jueves, 28 de agosto de 2008

ELEMENTOS DE UN NUEVO PARADIGMA MISIONERO ECUMÉNICO


12-b
LA MISIÓN COMO LIBERACIÓN

Explorar la teología de la liberación como una de las más dramáticas ilustraciones del cambio fundamental de paradigma que actualmente está ocurriendo en el pensamiento y la práctica de la misión.

DEL DESARROLLO A LA LIBERACIÓN.
La teología de la liberación es un fenómeno multifacético.
En la práctica, todas las teologías de liberación y de inculturación (proceso de integración de una cultura en otra), son teologías originarias del Tercer Mundo o teologías del Tercer mundo dentro del Primer Mundo.
El concepto de desarrollo dio expresión al desafío contemporáneo.
El desarrollo implicaba una comunidad evolutiva con el pasado; la liberación implicaba una ruptura con el pasado y un nuevo comienzo.

LA OPCIÓN PREFERENCIAL DE DIOS POR LOS POBRES
Los pobres son los primeros, aunque no los únicos, sobre los cuales se enfoca la atención de Dios y que, por lo tanto, la iglesia no tiene otra opción sino la de demostrar su solidaridad con ellos.

TEOLOGÍA LIBERAL Y TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
La teología de la liberación, o liberal, tiene una preocupación social y rechaza la tendencia a interpretar la fe cristiana con base a los hechos humanos.
La teología de la liberación, es teología “desde abajo”. Cree que el desarrollo de la historia no es l desarrollo sino la revolución.

LA CONEXIÓN MARXISTA
Las teologías de la liberación como las contextuales son acusadas de haber rendido el evangelio cristiano a una ideología marxista.
Es utilizada como una herramienta de crítica y no de manera prescriptiva.
La liberación no ha adoptado la ideología marxista porque:
1. El marxismo comparte con el capitalismo las presuposiciones del paradigma de la ilustración.
2. El cristianismo como religión procede de la premisa que existe una realidad detrás y por encima de la realidad tangible y visible alrededor de nosotros; su marco de referencia no es solamente este mundo.
3. Apoyar la violencia es la sustancia del marxismo.

LIBERACIÓN INTEGRAL
La teología de la liberación ha ayudado a la iglesia a redescubrir su antigua fe en Dios; estaba fundamentada en su involucramiento en la historia como Dios de la rectitud y la justicia, defensor de la causa del débil y el oprimido.

LA MISIÓN COMO INCULTURACIÓN
Después de Constantino, la religión ilícita se convirtió en la religión de la clase gobernante, convirtiéndose la iglesia en la portadora de cultura.
Su alcance misionero significó, un movimiento desde los civilizados hacia los salvajes, de una cultura superior hacia culturas inferiores.

DESARROLOS EN EL SIGLO VEINTE
El surgimiento Tercer Mundo y del pensamiento antropológico que lentamente iba revelando la relatividad y el carácter contextual de todas de las culturas.
Otro factor fue la maduración de las iglesias más jóvenes, fenómeno ligado a la aparición de iglesias independientes totalmente libres de cualquier control misionero.

HACIA EN LA INCULTURACIÓN
Una pluralidad de culturas presupone una pluralidad de teologías.
Se recompensa la fe cristiana, se reformula y se vive de nuevo en cada cultura humana.

LOS LÍMITES DE LA INCULTURACIÓN
La inculturación no implica la destrucción de una cultura para edificar algo nuevo sobre ruinas; tampoco sugiere la afirmación total de la forma actual de una determinada cultura.
Según Walls, hay dos principios que funcionan:
1. El principio de la indigenización, afirma que el evangelio está en casa en cada cultura y cada cultura está en casa con el evangelio.
2. El principio peregrino, previene que el evangelio también nos va a poner en conflicto con la sociedad.

INCULTURACIÓN
Siempre será un proceso tentativo y continuo porque la iglesia puede ser guiada a descubrir misterios de la fe desconocidos previamente. Todas las teologías se desafían, se enriquecen, se vitalizan las unas a las otras.

LA MISIÓN COMO TESTIMONIO COMÚN
El (re) nacimiento de la idea ecuménica (universal) en la misión.
En cuanto al protestantismo, la idea ecuménica fue el resultado directo de los varios despertares y el subsecuente involucramiento de las iglesias de Occidente en la empresa misionera a nivel global.
La idea ecuménica floreció especialmente en el movimiento misionero.
La palabra ecuménica fue usada para describir toda la tarea de la iglesia en llevar el evangelio a todo el mundo.

CATÓLICO-ROMANOS, MISIÓN Y ECUMENISMO
El desarrollo de los acontecimientos en el catolicismo ha sido aún más dramático que en el protestantismo. La restauración del catolicismo se manifestó en términos de contrarreforma. La misma palabra misión sonaba antiprotestante.

UNIDAD EN MISIÓN; MISIÓN EN UNIDAD
Todas las uniones de iglesias ocurridas en 1920, tiene sentido únicamente si existen para servir a la misión de Dios.
Lineamientos del nuevo paradigma:
1. La coordinación mutua de la misión y la unidad no es negociable. El don de Dios es la unidad en el cuerpo de Cristo.
2. Mantener juntas tanto la misión y la unidad como la verdad y la unidad presupone tensión.
3. Una iglesia unida-en-misión es esencial a la luz del hecho que la misión de la iglesia nunca llegará a su final.
4. La misión en unidad implica el final de la distinción entre iglesias enviadoras e iglesias receptoras.
5. Al aceptar la validez de la misión-en-unidad, toman una posición en contra de la multiplicación de nuevas iglesias.
6. La unidad en la misión y la misión en unidad están para servir a la humanidad a través de la iglesia y buscan manifestar el dominio universal de Cristo.
7. La pérdida de la unidad eclesial no es solo una molestia sino un pecado. En Cristo es dada la unidad y es un mandamiento.

3 comentarios:

carlos monjaras m dijo...

Materia: Naturaleza y Misión de la iglesia
Profesor: Rafael Pola Baca
Alumno: Carlos Monjaras Mirón
Tarea: Resumen del libro la iglesia el cuerpo de Cristo hoy

CAPÍTULO 12B LA MISION COMO LIBERACION
Del desarrollo a la liberación
La teología de la liberación es un fenómeno multifacético: se manifiesta en términos de teologías afroamericanas y amerindias en Estados Unidos. de teología latinoamericana, teología feminista, teología negra surafricana y de varios movimientos teológicos similares en otras partes de África, Asia y Oceanía.
En gran parte, las teologías de liberación, particularmente la clásica variedad latinoamericana, evolucionaron como protesta contra la incapacidad de la Iglesia occidental y los círculos misioneros, tanto católicos como protestantes, para enfrentar los problemas de la injusticia estructural.

La opción preferencial de Dios por los pobres.
En la medida en que acumulaban sus riquezas, los cristianos ricos tendían crecientemente a interpretar los dichos bíblicos sobre la pobreza de manera metafórica. Los “pobres” eran los “pobres en espíritu”, los que reconocían su dependencia total de Dios.
Los ricos también podían ser pobres; así podrían arrogarse todas las promesas bíblicas para si mismos, sin embargo los rostros de los pobres forzaron la atención de los cristianos ricos de Occidente, de tal manera que ya era imposible olvidarse de ellos o alegorizarlos.
Esto no excluye el amor de Dios para con los no-pobres. En este caso, sin embargo, la conversión es distinta, ya que incluye un reconocimiento de la complicidad en la opresión de los pobres y un rechazo a los ídolos del dinero, el racismo y los intereses personales.

Teología liberal y teología de la liberación
Todas las teologías occidentales aludidas luchan primordialmente con la realidad del modernismo, del secularismo, es decir, con la cuestión de si realmente tiene sentido hablar de Dios en una era secular.

La conexión marxista
Tanto las teologías de la liberación como las contextuales son con frecuencia acusadas de haber rendido el evangelio cristiano a una ideología marxista. En si mismo esto es de esperarse, dado que tanto el marxismo como la teología de la liberación rechazaron el modelo capitalista.

Liberación integral
La teología de la liberación ha ayudado a la iglesia a redescubrir su antigua fe en Yahvé, cuya cualidad sobresaliente, que lo convirtió en el totalmente Otro, estaba fundamentada en su involucramiento en la historia como el Dios de la rectitud y la justicia, defensor de la cusa débil y el oprimido. Nos ha ayudado a entender la frescura del Espíritu Santo, especialmente su capacidad para convertir las cosas inertes en cosas vivas, para volver a las personas muertas a la vida, para potenciar a los débiles y para reconocer la presencia del mismo Espíritu no sólo en el corazón de la gente sino también en el mundo cotidiano de la historia y la cultura.
La teología de la liberación ha sido mal comprendida, atacada y difamada en muchas ocasiones.

La misión como “inculturación”
La “inculturación” representa en segundo modelo importante de la teología contextualizada. La inculturación constituye una de las maneras en que se manifiesta el carácter “pluriforme” del cristianismo moderno. La fe cristiana no existe nunca sino en forma “traducida” a una cultura. Esta circunstancia, que fue parte integral del cristianismo desde sus inicios.

Desarrollo en el siglo veinte. Otro factor, de especial importancia para nuestros propósitos, fue la maduración de las iglesias más jóvenes, fenómeno ligado a la aparición de iglesias independientes totalmente libres de cualquier control misionero. A pesar de sus fallas inherentes, el modelo de los “tres autos” ayudó a inspirar a los pueblos subyugados a buscar su independencia también fuera de las áreas estrictamente eclesiásticas. La misión como ayuda intereclesial, sin embargo, fue un fenómeno de transición.
¿En que aspectos se distingue la inculturación de sus predecesores?
En primer lugar, difiere respecto a los agentes. En todo modelo anterior el misionero occidental era el que inducía o supervisaba la manera en que se desarrollaría el encuentro entre la fe cristiana y las culturas locales.
La inculturación no apunta, sin embargo, solamente a un evento local: también tiene su manifestación regional o macrocontextual o macrocultural. La inculturación tiene su dimensión crítica. La fe y su expresión cultural, aun si no es posible ni prudente separarlas, nunca pueden ser completamente concomitantes. La inculturación no implica la destrucción de una cultura para edificar algo nuevo sobre las ruinas; tampoco sugiere la afirmación total de la forma actual de una determinada cultura.
Si la iglesia es el cuerpo de Cristo, solamente puede ser una sola. En ese sentido, entonces, y no como una entidad supracultural ideal, la Iglesia es una especie de “comunidad hermenéutica universal en la que cristianos y teólogos de diferentes países confrontan mutuamente sus prejuicios culturales.

La misión como testimonio común
En cuanto al protestantismo, la idea ecuménica fue el resultado directo de los varios despertares y el subsecuente involucramiento de las iglesias de Occidente en la empresa misionera a nivel global. Antes del primer cuarto del siglo diecinueve la única forma nueva de ecumenismo presente en el protestantismo eran las alianzas confesionales globales de iglesias como la luterana, presbiteriana, metodista y anglicana. En los llamados campos misioneros, sin embargo, empezaba a percibirse cierto grado de aceptación mutua. Esto llevó a los llamados “pactos de caballeros” según los cuales varias agencias misioneras se repartían las áreas para evangelizar.

Católico-romanos, misión y ecumenismo
El desarrollo de los acontecimientos en el catolicismo ha sido, por así decirlo aun más dramático que en el protestantismo. Esto se hace evidente, por ejemplo, en el cambio de formas para referirse a los protestantes en los documentos oficiales de la Iglesia Católica Romana. Luego de haber denominado a los protestantes “hijos de Satanás” y “Herejes” o “cismáticos”, se ha cambiado a apelativos como “disidentes”, hermanos separados” y eventualmente “hermanos y hermanas en Cristo”. El nuevo término que anuncia ambas ideas de unidad y de misión plasmado en varios documentos de estudio es “testimonio común”. En medio de toda la diversidad, sin embargo, hay un eje: Cristo Jesús. La unidad en la misión no es una causa perdida mientras en toda Iglesia cristiana se abra,. se lea y se proclame la Biblia que da testimonio de aquel Cristo. sin embargo escuchar la palabra de Dios y escucharnos los unos a los otros van juntos; sólo podemos tener lo primero si estamos igualmente preparados para tener lo segundo.
No podemos hablar de Cristo, el Señor y Salvador, sin hablar de su cuerpo, su comunidad liberada y salvada. Del mismo modo, el Espíritu en la dispensación del Nuevo testamento no es dado a individuos sino a la comunidad. Si nuestra misión ha de ser cristológica y pneumatológica, también tiene que ser eclesial en el sentido de ser la sola misión de la sola iglesia.
En última instancia la unidad en la misión y la misión en unidad no sirven meramente a la Iglesia sino que; a través de la Iglesia, están para servir a la humanidad y buscan manifestar el dominio cósmico de Cristo.

eleazzar gonzalez garcia dijo...

SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA CAMPUS HOREB

MATERIA: Naturaleza y Misión de la Iglesia
TAREA: Resumen del libro MISIÓN EN TRANSFOMACIÓN
PROFESOR: Rafael Pola Baca
ALUMNO: Eleazar González García

LECCIÓN DOCE B
LA MISIÓN COMO LIBERACIÓN.

La teología de la liberación es un fenómeno multifacético; se manifiesta en términos de teologías afroamericanas, hispanas y amerindias en Estados Unidos, de teología latinoamericana, teología feminista, teología negra surafricana y de varios movimientos teológicos similares en otras partes de África, Asia y Oceanía. Todas las teologías de liberación y de inculturación, son teologías originarias del Tercer Mundo o teologías del Tercer Mundo dentro del Primer Mundo. Para Occidente el desarrollo significaba modernización. Una pequeña élite se benefició, la mayoría de la población terminó aún más desesperada que antes. Los ricos se volvieron más ricos y los pobres más pobres.
La pobreza no se erradicaría al colmar a los países pobres de tecnología, sino al remover las causas de la injusticia, y debido a la reticencia del mundo occidental para respaldar tal proyecto, los pueblos del Tercer Mundo.
En la medida en que acumulaban sus riquezas, los cristianos ricos tendían crecientemente a interpretar los dichos bíblicos sobre la pobreza de manera metafórica. Los “pobres” eran los “pobres en espíritu”, los que reconocían su dependencia total de Dios.
El peligro, es de volver a caer fácilmente en la trampa de la Iglesia para los demás en vez de la Iglesia con los demás, la Iglesia para los pobres en vez de la Iglesia de los pobres. No era tanto el caso de que los pobres necesitan a la Iglesia sino que la Iglesia necesita a los pobres. La Iglesia alguna vez fue la voz de los sin voz; ahora los que no tienen voz hacen oír ellos mismos su voz.
Tradicionalmente, en la teología occidental la relación con los pobres se entendía sólo como una cuestión de ética. Una vez que reconozcamos la identificación de Jesús con los pobres ya no podemos considerar nuestra propia relación con los pobres como un asunto de ética social, es asunto del evangelio mismo.
Con frecuencia se ha afirmado que la teología de la liberación es meramente una variante de lo que se conoce ampliamente como teología liberal.
Los teólogos de la liberación, en contraste, tienden a ser casi ingenuamente religiosos, a veces hasta biblicistas. Las teologías progresistas de Occidente tienden a ser evolucionistas en su filosofía y, por tanto, en último análisis se orientan hacia el mantenimiento del statu quo, aunque sea en una forma adaptada.
La teología de la liberación no es sólo el ala radical y política de la teología progresiva europea. En el modelo marxista clásico, la religión es una ilusión y el opio del pueblo. Es importante notar que esta dimensión totalmente atea del marxismo es rechazada crecientemente por los teólogos de la liberación.
Para vergüenza de muchos, los Evangelios dicen que Jesús comía con pecadores y rectos, con opresores y oprimidos, y que tanto Leví el colaborador como Simón el Zelote estaban entre sus discípulos.
La teología de la liberación ha ayudado a la Iglesia a redescubrir su antigua fe en Yavé. Nos ha ayudado a entender la frescura del Espíritu Santo, especialmente su capacidad para convertir las cosas inertes en cosas vivas.
La praxis de la teología de la liberación presupone la justificación por gracia por medio de la fe. La teología de la liberación tiene la tendencia a considerar únicamente a los pobres y oprimidos como intrínsecamente buenos: los ricos y opresores, sin embargo, son malos. Muchas veces la teología de la liberación ha removido entusiasmos facilistas. La segunda fase de la teología latinoamericana, parece tener tonos más modestos y más sobrios que la primera. Pablo, particularmente de sus dichos sobre los esclavos: si la preocupación del esclavo es lograr la liberación civil y el esclavo invierte toda su energía en hacerlo, Pablo piensa que el costo es demasiado alto.
Ahora tenemos una nueva manera de interpretar los eventos, de tal manera que aún Pablo pueda afirmar: “Todas las cosas ayudan a bien… a los que aman a Dios”. Dadas las circunstancias, esta era la única manera en que Jesús o Pablo podrían humanizar al esclavo.
La teología de la liberación ha sido mal comprendida, atacada y difamada en muchas ocasiones. Después de Constantino, cuando esta religio illicita se convirtió en la religión de la clase gobernante, la Iglesia se volvió en la portadora de cultura.
Ya para la época del inicio de la expansión colonial los cristianos no eran conscientes de que su teología estaba condicionada culturalmente; simplemente presumían que era supracultural y válida universalmente.
En la Iglesia occidental la indigenización había sido un fair accompli por muchos siglos; el evangelio se sentía perfectamente en casa en Occidente pero aun extraño en otras partes.
El período inmediatamente posterior a la II Guerra Mundial tuvo que hacerse múltiples ajustes en círculos tanto católicos como protestantes. Las iglesias jóvenes en el Tercer Mundo no sólo sobrevivieron sino que algunas se fortalecieron en forma espectacular durante los años de ausencia de los misioneros. Una evolución similar puede notarse en el protestantismo. Aquí los evangélicos muchas veces tomaron la delantera ¿quizás porque los protestantes ecuménicos revelaban un interés superior en la misión como liberación en vez de la misión como inculturación? Los misioneros, sin embargo, ya no salen con una mentalidad de Cuerpo de Paz con el fin de “hacer el bien”. Ya no participan como los que tienen todas las respuestas, sino como aprendices, al igual que los demás.
En este paradigma no tenemos tanto el caso de una Iglesia expandiéndose como el de una Iglesia de nuevo en cada nuevo contexto y cultura.
La inculturación sugiere un movimiento doble: al mismo tiempo está la inculturación del cristianismo y la cristianización de la cultura. L inculturación también tiene su dimensión crítica. La fe y su expresión cultural, aun si no es posible ni prudente separarlas, nunca pueden ser completamente concomitantes.
Según Walls, hay dos principios que funcionan aquí, y funcionan simultáneamente. Por un lado está el principio de la indigenización, que afirma que el evangelio está en casa en cada cultura y cada cultura está en cada casa con el evangelio. Pero luego entra en juego el principio peregrino, que previene que el evangelio también nos va a poner en conflicto con la sociedad, porque nunca existió sociedad alguna.
La preocupación de la inculturación, dice Pedro Arrupe, es llegar a ser un principio que anima, dirige, y unifica la cultura, transformándola y rehaciéndola para forjar una nueva creación. Uno nunca puede usar el término inculturado. La inculturación siempre será un proceso tentativo y continuo.
Todas las teologías, incluyendo las occidentales, se necesitan; se desafían, se enriquecen, se vitalizan las unas a las otras, no menos para que las teologías occidentales puedan ser libradas del cautiverio babilónico de tantos siglos.
El espíritu ecuménico se manifestaba, por ejemplo, en las sociedades bíblicas, y al final del siglo diecinueve.
La empresa misionera no católico-romana aparece como un caótico conglomerado de unidades no relacionadas. Estos eran también los propósitos de las primeras conferencias, en los campos misioneros, de los representantes de las varias agencias misioneras.
El redescubrimiento de la naturaleza esencialmente misionera de la Iglesia no podía sino llevar al descubrimiento de que la misión cristiana sólo puede llamarse realmente cristiana si es llevada a cabo por una sola Iglesia de Cristo. La era ecuménica ahora ha tomado el lugar de la era de la misión es no haber entendido ni una ni la otra.
Muchas agencias evangélicas se retiraron del amplio movimiento ecuménico después de la integración del IMC en Nueva Delhi. Los evangélicos tienden a considerar la unidad como algo casi exclusivamente espiritual y como un atributo de la Iglesia invisible.
En gran parte, entonces, el cambio de paradigma que se evidencia dentro del movimiento ecuménico está ausente entre los evangélicos.
La misma palabra misión sonaba antiprotestante; no menos debido a que el término misión en el sentido de la propagación de la fe. Aún orar juntos el Padrenuestro, por ejemplo, estaba prohibido para los católicos hasta 1949. Debido al cambio de paradigma desde el catolicismo al protestantismo, dice Pfürtner (1984:179), nacieron dos comunidades lingüísticas diferentes; sus seguidores, aun donde utilizaban las mismas palabras, ya no querían decir lo mismo.
Fue el decreto sobre el Ecumenismo en particular, el que se refirió en lenguaje claro a la necesidad de mejorar las relaciones y de una aceptación mutua. Una de las principales preocupaciones del Concilio y afirma que las divisiones entre cristianos contradicen la voluntad de Cristo. Toda persona bautizada está llamada a formar un solo redil con el fin de dar testimonio de Cristo su Señor ante las naciones.
El Concilio Vaticano II junto con desarrollos recientes en el protestantismo saludó el advenimiento de una nueva era. Después del Concilio la Iglesia Católica siguió avanzando en este nuevo camino. En 1980 Juan Pablo II llamó a Martín Lutero “un testimonio del mensaje de la fe y la justificación”
La controversia y la confrontación han cedido frente al encuentro ecuménico.
A partir del Concilio Vaticano II se puede afirmar lo mismo respecto al catolicismo. Ya es imposible pronunciar la palabra iglesia sin al mismo tiempo decir misión.
El ecumenismo no es una unión pasiva y semi-obligada, sino una activa y deliberada vivencia y trabajo conjunto. El pueblo de Dios es uno solo; el cuerpo de Cristo es uno solo. En palabras de H. de Lubac:
La Iglesia es católica por estar esparcida por todo el globo y por contar con un gran número de feligreses. Ya era católica en la mañana de Pentecostés, cuando todos sus miembros cabían en un aposento.
Una de las marcas de la teología de Pablo era que rehusaba admitir la posibilidad de una separación entre la verdad del evangelio y la unidad de la Iglesia como voluntad divina.
El ecumenismo es posible únicamente sonde las personas se aceptan las unas a las otras a pesar de sus diferencias. Las divergencias no son motivo de remordimiento sino parte del esfuerzo dentro de la Iglesia por llegar a ser lo que Dios quiere que sea.
En medio de toda la diversidad, hay un eje: Cristo Jesús. La unidad en la misión no es una causa perdida mientras en toda Iglesia cristiana se abra, se lea y se proclame la Biblia que da testimonio de aquel Cristo.
En todo el mundo la Iglesia vive una diáspora, una situación de misión.
Muchas frases y slogans se concibieron para dar expresión a la necesidad de desarrollar nuevas relaciones. Ninguna modernización de las políticas misioneras o adaptaciones a las prácticas y técnicas. Esto se aplica no sólo a protestantes sino también a católicos.
Si aceptamos la validez de la misión e unidad no podemos sino tomar una posición en contra de la proliferación de nuevas iglesias, que surgen sobre la base de unas distinciones muy cuestionables.
El apóstol Pablo buscaba edificar comunidades en las cuales desde el principio judío y griego, esclavo y libre, pobre y rico adorarían juntos, aprenderían a amarse y a manejar las dificultades que surgirían por causa de sus respectivos trasfondos social.
No podemos hablar de Cristo, el Señor y Salvador, sin hablar de su cuerpo, su comunidad liberada y salvada. La Iglesia es llamada una y otra vez a ser una señal profética y un anticipo de la unidad y la renovación de la familia humana según los parámetros del prometido Reino de Dios.
Finalmente, tenemos que confesar que la pérdida de la unidad eclesial no es sólo una molestia sino un pecado. Al mismo tiempo es un mandamiento: ¡Sean uno! Estamos llamados a ser uno como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno.

FERNANDO RODRIGUEZ dijo...

12-b
LA MISIÓN COMO LIBERACIÓN


DEL DESARROLLO A LA LIBERACIÓN.
La teología de la liberación es un fenómeno multifacético.
En la práctica, todas las teologías de liberación y de inculturación (proceso de integración de una cultura en otra), son teologías del Tercer mundo dentro del Primer Mundo.
El concepto de desarrollo dio expresión al desafío contemporáneo.
El desarrollo implicaba una comunidad evolutiva con el pasado; la liberación implicaba una ruptura con el pasado y un nuevo comienzo.

LA OPCIÓN PREFERENCIAL DE DIOS POR LOS POBRES
En virtud de que Dios tiene un interés genuino por los pobres la Iglesia
la iglesia no tiene otra opción sino la de demostrar su solidaridad con ellos.

TEOLOGÍA LIBERAL Y TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
La teología de la liberación, o liberal, tiene una preocupación social y rechaza la tendencia a interpretar la fe cristiana con base a los hechos humanos.
La teología de la liberación, es teología “desde abajo”. Cree que el desarrollo de la historia no es el desarrollo sino la revolución.

LA CONEXIÓN MARXISTA
Las teologías de la liberación como las contextuales son acusadas de haber rendido el evangelio cristiano a una ideología marxista.
Es utilizada como una herramienta de crítica y no de manera prescriptiva.
La liberación no ha adoptado la ideología marxista porque:
1. El marxismo siendo científico comparte con el capitalismo las presuposiciones del paradigma de la ilustración.
2. El cristianismo como religión procede de la premisa que existe una realidad detrás y por encima de la realidad tangible s; su marco de referencia no es solamente este mundo.
3. El autor presupone que poyar la violencia es la sustancia del marxismo y no cae en cuenta que la igualdad que busca entre los hombres el Marxismo esta creando una revolución en las altas esferas.

LIBERACIÓN INTEGRAL
La teología de la liberación ha ayudado a la iglesia a redescubrir su antigua fe en Dios; en su involucramiento en la historia como Dios de la rectitud y la justicia, defensor de la causa del débil y el oprimido.

LA MISIÓN COMO INCULTURACIÓN
Después de Constantino, la religión ilícita se convirtió en la religión de la clase gobernante, convirtiéndose la iglesia en la portadora de cultura.
Su alcance misionero significó, un movimiento desde los civilizados hacia los salvajes, de una cultura superior hacia culturas inferiores, tomando en cuenta que los hombres tienen diferencias, podríamos hablar de una discriminación a todo vapor si tu solo usas taparrabos entonces eres inferior.

DESARROLOS EN EL SIGLO VEINTE
El surgimiento Tercer Mundo y del pensamiento antropológico que lentamente iba revelando la relatividad y el carácter contextual de todas de las culturas.
Otro factor fue la maduración de las iglesias más jóvenes, fenómeno ligado a la aparición de iglesias independientes totalmente libres de cualquier control misionero.

HACIA EN LA INCULTURACIÓN
Una pluralidad de culturas presupone una pluralidad de teologías.
El problema de la Misión es si el lugar al que se va en Misión debe de asumir la cultura a donde va o si el lugar era el que había de cambiar. Sin embargo, se reformula y se vive de nuevo en cada cultura humana.

LOS LÍMITES DE LA INCULTURACIÓN
La inculturación no implica la destrucción de una cultura para edificar algo nuevo sobre ruinas; tampoco sugiere la afirmación total de la forma actual de una determinada cultura.
Según Walls, hay dos principios que funcionan:
1. El principio de la indigenización, afirma que el evangelio está en casa en cada cultura y cada cultura está en casa con el evangelio.
2. El principio peregrino, previene que el evangelio también nos va a poner en conflicto con la sociedad.

LA MISIÓN COMO TESTIMONIO COMÚN
El renacimiento de la idea ecuménica universal en la misión.
Se le llama Ecuménica por que se intenta que exista una unión de todas las Iglesias con un objetivo en común con la Misión.

CATÓLICO-ROMANOS, MISIÓN Y ECUMENISMO
El desarrollo de los acontecimientos en el catolicismo ha sido aún más dramático que en el protestantismo. La restauración del catolicismo se manifestó en términos de contrarreforma. La misma palabra misión sonaba anti protestante.

UNIDAD EN MISIÓN; MISIÓN EN UNIDAD
Todas las uniones de iglesias ocurridas en 1920, tiene sentido únicamente si existen para servir a la misión de Dios.
Lineamientos del nuevo paradigma:
1. La coordinación mutua de la misión y la unidad no es negociable.
2. Mantener juntas tanto la misión y la unidad como la verdad y la unidad presupone tensión.
3. Una iglesia unida-en-misión es esencial a la luz del hecho que la misión de la iglesia nunca llegará a su final.
4. La misión en unidad implica el final de la distinción entre iglesias envidadoras e iglesias receptoras.
5. Al aceptar la validez de la misión-en-unidad, toman una posición en contra de la proliferación de nuevas iglesias considerándose un riesgo.
6. La unidad en la misión y la misión en unidad están para servir a la humanidad a través de la iglesia y buscan manifestar el dominio cósmico de Cristo.
7. La pérdida de la unidad eclesial no es solo una molestia sino un pecado. En Cristo es dada la unidad y es un mandamiento.
TAN TAN