:167). Más bien, la «revaloración de todos los valores» que hace Pablo (porque esto es, de hecho, lo que hace) tiene otro origen: la tensión creativa de la existencia cristiana entre la justificación ya otorgada y la redención garantizada.

He argumentado que la teología de Pablo es bifocal en el sentido de que enfoca tanto la acción pasada de Dios en Cristo como su acción futura
Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.También aparecen similares conexiones contrastantes en otras secciones. En 4:8s. Ellos se encuentran atribulados, no abatidos; perplejos, no desesperados; perseguidos, no abandonados; derribados, pero no destruidos. El texto de 6:8–
10 muestra otra serie de opuestos: engañadores, pero veraces; desconocidos, pero bien conocidos; moribundos, pero viviendo; golpeados, pero no muertos; pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada aunque poseyéndolo todo.
Para Pablo el sufrimiento no es sólo algo que se tiene que soportar pasivamente a causa de los ataques y la oposición de los poderes de este mundo, sino también, y tal vez primordialmente, una expresión del involucramiento activo de la iglesia en el mundo, motivado por la posibilidad de su redención (cf. Beker 1984:41). El sufrimiento, por tanto, es un modo
De involucramiento misionero (cf. Meyer 1986:111). Pablo carga en su cuerpo «las cicatrices de Jesús» (6:17) adquiridas por ser siervo de Cristo (cf. 2 Co. 11:23–28). Comparte los sufrimientos de Cristo (2 Co. 1:5) y completa en su carne «lo que falta de las aflicciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la Iglesia» (Col. 1:24). Pablo carga en su cuerpo la muerte de Jesús; la muerte está activa en él, pero la vida está activa en los que han llegado a la fe por medio de
Él (2 Co. 4:9, 12). Si él está afligido, entonces, esto es por causa de la salvación de ellos (2 Co. 1:6). Hacia el final de 2Corintios lo expresa aun de otra manera: «Así que de buena gana gastaré todo lo que tengo, y hasta yo mismo me desgastaré del todo por ustedes» (12:15).
6. El objetivo de la misión. En las líneas iniciales de su carta a los Romanos Pablo formula brevemente los objetivos de su apostolado: ha sido «apartado para anunciar su evangelio» por Jesucristo, por medio de quien ha recibido el privilegio de una comisión en su nombre «para persuadir a todas las naciones que obedezcan a la fe» (Ro. 1:5) (cf. Legrand 1988:156–158). Ha sido enviado a anunciar que Dios ha efectuado la reconciliación consigo y también entre las naciones. Esta tarea le lleva alrededor de los límites de mundo mediterráneo, donde rehúsa edificar sobre el fundamento de otros porque el tiempo es corto y la tarea urgente (Senior y Stuhlmueller 1985:252). Dondequiera que llega funda ekklesiai, iglesias, las cuales se espera que sean la manifestación de la nueva creación que ahora está «restaurada al estado del cual cayó Adán» y en las cuales ya no reinan los poderes del mundo, con excepción de la muerte. (Käsemann 1969b:134).Por importante que sea la Iglesia, para Pablo no es la meta final de la misión. La vida y la labor de la comunidad cristiana están íntimamente ligadas con el plan histórico-cósmico de Dios para la redención del mundo. En Cristo, Dios ha reconciliado al mundo, no sólo a la Iglesia, consigo mismo (2 Co. 5:19) y esto es lo que Pablo debe proclamar: «La universalidad del evangelio hace juego con la universalidad de la labor de apóstol, es decir, proclamar la victoria salvífica de Dios sobre su creación»
La raíz primaria de la comprensión cósmica que tiene Pablo de la misión es su creencia personal en Jesucristo, crucificado y resucitado, como Salvador del mundo. Proclamarlo puede ser «motivo de tropiezo para los judíos y… locura para los gentiles», pero «para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios (1 Co. 1:23s.), a cuya comunión han sido llamados (1 Co. 1:9). La misión de Pablo se lleva a cabo, como lo ha demostrado Sanders, sobre la base de la «solución» y no sobre la base de la «situación». Sólo retrospectivamente Pablo podía entender lo que significaba una vida sin Cristo. Únicamente a la luz de la experiencia del amor incondicional de Dios podía reconocer el abismo de oscuridad tan terrible en el cual habría caído sin Cristo. Lo que expresa en1 Tesalonicenses 1:4 y 10 («Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido»; y «Jesús… nos libra del terrible castigo venidero» es una confesión de haber sido salvado por el acto de Dios en Jesús, no un pronunciamiento acerca de los otros que no creen (cf. Boring 1986:276s.). Así que Pablo no enfatiza el estado de los de afuera del redil cristiano.
Esto sería empezar con «la situación». Más bien, sabe, sobre la base de la «solución» que ha encontrado, o por la cual él ha sido encontrado, que el evangelio que tiene para predicar es un evangelio de amor incondicional y gracia inmerecida. Su evangelio misionero, por lo tanto, es un evangelio positivo.

Hno. César Ramos dijo...

Seminario Teológico Bautista Mexicano. Campus “Horeb”
Materia: Naturaleza y misión de la iglesia II
Profesor: Pastor Rafael Pola Baca
Alumno: Hno. César Roberto Ramos Gutiérrez

Reporte de lectura
Libro: “Misión en transformación”
Autor: David J. Bosch
Editorial: Libros de desafío

Resumen del Capítulo 04. “La Misión en Pablo: una Invitación a unirse a la Comunidad Escatológica”

PRIMER MISIONERO Y PRIMER TEOLOGO

Solo de manera gradual los investigadores se han dado cuenta de que a Pablo se le tiene que entender, ante todo, como un misionero apostólico también en sus cartas. Todas las cartas de Pablo, dan una sola respuesta al interrogante de quién era y quién quería ser Pablo: un apóstol de Jesucristo, un misionero. “El sabía... que Dios lo había enviado al mundo para proclamar el evangelio, no para contemplar y especular”.
Hoy día se acepta que Pablo fue el primer teólogo cristiano precisamente porque fue el primer misionero, y que su “teología de la misión es prácticamente un sinónimo de las impresionantes reflexiones paulinas sobre la vida cristiana” y “coincide prácticamente con toda su concepción cristiana”. Su teología es una teología misionera, y la misión se relaciona integralmente con su identidad y pensamiento como tal. La comprensión de la misión de Pablo es “un análisis de la realidad desencadenado por una experiencia inicial que proporcionó a san Pablo una nueva visión del mundo”.

PABLO: SU CONVERSIÓN Y LLAMADO

¿Qué fue lo que convirtió a un perseguidor del movimiento cristiano en su mayor protagonista, abrazándolo como el centro de su vida y aun del universo? Fue su encuentro con el Cristo resucitado.
Algunos eruditos argumentan a favor de dejar de lado la palabra “conversión” para describir la experiencia de Pablo por dos razones: 1. Una conversión implica un cambio de religión, y Pablo nunca cambio la suya. 2. No es justificable caracterizar a Pablo como una persona atormentada y llena de culpa por sus pecados, lo que provocó su conversión. El fenómeno de la “conciencia introspectiva” es típicamente accidental. Una experiencia así no era del interés de Pablo, quién tampoco esperaba encontrarla como respuesta en las personas a quienes les proclamaba el evangelio.
Se sugiere hablar de “llamado”, en lugar de “conversión” de Palo. El mismo Pablo habla teológicamente de recibir el llamado a ser el apóstol a los gentiles, aludiendo sin duda a los llamados de Isaías y Jeremías a ser profetas. Como en el caso de ellos, su vocación parte de un acto decisivo de Dios, comunicado a través de una revelación y una visión. Sin embargo Gaventa distingue: Alternación.- Una forma limitada de cambio que se desarrolla sobre la base del pasado del individuo. Transformación.- un cambio de perspectiva radical que no exige un rechazo o negación del pasado o de valores previos, pero si una nueva percepción, una reinterpretación del pasado. Conversión.- un cambio en el cual ocurre una ruptura entre pasado y presente, de tal manera que el pasado se concibe en términos relativamente negativos. Al contrario de lo que sucede con los otros apóstoles, para Pablo “las palabras “evangelio” y “apóstol” son conceptos correlativos, siendo ambos términos misioneros”. Por eso en Pablo encontramos la visión misionera más sistemática y profunda elaborada en un marco cristiano y universal.

LA ESTRATEGIA MISIONERA DE PABLO

Misión a las metrópolis

En las primeras décadas del movimiento cristiano existían tres tipos de iniciativas misioneras: 1. Los predicadores itinerantes. 2. Los cristianos judíos de habla griega que emprendieron una misión a los gentiles, primero desde Jerusalén y luego desde Antioquia. 3. Los misioneros cristianos judaizantes, quiénes según 2 Cor. Y Gálatas, frecuentaban iglesias cristianas existentes con el fin de “corregir” las “falsas” interpretaciones del evangelio. La visión de Pablo es global en términos del mundo conocido por él. Pablo está en el proceso de fundar iglesias, a las cuales busca nutrir a través de ocasionales visitas pastorales y largas cartas, y enviándoles sus colaboradores. Intercede a favor de sus congregaciones y les aconseja respecto a una gran variedad de asuntos bien prácticos y terrenales; espera que crezcan en madurez espiritual y mayordomía, y que lleguen a ser faros en su medio ambiente. Todo esto se va dando en el marco de una ferviente expectativa escatológica. No hay conflicto entre apostolado y Apocalipsis en Pablo, sino solamente una tensión creativa. Fervor apocalíptico y estrategia misionera van asidos de la mano.

Pablo y sus colegas

Ollrog distingue tres categorías de asociados: 1. El círculo más íntimo, incluyendo a Bernabé, Silvano y especialmente Timoteo. 2. Los compañeros de trabajo independientes, como Priscila, Aquila y Tito. 3. Los representantes de iglesias locales, como Epafrodito, Epafras, Aristarco, Gayo y Jasón. Las iglesias ponen a estas personas a disposición de Pablo por períodos limitados; así las iglesias tienen una representación en la misión paulina y llegan a ser corresponsables de la obra. Cuando varios miembros de una comunidad son elegidos para esa tarea, ponen su carisma a disposición de la misión durante un período determinado. Este ministerio demuestra que las iglesias han alcanzado su mayoría de edad. Pablo concibe su misión siempre e función de la iglesia.

La conciencia apostólica de Pablo

Es de especial importancia la conciencia apostólica que Pablo tiene de sí mismo, y la manera en que se presenta como un modelo a ser imitado por todo cristiano. Como en el caso de los filósofos serios, no hay contradicción alguna entre su vida y lo que predica: su vida autentica su evangelio. La obediencia incondicional exigida por Pablo y la autoridad a la cual apela no apuntan a él sino al evangelio, es decir, a Cristo. Y las demandas que pone sobre sí mismo van más allá de lo que exige de otros. Un imperativo pesa sobre sus hombros: “¡ay de mí si no predico el evangelio!” (1 Co. 9:16).

LA MOTIVACIÓN MISIONERA DE PABLO

Michael Green sugiere tres motivos misioneros principales en la Iglesia primitiva, visibles en Pablo: un sentido de gratitud, un sentido de responsabilidad y un sentido de preocupación.

Un sentido de preocupación

Lo más reprensible para Pablo es la idolatría. Los ídolos toman control de individuos, quienes se dejan arrastrar ciegamente, siendo esclavos de dioses que en realidad no los son, sometidos a esos débiles y pobres poderes. La esclavitud del gentil a los ídolos, no se debe a su ignorancia sino a su obstinación En contraposición a la idolatría, Pablo proclama el mensaje de un solo Dios que exige lealtad absoluta del individuo. Dios es vivo y verdadero, y se reveló a sí mismo a nosotros a través de su Hijo.

Un sentido de responsabilidad

La manera de predicar el evangelio que tiene Pablo se da en un marco de flexibilidad, sensibilidad y empatía”. Pero la libertad de su servicio no es opción suya: es cuestión de obediencia al evangelio, en tal grado que su propia salvación está en juego. En esencia Pablo afirma dos cosas: el evangelio de Jesucristo es para todos, sin distinción; y él, Pablo, está bajo obligación de tratar de “ganar” a tantos como sea posible. Pablo enfatiza el hecho de que sus lectores son una comunidad de un género especial, con un sentido de pertenencia, con cohesión interna y solidaridad de grupo, y con un sentido de separación, distinguiéndose de los que no pertenecen a la comunidad. Los cristianos deben comportarse de una manera ejemplar porque son “santos”, “elegidos” de Dios, “llamados” y “conocidos” por Dios. Pero Pablo dice también de este comportamiento ejemplar a causa del testimonio cristiano ante los de afuera.

Un sentido de gratitud

Pablo va hasta los confines de la tierra debido a la experiencia abrumadora del amor de Dios que ha recibido por medio de Jesucristo. Para Pablo la razón más elemental por la cual proclama el evangelio a todos es el sentido de privilegio.

LA MISIÓN Y EL TRIUNFO DE DIOS

El Pablo apocalíptico

Los eruditos afirman que es necesario entender a Pablo en continuidad con su trasfondo judío. Saulo venía de la tradición apocalíptica judía que inició con Daniel, una tradición que influyo decisivamente en la teología de Pablo el cristiano. Pablo, pertenece al judaísmo de antes de la guerra de los judíos debe ser leído y entendido en este contexto de amiente apocalíptico. Pablo maneja los temas comunes y corrientes del judaísmo apocalíptico, dentro de ellos están los cuatro temas básicos: la “reivindicación”, el “universalismo”, el “dualismo” y la “inminencia”. La corriente principal del cristianismo ha rehusado, a través de la historia, aceptar un Pablo apocalíptico.

La iglesia cristiana y el enfoque apocalíptico

La resurrección de Cristo llegó a ser percibida como un evento consumado y divorciado de la esperanza de una futura resurrección de los creyentes. La teología literal del siglo 19, por ejemplo, simplemente anuló la expectativa escatológica de Pablo referente al futuro como si fuera un mero adorno. También en el protestantismo (especialmente en su rama luterana) ha habido la tendencia a declarar que el tema básico de Pablo, con la exclusión de todos los demás, “se encuentra en su comprensión de la ley y la gracia, es decir, en su mensaje de justificación”. Beker aboga por la rehabilitación del término “apocalíptico” en oposición al de “escatología”, que se ha convertido simplemente en una palabra hermenéutica para referirse a “lo final”, y cuyo uso es “multivalente y muchas veces caótico”. Por el contrario, “apocalíptico” clarifica el carácter futuro-temporal del evangelio de Pablo y denota un suceso cósmico-universal a la vez que definitivo, al final del tiempo.

Un nuevo centro de gravedad para el enfoque apocalíptico

Pablo, el cristiano, aún formula su espiritualidad en los términos de su herencia apocalíptica (judía), pero le otorga un “nuevo centro de gravedad”, es decir, Jesucristo. El lugar que ocupa la Ley en el judaísmo, ahora lo ocupa el evento de Cristo. La proclamación de la muerte y la resurrección de Cristo forma el meollo del mensaje misionero de Pablo.
La muerte de Cristo significa el juicio apocalíptico sobre toda la humanidad, mientras la resurrección significa el don gratuito de la nueva vida en Cristo para todos. Pablo se encuentra luchando con un problema: mientras el Mesías ha arribado su Reino no. La muerte y resurrección de Cristo significan la inauguración y anticipación del triunfo venidero de Dios, su introducción y garantía.

Nueva vida en Cristo

El Espíritu mora en el creyente, sellándolo como posesión de Cristo. El Espíritu vive y genera vida, porque es el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos. De hecho, el Espíritu es el agente de la gloria venidera en el tiempo presente. La incorporación al evento de Cristo traslada al creyente individual a la comunidad de los creyentes. La iglesia es el lugar donde ellos celebran su nueva vida en el presente y se proyecta hacia el porvenir. La iglesia tiene un horizonte escatológico y se constituye en la vanguardia del nuevo mundo de Dios y la señal del amanecer de la nueva era en medio de la antigua. Pero no parece haber mucho más aparte de las “primicias” y “garantía”. Como Abraham, los cristianos creen “contra toda esperanza” (Ro. 4:18), aceptan por fe el testimonio del Espíritu en términos de ser hijos y herederos de Dios y, por lo tato, coherederos con Cristo con una condición, dice Pablo: “si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria” (Ro. 8:17).

El peregrinaje de las naciones a Jerusalén.

Pablo tiene la convicción de que por el momento la misión a los gentiles tiene una mayor prioridad que la misión a los judíos. Sin embargo, dice que Dios todavía va a salvar a Israel aunque por una tortuosa: ¡la misión a los gentiles! Pablo enfatiza claramente la unidad de la iglesia compuesta por judíos y gentiles. No los judíos de la diáspora, sino los representantes de todos los gentiles serán recogidos desde los extremos de la tierra y llevados a Jerusalén. Únicamente cuando la más distante de las naciones mencionadas en Isaías 66:19 también mande a sus representantes a Jerusalén “la totalidad de los gentiles” (Ro. 11:25) habrá llegado, como también el tiempo de la parusía.

El universalismo de Pablo.

Debemos entender a pablo como un pensador coherente pero no sistemático. Pablo opera con dos imágenes aparentemente opuestas. En los llamados pasajes “particularistas” la imagen dominante es la de Dios-el juez. E esta imagen hay “ganadores” (los que se salvan) y “perdedores” (los perdidos) aunque ni siquiera aquí Pablo elabora el destino de los condenados; Pablo carece de una doctrina del infierno. En los pasajes “universalistas”, por otro lado, la imagen dominante es la de Dios-el-rey, que reúne todo bajo su reinado. Los poderes que antes eran hostiles han sido vencidos y ahora rinden homenaje al vencedor. “Toda rodilla” lo confiesa y se dobla voluntariamente ate él. Este es el lenguaje de señorío, no de “salvación”.

Enfoque apocalíptico y ética.

El conservadurismo social y el entusiasmo apocalíptico van de la mano. Esperando el Reino inminente de Dios, la gente sale de la sociedad para refugiarse en la iglesia, la cual no es más que un bote salvavidas dando vueltas en un mar embravecido, tratando de rescatar a los sobrevivientes de un naufragio. Además, los aficionados a lo apocalíptico, por lo general, revelan un egoísmo muy particular. Se ven a sí mismos como una especia de elite favorecida. Si llegara a existir un compromiso con otros, por lo general suele adquirir un aire condescendiente. Se practica una “ética de exceso”, donde los que o tienen nada vienen a ser el blanco de la caridad de los que tienen todo.

LA LEY, ISRAEL Y LOS GENTILES

Pablo y el judaísmo

En la actualidad se reconoce en Pablo una actitud mucho más positiva hacia los judíos y el judaísmo en general, y hacia la Ley en particular. Una relectura tanto de Pablo como de la literatura judía ha contribuido a una nueva percepción del “apóstol de los gentiles”; es claro, especialmente sobre la base de Romanos, que Pablo no concibe a sus semejantes como quiénes mataron a Jesús y, por lo tanto, merecedores de la ira de Dios “para siempre”. Pablo comparte muchas convicciones religiosas con sus contemporáneos judíos, tales como su opinión contra la idolatría y su actitud hacia las escrituras hebraicas (en las cuales se basa su propio pensamiento). El no es el “fundador” de una nueva religión sino el intérprete más autorizado de la antigua.

La función de la ley

No es fácil establecer con precisión la naturaleza del problema de Pablo con la Ley, con frecuencia la actitud de Pablo hacia la ley es muy positiva. Por otro lado, existen dichos en los cuales Pablo parece expresar una actitud extremadamente negativa hacia la Ley, y aún más particularmente respecto a los ritos judíos, sobre todo la circuncisión exigida por los judaizantes a los creyentes gentiles en Galacia.

¿Por qué este ataque tan vehemente contra la Ley?

Pablo ve lo que ningún otro judío ortodoxo había podido ver, aunque quisiera intencionalmente o no, para los judíos la Ley había llegado a representar una señal de distinción y, por lo tanto, de falta de solidaridad entre judío y gentil. La Ley separa y por ello aísla un grupo de otro grupo. Los judíos malentendieron sus propias escrituras y su papel como pueblo de Dios. Era esta característica divisiva de la Ley la que rechazaba Pablo. Pablo repudiaba cualquier indicio de “judaización” de los convertidos gentiles. El encuentro con Cristo de Pablo lo obligó repensar absolutamente todo desde el principio. La “solución” (Cristo) le reveló precisamente cuál era su “aprieto”: la insuficiencia de la Ley para lograr la salvación.

Aceptación incondicional

La muerte sustitutiva de Jesús en la cruz, y sólo ella, abre el camino a la reconciliación con Dios. Dios mismo acepta a cada uno incondicionalmente. Esta es la piedra angular de la teología paulina de la misión. A partir de esta percepción Pablo llega a una conclusión que realmente constituye una afirmación asombrosa: no hay diferencia entre judío y gentil, “todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente, mediante la redención que Cristo Jesús efectúo”. Esto es así porque Dios es Dios no sólo de los judíos sino también de los gentiles, “porque no hay más que un solo Dios” y su misericordia es para con todos. Judíos y gentiles, juntos, constituyen “el Israel de Dios”.

El problema de un Israel impenitente

La misión a los gentiles avanzó rápidamente en la época de Pablo. Sin embargo, no sucedió así con la misión entre los judíos. Pablo es entre todos los autores neotestamentarios, quien más apasionadamente se preocupa por Israel. Su convicción fundamental es que el destino de toda la humanidad se decidirá según lo que le suceda a Israel. A él le duele profundamente que los judíos no estén participando del peregrinaje al monte de Dios en Jerusalén. El evangelio proclamado por Pablo no es ninguna religión nueva, sino la respuesta al anhelo de Israel por la era mesiánica. Pablo busca desesperadamente una fórmula que mantenga intactas las promesas de Dios a Israel y al mismo tiempo insiste en la fe en Cristo.

Romanos 9-11

Estos tres capítulos, los más difíciles, aparecen en la parte intermedia de la carta a los Romanos, cuyo tema dominante se enuncia en 1:16 “el evangelio...es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles”. Esta sección es, un importante” documento de historia de las misiones que apunta hacia el futuro”; y, en este contexto, la sección e discusión “dilucida en particular el propósito y trasfondo de la misión de Pablo a gentiles.

LA IGLESIA: LA COMUNIDAD ESCATOLÓGICA DEL INTERIN

Ekklesia según Pablo

Las iglesias paulinas de los años cincuenta del primer siglo eran todo menos estables cuando Pablo las dejaba, “relativamente desorganizadas, angustiadas, con una instrucción apeas rudimentaria en la fe y en un estado de tensión con la sociedad en general”. En el concepto de Pablo, la “justicia de Dios” (Ro. 3:21-31) se interpreta como un don a la comunidad, no al individuo, por la sencilla razón de que no existe el creyente individual en aislamiento. La ekklesia local claramente llega a ser el grupo de pertenencia primario para sus miembros.

El bautismo y la superación de las barreras

La unidad entre los creyentes tiene su base en el hecho de que todos han sido incorporados a Cristo por medio del bautismo. Los creyentes son bautizados en la muerte de Cristo y así mismo levantados de entre los muertos; son crucificados con Cristo, han muerto con él, pero ahora viven con él y están vivos para Dios. Han sido “revestidos” de Cristo crucificado y resucitado, y han sido adoptados como hijos de Dios.

Por causa del mundo

La iglesia está llamada a ser la comunidad de los que glorifican a Dios demostrando la naturaleza y las obras de él y manifestando la reconciliación y la redención efectuadas por Dios en la muerte, la resurrección y el reinado de Cristo. En la concepción de Pablo, la iglesia es “el mundo en obediencia a Dios”, la “creación....redimida”. La iglesia se involucra con el mundo, lo que significa que es misionera. Pablo ubica a todo ser humano en el contexto del mundo y sus estructuras de poder, y enfatiza una solidaridad e interdependencia fuertes entre la iglesia y el mundo. La iglesia es la iglesia en el mundo y para el mundo, lo cual significa que tiene una vocación activa y una misión al orden creado y sus instituciones.

EL PARADIGMA MISIONERO PAULINO

¿No es verdad, que el apostolado de Pablo es tan excepcional que no es posible emularlo como tal? Leyendo las cartas de Pablo es posible tener está impresión. Casi como un hombre orquesta, se enfrenta a todo el imperio Romano. Carga una “necesidad impuesta” o irrevocable. Las características del paradigma misionero de Pablo son las siguientes: 1. La iglesia como la nueva comunidad. 2. ¿Una misión a los judíos? Algunas observaciones en cuanto al tema en discusión. Primero. Los cristianos gentiles nunca deben perder de vista que Israel es la matriz del pueblo escatológico de Dios; por ende, tampoco pueden poner en duda la continuidad de la historia de Dios con Israel. Segundo. Los cristianos gentiles nunca se han portado como huéspedes en la casa de Israel. Al contrario, la iglesia invirtió el orden por el cual las dos comunidades llegaron a unirse: se les cerró la puerta de la casa a los judíos y se tiró la llave. Tercero. Entablar un diálogo entre judíos y cristianos reviste suma importancia, pero no vamos a dialogar en un vacío sino bajo la sombra de una trágica historia, especialmente la del Holocausto. Cuarto. Cualquier diálogo teológico y cualquier discusión acerca de Israel deben establecer una distinción entre el lugar de Israel dentro del pacto de Dios y el moderno Estado empírico o nación de Israel. Quinto. El asunto de la continuación de la misión evangelizadora a los judíos permanece como un punto inconcluso en la agenda de la iglesia. 3. La misión en el contexto del triunfo inminente de Dios. 4. La misión y la transformación de la sociedad. 5. La misión e debilidad. 6. El objetivo de la misión. Pablo ha sido “apartado para anunciar su evangelio” por Jesucristo, por medio de quien ha recibido el privilegio de una comisión en su nombre “para persuadir a todas las naciones que obedezcan a la fe”. Ha sido enviado a anunciar que Dios ha efectuado la reconciliación consigo y también entre las naciones. La vida y la labor de la comunidad cristiana están íntimamente ligadas con el plan histórico-cósmico de Dios para la redención del mundo. La salvación de la humanidad, entonces, resulta en alabanza por boca de todas las naciones; en efecto, de toda la creación.

THE END

navesfrancisco dijo...

Misión en transformación.
Ocho.
El paradigma misionero de la Reforma protestante.
La naturaleza del nuevo movimiento.
El paradigma católico romano experimentó una crisis en la parte final de la edad media. El catalizador, introduciendo así un nuevo paradigma, fue Martín Lutero (1483-1546). El fue un monje agustino, tuvo dependencia al escolar sismo y su y a la filosofía de Aristóteles.él encontró el meollo de la teología de Pablo en la epístola de romanos 1. 16 “el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” “porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela porque y parte, como está escrito: mas el justo por la fe vivirá” la reforma protestante contribuyó a la comprensión de la misión contrastando con el paradigma católico, cinco elementos dan el perfil “una teología protestante de la misión”, elementos que se encuentran en todas las manifestaciones del protestantismo.

1 es el artículo de la justificación por la fe.

2 ayudara las personas a tomar conciencia de su condición de perdición para traerlas al punto de arrepentimiento, librando las de la pesada carga del pecado.

3 la reforma subrayó la dimensión subjetiva de la salvación.

4 sacerdocios de todos los creyentes.

5 la centralidad de las escrituras en la vida de la Iglesia.
Lutero pudo afirmar: “la Biblia y Dios son dos entes distintos, tal como el creador es distinto de la criatura”.

Los reformadores y la misión.

Lutero jamás entró en polémica contra la idea de una misión foránea, simplemente nunca habló de ello, sencillamente estuvo ausente de los reformadores. De hecho proveyó pautas y principios importantes para la empresa misionera de la Iglesia. Su preocupación era la reforma de la Iglesia, no su reemplazo.

Ortodoxia luterana y misión.

El catolicismo sería la religión establecida en los países católicos, él luteranismo en los territorios luteranos y así sucesivamente. En el siglo siete se describe a la Iglesia según dos marcas distintivas, “la asamblea de los santos en la que se enseña el Evangelio de manera pura y se administran los sacramentos correctamente” los protestantes se concentraban en la corrección de la enseñanza y los sacramentos en un lugar donde se hace algo, no un organismo vivo que hace algo. El protestantismo ortodoxo: 1. Los apóstoles ya habían cumplido la “gran Comisión” y, por tanto, no era obligatoria para la Iglesia. 2. La salvación radicaba en Dios y sólo en él. 3. Todo vestigio de optimismo, desaparecería el panorama ortodoxo, había dudas de que él mundo mejorará.4. La ortodoxia luterana no fue capaz de liberarse de la perspectiva según la cual la misión luterana sólo podía emprenderse bajo un gobierno luterano. 5. La “opinión” de Wittenberg dio otra razón por la cual la Iglesia debía abstenerse de cualquier misión a los paganos.

La irrupción pietista.

En el pietismo la fe formal, correcta, fría y cerebral de la ortodoxia se dio ante la calurosa y devota unión con Cristo. El pietismo, entonces, introdujo el concepto de “voluntarismo” en la misión. Los primeros pietistas no sólo se preocupaban por el alma de las personas sino “mejoramiento concreto de la vida en todos los estratos sociales de Alemania, Europa y todo el mundo”. Mientras que la ortodoxia negaba la validez no lógica del pietismo, el racionalismo vació la fe de sus misterios. Muy pronto los círculos pietistas en las iglesias del estado se encontraban en estado de descomposición y parálisis.
La segunda reforma y el puritanismo.

La ortodoxia penetró hondamente no solamente en el luteranismo sino también en el Calvinismo. Aún así, el calvinismo holandés y el anglosajón parecen en haber logrado mantener vivo el espíritu misionero más que luteranismo. Para Calvino, el Cristo exaltado a la diestra de Dios era un Cristo preeminente activo. Los aspectos sobresalientes de la teología puritana de la misión: 1. Una característica fundamental del calvinismo es la doctrina de la predestinación. Se dio el caso de un pastor puritano que llegó a agradecer a Dios por haber enviado “una enfermedad mortal entre los indios…la cual destruyó multitudes, abriendo así paso a nuestros padres”. 2. para los puritanos el objetivo último de la misión fue siempre la gloria de Dios. 3. La gloria o la soberbia de Dios no podían, sin embargo, concebirse a parte de su gracia y su inconsolable misericordia. 4. Todas las iniciativas misioneras calvinistas, se emprendieron en el marco de la expansión colonial. 5. La visión teocrática estaba íntimamente vinculada a la manera en que los primeros calvinistas entendían la relación entre misión y escatología. 6. La idea de elevar el nivel cultural común objetivo de la misión todavía estaba relativamente subdesarrollada en la “segunda reforma” y el período puritano.7. Dada la prominencia de la “gran Comisión” en los debates prisioneros a partir del final del siglo 18, es sorprendente ver que no desempeñó papel alguno en las discusiones del siglo 17.
Ambivalencias en el paradigma de la reforma.

1. El énfasis en la soberanía a vez ejerció una influencia paralizante, aún sobre la idea de un involucramiento misionero.2. ABC se percibía a las personas a la luz de la caída: pecadores empedernidos en camino de la perdición. 3. La ortodoxia protestante se inclinaba hacia el lado de la naturaleza objetiva de la fe. 4. En su mayoría, los protestantes de los primeros dos siglos operaban todavía dentro del marco de un vínculo estrecho entre Iglesia y el estado. 5. La rama de la reforma calvinista enfatizaba más que el luteranismo el dominio de Cristo sobre la sociedad general. Esta distinción también se marcó en la práctica misionera calvinista.

navesfrancisco dijo...

Misión en transformación.
Ocho.
El paradigma misionero de la Reforma protestante.
La naturaleza del nuevo movimiento.
El paradigma católico romano experimentó una crisis en la parte final de la edad media. El catalizador, introduciendo así un nuevo paradigma, fue Martín Lutero (1483-1546). El fue un monje agustino, tuvo dependencia al escolar sismo y su y a la filosofía de Aristóteles.él encontró el meollo de la teología de Pablo en la epístola de romanos 1. 16 “el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” “porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela porque y parte, como está escrito: mas el justo por la fe vivirá” la reforma protestante contribuyó a la comprensión de la misión contrastando con el paradigma católico, cinco elementos dan el perfil “una teología protestante de la misión”, elementos que se encuentran en todas las manifestaciones del protestantismo.

1 es el artículo de la justificación por la fe.

2 ayudara las personas a tomar conciencia de su condición de perdición para traerlas al punto de arrepentimiento, librando las de la pesada carga del pecado.

3 la reforma subrayó la dimensión subjetiva de la salvación.

4 sacerdocios de todos los creyentes.

5 la centralidad de las escrituras en la vida de la Iglesia.
Lutero pudo afirmar: “la Biblia y Dios son dos entes distintos, tal como el creador es distinto de la criatura”.

Los reformadores y la misión.

Lutero jamás entró en polémica contra la idea de una misión foránea, simplemente nunca habló de ello, sencillamente estuvo ausente de los reformadores. De hecho proveyó pautas y principios importantes para la empresa misionera de la Iglesia. Su preocupación era la reforma de la Iglesia, no su reemplazo.

Ortodoxia luterana y misión.

El catolicismo sería la religión establecida en los países católicos, él luteranismo en los territorios luteranos y así sucesivamente. En el siglo siete se describe a la Iglesia según dos marcas distintivas, “la asamblea de los santos en la que se enseña el Evangelio de manera pura y se administran los sacramentos correctamente” los protestantes se concentraban en la corrección de la enseñanza y los sacramentos en un lugar donde se hace algo, no un organismo vivo que hace algo. El protestantismo ortodoxo: 1. Los apóstoles ya habían cumplido la “gran Comisión” y, por tanto, no era obligatoria para la Iglesia. 2. La salvación radicaba en Dios y sólo en él. 3. Todo vestigio de optimismo, desaparecería el panorama ortodoxo, había dudas de que él mundo mejorará.4. La ortodoxia luterana no fue capaz de liberarse de la perspectiva según la cual la misión luterana sólo podía emprenderse bajo un gobierno luterano. 5. La “opinión” de Wittenberg dio otra razón por la cual la Iglesia debía abstenerse de cualquier misión a los paganos.

La irrupción pietista.

En el pietismo la fe formal, correcta, fría y cerebral de la ortodoxia se dio ante la calurosa y devota unión con Cristo. El pietismo, entonces, introdujo el concepto de “voluntarismo” en la misión. Los primeros pietistas no sólo se preocupaban por el alma de las personas sino “mejoramiento concreto de la vida en todos los estratos sociales de Alemania, Europa y todo el mundo”. Mientras que la ortodoxia negaba la validez no lógica del pietismo, el racionalismo vació la fe de sus misterios. Muy pronto los círculos pietistas en las iglesias del estado se encontraban en estado de descomposición y parálisis.
La segunda reforma y el puritanismo.

La ortodoxia penetró hondamente no solamente en el luteranismo sino también en el Calvinismo. Aún así, el calvinismo holandés y el anglosajón parecen en haber logrado mantener vivo el espíritu misionero más que luteranismo. Para Calvino, el Cristo exaltado a la diestra de Dios era un Cristo preeminente activo. Los aspectos sobresalientes de la teología puritana de la misión: 1. Una característica fundamental del calvinismo es la doctrina de la predestinación. Se dio el caso de un pastor puritano que llegó a agradecer a Dios por haber enviado “una enfermedad mortal entre los indios…la cual destruyó multitudes, abriendo así paso a nuestros padres”. 2. para los puritanos el objetivo último de la misión fue siempre la gloria de Dios. 3. La gloria o la soberbia de Dios no podían, sin embargo, concebirse a parte de su gracia y su inconsolable misericordia. 4. Todas las iniciativas misioneras calvinistas, se emprendieron en el marco de la expansión colonial. 5. La visión teocrática estaba íntimamente vinculada a la manera en que los primeros calvinistas entendían la relación entre misión y escatología. 6. La idea de elevar el nivel cultural común objetivo de la misión todavía estaba relativamente subdesarrollada en la “segunda reforma” y el período puritano.7. Dada la prominencia de la “gran Comisión” en los debates prisioneros a partir del final del siglo 18, es sorprendente ver que no desempeñó papel alguno en las discusiones del siglo 17.
Ambivalencias en el paradigma de la reforma.

1. El énfasis en la soberanía a vez ejerció una influencia paralizante, aún sobre la idea de un involucramiento misionero.2. ABC se percibía a las personas a la luz de la caída: pecadores empedernidos en camino de la perdición. 3. La ortodoxia protestante se inclinaba hacia el lado de la naturaleza objetiva de la fe. 4. En su mayoría, los protestantes de los primeros dos siglos operaban todavía dentro del marco de un vínculo estrecho entre Iglesia y el estado. 5. La rama de la reforma calvinista enfatizaba más que el luteranismo el dominio de Cristo sobre la sociedad general. Esta distinción también se marcó en la práctica misionera calvinista.

navesfrancisco dijo...

Ser, hacer y decir. Bases bíblicas de la misión integral.

René Padilla, Harold segura.

Prefacio.

La rica reflexión desarrollada en la Federación teológica latinoamericana, tuvo como consecuencia una revisión de conceptos y prácticas en la década de los años 80 comenzó al dedicarse como “visión integral”, no faltaron los cuestionamientos. Muchos pastores y líderes eclesiásticos están comprendiendo que toda la Iglesia es misionera por naturaleza y que la misión tiene que ver con la transformación de la vida humana en todos sus aspectos. nos sentiremos satisfechos si por medio de ella muchos relatores captan la visión de colaborar con Dios en la realización de su propósito de redención integral.

Capituló uno.

Misión integral en el Pentateuco.
Entendiendo por misión integran la tarea pastoral dirigida a toda la persona individual y social. La época del judaísmo explico es el centro de la fe bíblica: él shemá (Deuteronomio 6. 4-5). El primer mandamiento: llamadas al señor tu Dios con todo tu corazón y toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas y el segundo es semejante: amarás a tu prójimo como a ti mismo como a ti mismo. Con el shemá Israel sólo tenía un Dios y señor, la corona natural de la entrada absoluta, y el segundo elemento esencial que le da firmeza y sentido a la misión integral. Hablar de fidelidad a Yavé es hablar de justicia social, La Paz el amor. El decálogo la primera parte se consagra a la relación correcta con Dios (1 al 4), y la segunda parte, a la correcta relación con el prójimo (5 al 10). El Deuteronomio Sierra el Pentateuco y se abre la sesión profética (éxodo-alianza-fidelidad-justicia).

Génesis.

Capítulos 1-11.

Es el primer libro de la Biblia, y trata de la relación de Dios con ser humano y su “casa”. Dios, al crear el universo, lo salva del desorden y del caos (según Génesis 1), de la aridez y de la infecundidad. Vio Dios que era bueno en gran manera (31), “ayuda idónea”, terminan complementos altamente productivos. Dios cree a al ser humano a su “imagen y semejanza” (27), lo crea del polvo de la tierra (siete), es decir él ser humano es a la vez divino. El compromiso con dioses compromiso con la integridad y la unidad de uno mismo y del hermano. La armonía en la atención dialéctica del hombre y la mujer. Una vida larga y plena puedes comer el fruto de todos los árboles del jardín menos del árbol del bien y del mal. Adán y Eva decidieron optar por el camino contrario. Una libertad con todos los riesgos posibles. Dios, el primer y más grande misionero, acompaña la oferta de vida plena con la opción de rechazarla. El primer diálogo, el ser humano con otro ser, un animal, es aquí donde se encuentra la insensatez y la miseria humana, un animal cualquiera le dijera lo que tenían que hacer. El primer pecado, ha sido, es y siga siendo el de la apatía. Ni los animales ni la mujer habían sido creados el momento en que Dios se dirigió a Adán, ¿de dónde obtuvieron, tanto la serpiente como la mujer, la información que ambos manejaron en los versículos 1 y 2-3?,fue irresponsable en el manejo de información que recibió de Dios. Si en algo falló Eva, fue en permitir que un animal le proclame la palabra divina en nombre de Dios, Adán se mantuvo al margen de cuidar la palabra divina y que ésta fuera transmitida e interpretar de manera correcta. La correcta relación con Dios sólo se da en el contexto de una correcta relación con el prójimo. Dios permitió que la imagen de Dios permanezca inalterable en la capacidad creativa. Dios quiso que el hombre la mujer se esparciera ser por todo el globo terráqueo (11.1-9). Génesis 12. Uno es la segunda gran sección del libro” deja tu tierra, sus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré. De ti una nación grande. El relato del Pentecostés en hechos se convierte en la antítesis de Génesis 11. 1-9.
Capítulos 12-50.

Dos elementos clave en la teología de la misión: 1 el punto de arranque toda hazaña humana es Dios. 2 al ser humano se le pide obedecer y confiar en las promesas de Dios; no hay una indicación clara de lugar, pero hay una promesa bien definida, es Dios quien sabe cuál es su fin y su meta. Del lado humano sólo se pide obediencia y confianza en la palabra de Dios. “Yo estoy a punto de morir, pero sin duda Dios vendrá a ayudarlos, y lo llevará de este país en la tierra que prometió Abraham, Isaac y Jacob” (50. 24). Los instrumentos humanos que Dios usa muestras en todo menos “angelitos o santitos”. La misión de Dios se realiza en medio de marañas de la vida cotidiana, con intrigas y pleitos. Pero ahí están Jacob, el bendecido, y José, el exitoso, cumpliendo los planes de Dios, muy a pesar de ellos. Los sueños de José, si bien marcaba el destino de una vida exitosa y fructífera, también ocasionó la envidia y la furia de sus hermanos. Jacob, el que le da nombre a la misión de la alianza, aparece como engañador y usurpador. Canaán, tierra prometida donada por Dios.¿De qué manera sería Israel bendición a “las familias de la tierra” si tenía que destruir a los antiguos habitantes de canaán? Sin embargo los habitantes de Canaán (gigantes) habían organizado la sociedad de una manera anti-éxodo y anti-amor-al prójimo. Ser bendición para las naciones la tierra, pero sin violentar la premisa divina deceso será totalmente fiel a Dios y volcada la justicia social. Es el espíritu el que persiste al el libro de éxodo.

Éxodo 1-5.

Los nuevos capítulos de éxodo hablan de la opresión del pueblo y los muchos intentos de liberación. Los capítulos dos al cuatro hablan del nacimiento Moisés y de su llamamiento y vocación como libertador y caudillo de los hebreos. El capítulo dos, Moisés, la misión en sus manos e ignorar al dueño de la misión, adiós. El resultado fue el fracaso y la huida. Ya no es tan sólo la imagen de la salsa que no se consume, sino que lo que los mismos ojos de Dios ven. Dios envía a Moisés hacer la misión que le pertenece a Dios. Ahora de lo mismo que Dios ve. “He sido crucificado con Cristo, y a lo vivo yo en lo que Cristo vive en mí” (Galatas 2. 20). El doble propósito por el cual Israel es liberado de la esclavitud “dejarnos hacer un viaje de tres días al desierto, para ofrecerle sacrificios al señor nuestro Dios” (éxodo 3. 18; 5.3; 8. 23). “Deja ir a mi pueblo para que me rinda culto” (8.1).

Éxodo 16. 1-números 10. 10.

En el Pen trate de un cubo se nos enseña que “el desierto” es un lugar importante en el que el individuo la comunidad son colocados para la prueba y la enseñanza. El desierto será para Israel lugar de prueba de paciencia, de confianza y de fidelidad en Dios y en el líder puesto por él. Será castigado duramente; en él se probará la capacidad de valor y de aguante, y sobre todo, su lealtad absoluta a Yavé. “Enseñanza” en primer lugar grandes logros del éxodo se mantendrían por siempre. En segundo lugar prepara al pueblo para toda situación prevista para el futuro. En la Biblia la palabra Santo, tiene un doble significado “separado de otras naciones o pueblos” y “apartado para el servicio sucio a la causa de Dios”. La alianza, y los mandamientos o leyes se llaman Torah.

La alianza.

Significa pacto, tratado, trató, compromiso, liga, contrato, acuerdo, concierto, conjuración. Se trata de que ambas partes, en este caso desiguales, tenían obligaciones mutuas.

Las leyes.

Las leyes o mejor enseñanzas, que componen la Torah, que son los cinco libros de la ley. El decálogo el documento central y básico de la alianza. Son el código libro de alianza el código Deuteronomio. Código de santidad. En el monte Sinaí, se establecieron normas sobre la base del bien y del mal. No santificado nuestras vidas mediante la concurrencia a un santuario sino mediante la consagración de lo cotidiano, la transformación de lo habitual en extraordinario. Nomás para preocuparse los pobres y los que visitan la práctica de la justicia forma concreta. Acuérdate fui siervo en tierra de Egipto (deuteromíos 15. 15).

Números 10. 11-36.13.

En esta sección detenta de único, el pueblo de Israel sale del Sinaí y se dirige a la tierra prometida. Son sobre todo de carácter cultico. El burro, habla para salvar de la vida del profeta. “Pone en la boca de Balaam las palabras (23. Y seis). ¡Con las cifras de Zelofehad se cierran el libro de números (36. 1-13) ¡
Deuteronomio.

Intelectualidad, es decir, la presencia, según la ley. Se recuerdan eventos narrados en los primeros cuatro libros y se releen mandatos y enseñanzas presentes en la Torah. “Preparar a un pueblo para la obediencia a la palabra de Dios”.las 10 palabras o decálogo fueron los escucharon por el pueblo directamente de la boca de Dios, sin intermediarios (Dt. 5.4, 24-26). Enseña que en el centro de la palabra de Dios escuchada clara y diáfanamente directamente de Dios es el antídoto contra toda manipulación ideológica de la misma palabra de Dios. Desde el liderazgo de Josué hoy Josías, y quizás hasta de Jeremías. La palabra de Dios siguió y ha seguido resonando viva y transformadora. ¡Es el mensaje de Deuteronomio! Él código Deuteronomio (12-26), donde el culto y las festividades se vuelven el espacio central donde se practica la justicia y la igualdad.

Conclusión.

En primer lugar el tema de los géneros o formas literarias. Encontramos relatos, oraciones, cantos, poesía, prosa poética, sabiduría, discursos, sermones, exhortaciones, enseñanzas, mandamientos, reflexiones teológicas y muchas otras formas literarias más. En segundo lugar, le da al arte, y de manera concreta al visual. Por ambientales y litúrgicas en el tabernáculo. Todo podrá acabarse o pasar, pero la palabra de Dios permanecerá para siempre (MT.24. 35). Con ella, el ser humano tiene la capacidad de trascender su temporal y perecedero “aquí y ahora”.