viernes, 29 de agosto de 2008

PUBLICAR TAREAS DEL LIBRO DEL HNO ROLANDO

21 comentarios:

carlos monjaras m dijo...

EL ESPÍRITU Y LA PALABRA EN LA COMUNIDAD EVANGELIZADORA

Introducción
El mundo clama por paz, el hombre por justicia y la iglesia por amor. En cada uno hay causas de fondo que conmueven nuestras vidas y en todos hay preguntas que taladran el alma. ¿Qué pasa cuando el mundo se rebela contra Dios? ¿Qué pasa cuando el hombre no se somete al Espíritu y la Palabra? ¿Qué pasa cuando el testimonio tibio de una iglesia apaga el Espíritu obscureciendo la proyección ferviente de la fe?

En cualquiera de los casos son consecuencias de una ausencia trágica de vida de oración de la iglesia que esta para leudar al mundo, anunciar con su vida el mensaje de Dios a los hombres y ser –ni más ni menos- “suave olor de Cristo”. Más Dios es fiel: sigue actuando en el mundo, en el hombre y sosteniendo a su iglesia en la debilidad, cuando desmaya en la oración.

Es necesario orar
Hemos de orar por cada familia cristiana y cada iglesia local en nuestro continente, para que el Señor lo unja con su Espíritu Santo y pueda ser influencia benéfica en cada situación que se encentre. Hemos de orar por cada receptor del Evangelio para que el auxilio del Espíritu Santo le permita escuchar en fe su palabra. Hemos de orar porque nuestra fe permanezca centrada en Jesucristo como el único y suficiente Salvador del mundo.

Es necesario predicar
La vida nueva que nos es dado a comenzar desde el día de nuestra conversión, ha de darse en todos los niveles, campos, relaciones y situaciones en que nos encontremos.
La transformación del mundo está vinculada con nuestra propia transformación radical: la nueva creación que Dios opera en nosotros desde nuestras raíces más profundas.

Es necesario transformar
Hemos de mantenernos “ardientes en Espíritu sirviendo al Señor.” Cada nueva estructuración social que surge en nuestros países en transformación, demanda unciones nuevas del Espíritu para cumplir nuevas tareas. Cada iglesia local es instrumento y señal de la acción que el Espíritu y la Palabra están operando en el crecimiento de su gracia. A través del amor fraternal.

1 Latinoamérica su Mensaje

La América Latina es un continente que se caracteriza por ser un campo de batalla, todos son testigos de la perturbación espiritual que este ambiente causa, tanto en lo personal como en sus relaciones familiares. ¿Hasta que punto estas perturbaciones políticas, económicas y sociales son saludables y hasta qué punto son nocivas para las relaciones del hombre con Dios?
Si consideramos nuestros autóctonos, nos percatamos que sus intereses y esperanzas están enmarcados en una vida sencilla y tranquila. Recordemos que la miseria en las familias rurales y la carencia de intimidad en las familias urbanas, en donde no hay convivencia cotidiana, dejan secuelas en el desarrollo físico y mental de sus miembros.
Esto quiere decir que vamos a cuidar la preparación de nuestros grupos autóctonos para fomentar su desarrollo y la orientación a nuestros grupos campesinos para integrarlos en nuestras economías sociales.
Pastoralmente, es necesario que veamos a la familia como la iglesia doméstica, que se da en comunidad de fe, de oración, de amor y de acción evangelizadora.
De acuerdo al evangelio de Jesucristo, el hombre está llamado a vivir con un horizonte abierto, sabiendo que El es el Señor de Señores y no tienen por qué estar sojuzgado por la secuela de pecado, siendo que la vocación divina le ha sido dada para arrancarlo de las sombras a través de una mano permanente que se le ha extendido para que viva en fe y comparta con gozo con todos sus amados.

La iglesia latinoamericana
Dios se quiso revelar a nosotros a través de los tiempos y en muchas maneras, desde los cañaverales de esclavos hasta los palacetes de servidumbre, haciendo notorio que Dios ama a todo el mundo “para que todo aquel que en El crea no se pierda, más tenga vida eterna”, sin importar el estrato social en que accidentalmente se encuentre cuando lo alcance su Palabra.
Pero, una vez constituida la iglesia, hay algo que a estas alturas tenemos que dejar apuntado. Cuántas veces hemos sufrido en nuestro continente la triste realidad de trastocar el espíritu de santidad de la iglesia del Señor por practicas religiosas, penitencias, promesas y mandas, confundidos en una religiosidad popular que ha subyugado trágicamente a muchos creyentes. Este es particular cuidado que ha de tenerse en todas las iglesias locales, en donde la familia forma la personalidad, educa la fe y promueve el desarrollo.
La Biblia como autoridad suprema en cuanto a la fe y la conducta es, quizá la unidad de fondo que tenemos no solamente como iglesias evangélicas en América Latina, sino todos los evangélicos en Europa, Asia y África.
Dios requiere que seamos fieles en anuncias su Palabra, pero también fieles en la Palabra que anunciamos. El ha mostrado su gracia, no es menos cierto que nosotros también hemos de mostrar su gracia, amor, y compasión en nuestro mensaje, porque “nuestra gentileza ha de ser conocida por todos los hombres”.
También ha tenido gran influencia el canto congregacional, la adoración de la iglesia, la periodicidad constante de escuelas dominicales, el estímulo misionero a grupos de jóvenes y mujeres, la predicación itinerante, las caravanas de servicio a lugares necesitados, el establecimiento de instituciones como escuelas y hospitales que han servido de apoyo para llevar adelante el establecimiento de nuevas iglesia en diferentes ciudades.

II El Espíritu y la Palabra
La Palabra ha sido el instrumento de penetración y cultivo, tanto por el estudio de la Biblia como por la proclamación del evangelio. La iglesia local ha sido el foco por excelencia de este estudio y proclamación.
El Espíritu Santo actúa en los hombres dándoles testimonio de Jesucristo. Una iglesia llena del Espíritu Santo es capaz de comunicar este testimonio bajo todas las circunstancias.
Reconocer a Cristo sólo es posible en virtud del Espíritu Santo, porque nadie puede llamar a Jesús, Señor, si no es por el Espíritu Santo.
La palabra nos da testimonio del Espíritu desde que “se movía sobre la faz de las aguas” en la creación, en el capítulo 1 del Génesis, hasta el consuelo de decirnos lo que Cristo hará con nosotros cuando vuelva, instándonos a serle fieles hasta el fin en el último libro del Apocalipsis.
Su enseñanza y predicación. Tal cual lo demanda el Señor, la enseñanza y predicación de la Biblia hemos de utilizarla para exhortar y convencer (Tito 1.9), actuar (Tito 3.8), redargüir y reprender (2 Timoteo 4.2), perfeccionar (2 Timoteo 3.16-17 y Efesios 4.12ª), edificar (Efesios 4.12b) obedecer (Mateo 28.19-20). Este es el perfil escriturario de la iglesia. Es Espíritu y la Palabra han de actuar en cada iglesia local para que la enseñanza y la proclamación, la mayordomía y misión evangelizadora, se den en forma consciente tanto dentro como fuera de la iglesia.

III Porqué el Espíritu y la Palabra
El poder del Espíritu que se manifiesta es en Antiguo Testamento solamente sobre algunos siervos para determinados trabajos y en situaciones específicas, en el Nuevo Testamento se manifiesta sobre toda carne para avalar la proclamación del evangelio del Reino y respaldar a la iglesia en este ministerio, en todas las esferas y niveles en que se mueve.
Se vive en plenitud. La vida plena en el Espíritu se explica desde el momento en que uno se sabe engendrado por El. Es el Espíritu el que da vida.
Obediencia a través de la Palabra. El Espíritu da vida y la Palabra es su simiente. Ambos son elementos indisolubles en la proclamación que nos ha sido encomendad.
La presencia del Espíritu en la iglesia, es presencia permanente. Cuando el Señor nos dijo: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”, comunicándonos reiteradamente que aunque tuviéramos aflicción en el mundo, confiáramos, porque El ya había vencido.
Principio y fin de la misión evangelizadora. Es el Espíritu quien prepara los corazones que habrán de ser receptores de la verdad de Dios, tanto al redargüirlos de pecado y moverlos al arrepentimiento como al poner sed divina en sus almas.

El poder de la Palabra
Todos sabemos que seremos juzgados por la Palabra y que de su eternidad tenemos pleno conocimiento cada vez que repetimos que “el cielo y la tierra pasarán, más su Palabra permanece para siempre”. Es por esto que la iglesia debe ser fiel en la proclamación de la Palabra, porque es la Palabra la que tiene la promesa de que “nunca volverá a El vacía”. La palabra que nosotros predicamos es palabra de fe. El Espíritu y la Palabra confirman en la iglesia tanto la misión de Jesucristo, como la misión que El le deja.

Santificación. Fue por el Espíritu que Cristo se sintió consagrado para dar buenas nuevas a los pobres y nosotros sabemos que sólo por el Espíritu es que cómo iglesia también nos podremos identificar con su ministerio terrenal, sintiéndonos consagrados para ejercer este mismo ministerio en obediencia reverente a la voluntad del Padre.
Es en el desarrollo del servicio cristiano que nuestras vidas se santifican. El actuar pastoral es para santificación en el agente y redención en el que guía: santificación y redención que se nutren en la relación de cuidado y cultivo.

IV Nuestra Tarea y Esperanza
Proclamarla con pureza. La Escritura nos dice que “por gracia somos salvos por la fe y esto no de nosotros sino que es un don de Dios”. Pero también nos dice que esta fe viene por el oír, pero el oír la palabra de Dios. Esta es gran responsabilidad: proclamar con pureza la palabra de Dios.
Es indispensable que los pastores del pueblo de Dios seamos personas y comunidades disciplinadas en nuestro constante depender en el Espíritu y nuestro permanente cultivo en la Palabra, perfeccionando nuestros caracteres en la revelación que a través de ellas nos da el Padre acerca de su Hijo Jesucristo.
El Espíritu y la Palabra en América Latina tienen como instrumento de acción transformadora a cada iglesia local responsable que, en el seno y las necesidades de su propia comunidad cumple, de la mejor manera posible, el ministerio que le ha sido encomendado. Cada iglesia local es un núcleo responsable de reproducción evangélica que actúa como levadura en cada generación.

eleazzar gonzalez garcia dijo...

SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA CAMPUS HOREB
MATERIA: Naturaleza y Misión de la Iglesia
TAREA: Resumen del libro EL ESPIRITU Y LA PALABRA EN LA COMUNIDAD EVANGELIZADORA
PROFESOR: Rafael Pola Baca
ALUMNO: Eleazar González García

INTRODUCCIÓN.
El mundo clama por paz, el hombre de justicia y la iglesia por amor. En cada uno hay causas de fondo que conmueven nuestras vidas. Y hay quienes acusan a la iglesia de apostasía porque el testimonio no es coherente con la fe que anuncia.
Hemos de orar por cada iglesia local en nuestro continente, para que el Señor la unja con su Espíritu Santo y pueda ser influencia benéfica en cada situación en que se encuentre. Hemos de orar por cada receptor del Evangelio para que el auxilio del Espíritu Santo le permita escuchar en fe su Palabra.
Hemos de mantenernos ardientes en Espíritu sirviendo al Señor. Cada iglesia local es instrumento y señal de la acción que el Espíritu y la Palabra están operando en el crecimiento de su gracia, a través del amor fraternal.
Los incrédulos lo rechazan y desconocen sus obras. Los creyentes lo amamos y reconocemos su señorío.
La América Latina es un continente que se caracteriza por ser un campo de batalla: por un lado, hay fuerzas económicas que luchan por mantener el poder político a través de dictaduras militares y, por otro, el de conquistarlo a través de luchas populares.
Esto para nosotros es un problema pastoral, porque es la familia la que sufre las consecuencias de las malas condiciones de vida y de cultura.
Según la organización mundial de la Salud, en 1967 se estimaba que la mitad de los niños en nuestro continente morían antes de los 15 años; muchos de ellos por diarreas provocadas por subalimentación. Se asegura que muchos de los países subdesarrollados tienen más del 70% de sus niños en desnutrición.
Pastoralmente, es necesario que veamos a la familia como la iglesia doméstica, que se da en comunidad de fe, de oración, de amor y de acción evangelizadora.
Teniendo la Palabra de Dios y conociendo a través de ella los misterios del Reino de Dios, cada día hay más conciencia de que somos el pueblo de Dios. Pero cuántas otras veces también hemos sufrido la triste realidad de tomar el espíritu de santidad de la iglesia por activismos religiosos, campañas, involucramientos masivos, confundidos en una religiosidad popular que ha subyugado trágicamente a muchos creyentes
La Biblia como autoridad suprema en cuanto a la fe y la conducta. Sin el Espíritu Santo, la Palabra y el espíritu de Jesucristo, no es posible llevar a cabo una acción pastoral con sentido evangelizador.
Dios requiere que seamos fieles en anunciar su Palabra, pero también fieles en la Palabra que anunciamos.
Es necesario recuperar la perspectiva apocalíptica en donde cada iglesia local aparece como testigo de Jesucristo en el mundo a través del amor que manifiesta, de la palabra que proclama, de la fidelidad en que vive, del servicio que presta, de la compasión que muestra y del sentido de lucha con que ejerce su ministerio.
El crecimiento numérico ha de ser la consecuencia de un crecimiento en el amor de Jesucristo.
Nuestra preparación para la gran cena será ser encontrados en amor. El mensaje de Dios es válido para todo el mundo, en todas las circunstancias, a través del testimonio fiel de cada uno de nosotros.
La unidad de la iglesia latinoamericana ha de estar basada en la intención divina de que sea Jesucristo y la Biblia los que nos guíen y no nosotros quienes pretendamos guiarla con intereses y tendencias particulares. La acción pastoral ha de ser un canal por medio del cual se manifiesta la voluntad salvadora, consoladora y edificadora del Señor. ¿Qué tipo de iglesia se está reproduciendo: una iglesia enriquecida por los dones del Espíritu Santo en su seno, que va transformándonos de gloria en gloria, o una iglesia con esquemas organizacionales estáticos.
Ante la presencia de nuestro Señor, cuál es el pecado del que tenemos que arrepentirnos como iglesia que labora en este continente y en esta generación.

II EL ESPÍRITU Y LA PALABRA
Estamos Interesados en procurar que nuestra acción y reflexión evangelizadoras se vuelquen sobre nuestra cultura latinoamericana, estimulando el ejercicio de la piedad, el cultivo de los dones espirituales en el seno de la iglesia y la comunicación de la Palabra.
El Espíritu Santo ha actuado de manera sensible a través de los siglos.
Una iglesia llena del Espíritu Santo es capaz de comunicar este testimonio bajo todas las circunstancias.
Reconocer a Cristo sólo es posible en virtud del Espíritu Santo, porque nadie puede llamar a Jesús, Señor, si no es por el Espíritu Santo.
La comunidad es la iglesia que henchida del Espíritu e instruida por su Palabra es llamada a ser testigo fiel. Hablar del Espíritu Santo es hablar de la presencia y del poder de Dios. En la vida de la iglesia su función es clara: llamar al arrepentimiento, anunciar el perdón de los pecados, orar por la salud de los enfermos, compartir el pan con los hambrientos, rescatar a los oprimidos por el diablo, obrar milagros como instrumentos sumisos de su gracia.
Hay muchos modos de escuchar la Palabra del Señor, pero a nosotros nos es dado proclamarla: esto es lo que nos compete.
Si queremos que la América Latina escuche la voz de Dios a través de nuestras iglesias locales como comunidades evangelizadoras, es necesario que nos sensibilicemos a poder considerar su palabra dentro del seno mismo de la iglesia y obedecer con voluntad gozosa.
Pocas veces consideramos la santidad, el amor y la verdad de la iglesia, como necesarios para la fidelidad de nuestro testimonio. La comunidad evangelizadora no tiene otro mensaje: las palabras que pronuncia son espíritu y son vida porque Dios, por el Hijo, actúa a través de ella en el poder del Espíritu Santo.
El Espíritu y la Palabra han de actuar en cada iglesia local para que la enseñanza y la proclamación, la mayordomía y misión evangelizadora, se den en forma consciente tanto dentro como fuera de la iglesia.

III PORQUÉ EL ESPÍRITU Y LA PALABRA.
La vida plena en el Espíritu se explica desde el momento en que uno se sabe engendrado por Él. Es el Espíritu el que da vida. Jesús mismo fue engendrado por el Espíritu en la hora de su encarnación, en la hora de consagrar su ministerio en su bautismo en el Jordán, hasta la hora final que es en el Espíritu en que se mueve su vida.
Su amor obra en nuestra comunión; su gozo en nuestro espíritu; su paz en nuestras vidas; su paciencia en nuestros tratos; su benignidad en nuestras disposiciones; su bondad en nuestras actitudes; su fe en nuestras expectaciones; su mansedumbre en nuestras palabras y su templanza en nuestros caracteres. Y esto es verdad como personas, pero también como congregación de redimidos.
El Espíritu y la Palabra estaban presentes en la conversación de Jesús con la samaritana. Porque el Espíritu nos guía de manera inteligible a través de la verdad que Dios nos ha revelado en su Palabra, le libró de las asechanzas del diablo en la hora de las tentaciones.
En cuanto al pecador, sabemos que es el Espíritu el que lo redarguye, en cuanto a la iglesia también sabemos que es el Espíritu el que nos ordena ir en donde a El le parece.
La evangelización es nuestro testimonio de los hechos en que Dios ha actuado a través del tiempo por amor al hombre.
Por el Espíritu Santo, los hechos redentores de Dios se nos revelan en razón de su amor personal. En el acontecimiento de la creación como en el de la redención, se muestra el señorío de Dios en el control de cada evento.
En la evangelización, al oír la palabra de fe que anunciamos, el Espíritu Santo revela a Cristo al nuevo creyente.
En la vida de la iglesia, podemos atestiguar que el Espíritu Santo es espíritu de verdad que está con nosotros hasta el fin del mundo.
Nuestra mentalidad ha de estar ubicada en que el amor es el contenido y la pastoral es su forma de acción.
Para discernir su voluntad, Dios crea, comunica, redime, sostiene, juzga y permanece por medio de su Palabra.
Cuando los apóstoles estaban en el Aposento Alto y el Espíritu Santo vino sobre ellos, su sentido se abrió sobre el cumplimiento de las promesas de Dios a través de sus profetas.
La Biblia hay que estudiarla para ser capaces de enseñar. Hemos de entender que la educación cristiana es educación para amar.
Sabemos que como iglesia, Dios quiere que demos su Palabra en cuanto a la creación, los hombres, sus sistemas de vida o sus costumbres sociales.
La Escritura nos dice que “los reinos del mundo vendrán a ser los reinos del Señor y de su Cristo”; o sea, que reinos que actualmente están oprimidos o reprimidos.
La Palabra que nosotros predicamos es palabra de fe, para los religiosos locura.
El Espíritu y la Palabra confirman en la iglesia tanto la misión de Jesucristo, como la misión que Él le deja.
La vida cristiana es una estructura pastoral de amor, buenas obras, testimonio, martirio, fidelidad y esperanza.
Por el Espíritu que Cristo se sintió consagrado para dar buenas nuevas a los pobres y nosotros. Es por el Espíritu que nuestro Señor se sintió compelido a sanar a los afligidos de corazón.
Fue por el Espíritu que el Señor se sintió constreñido para anunciar libertad a los presos.
Fue por el Espíritu que Jesucristo se declaró enviado para dar vista a los ciegos.
También como iglesia, es por el Espíritu y la Palabra que podemos discernir estas verdades. El actuar pastoral es para santificación en el agente y redención en el que guía.

IV NUESTRA TAREA Y ESPERANZA
Como iglesia que cree en la obra del Espíritu Santo y en la fidelidad de su Palabra, hemos de proclamar el evangelio a tiempo y fuera de tiempo.
Es indispensable que los pastores del pueblo de Dios seamos personas y comunidades disciplinadas en nuestro constante depender en el Espíritu y nuestro permanente cultivo en la palabra. Cada iglesia local es un núcleo responsable de reproducción evangélica que actúa como levadura en cada generación.
Sólo el Espíritu permitió que el apóstol Pedro, siendo judío, reconociera que los gentiles en la casa de Cornelio eran también dignos de recibir el bautismo, pesar de la raza que representaban.
Como iglesias evangélicas no podemos eludir ser una iglesia encarnada, en donde Dios nos ha llamado a ser sus testigos fieles.

FERNANDO RODRIGUEZ dijo...

El Espíritu y la palabra en la Comunidad Evangelizadora

Latinoamérica y su mensaje

Los 4 fenómenos sociales

a) El paso de una sociedad rural a una sociedad urbana
b) La abundancia para unos y la escasez para otros
c) La disminución del valor de la familia

El hombre Latinoamericano

La pobreza en las familias rurales y la carencia de intimidad de las familias urbanas, dejan secuelas en el desarrollo físico y mental de sus miembros.

La Iglesia Latinoamericana

El crecimiento debe ser una consecuencia en el amor de Jesucristo.

La Iglesia, La Biblia y el Espíritu Santo, son la esencia de la proclamación del Evangelio.

La misión de la Iglesia no es la de ser un Getto donde sus miembros se aíslen, si no que salen de su aposento, proclamando a Jesucristo, Interpretan el evento en la Cruz, sanan a los enfermos, sufren de los enemigos y sirven a la humanidad.

La evangelización como una serie de acontecimientos históricos

a) Testimonio de que Dios ha actuado a través del tiempo por amor del hombre
b) Se ve el señorío de Dios en el control de cada evento.
c) Por el Espíritu Santo los hechos redentores de Dios se nos revelan.
d) La palabra de fe que anunciamos se revela a través del Espíritu Santo al nuevo creyente.
e) El Espíritu Santo es Espíritu de verdad todos los días hasta el fin del mundo.

LA MISIÓN DE JESUS

El Espíritu y la palabra confirman en la Iglesia la Misión de Cristo, como la misión que el ha dejado.

SANTIFICACIÓN

El Espíritu y la palabra se manifiestan, entonces, en la vida y obras en la Iglesia.

PROCLAAR LA PALABRA CON PUREZA

L palabra debe de ser escuchada y puesta en practica, particularmente en nuestra enseñanza y proclamación.

En cuanto el Anexo, el Autor nos da cifras a la ligera y considero que debemos actualizar la información aunque sea a la ligera.

Es cierto que la población mundial se esta duplicando cada 30 años a nivel mundial, y principalmente en las áreas de América latina y los países asiáticos.

Se piensa que en el 2005 China como país va necesitar comprar cantidades exorbitantes de comida por este crecimiento.

En América Latina tenemos un rezago tecnológico de 50 años que se ha incrementado por la velocidad de los cambios recuerdo a TOM PETERS, VIVIMOS EN UN MUNDO RAPIDO MUY RAPIDO.

Considero importante que reflexionemos en estos cambios hoy veía en Internet que los robots para el año 2050 serán mas inteligentes que los hombres. Si las maquinas desde hace 3 siglos aproximadamente han desplazado la mano de obra, para entonces que sucederá.

Uno de los grandes retos y la mayor preocupación es COMIDA. AGRICULTURA, GANADERIA.

omar martinez dijo...

I. LATINOAMERICA Y SU MENSAJE

1. La situación latinoamericana
América Latina es un continente que se caracteriza por ser un campo de batalla: por mantener el poder político a través de dictaduras militares. Hemos de ubicarnos en relación a toda la revelación de Dios que ha dado como Padre en su ley y como Hijo a través de su Espíritu, concretamente en la Palabra.
2. El hombre latinoamericano
Si consideraos nuestros grupos autóctonos, la población obrera no puede ocuparse de la preparación intelectual y cultural de sus hijos y mucho menos de la espiritualidad. De acuerdo al evangelio de Jesucristo, el hombre está llamado a vivir con un horizonte abierto, siendo que la vocación divina le ha sido dada para arrancarlo de las sombras a través de una mano permanente que se le ha extendido para que viva en fe y comparta con gozo con todos sus amados.
3. La iglesia latinoamericana
Una vez constituida la iglesia, hay algo que estas alturas tenemos que dejar apuntado. Hemos sufrido en nuestro continente la triste realidad de trastocar el espíritu de santidad de la iglesia del Señor. Hemos sufrido la triste realidad de tomar el espíritu de santidad de la iglesia por activismo religioso, confundidos en una religiosidad popular que ha subyugado trágicamente a muchos creyentes. La Biblia como autoridad suprema en cuanto a la fe y la conducta es la unidad de fondo que tenemos no solamente como iglesias evangélicas. Cada país tiene formas características en su modo de evangelizar. La iglesia evangélica en nuestro continente se caracteriza por pequeños grupos que se reúnen en capillas a cantar, orar y leer la Biblia.
Hay dos tipos de comunidades evangelizadoras en nuestro continente: las iglesias que crecen numéricamente y las iglesias que no crecen numéricamente. El crecimiento numérico ha de ser la consecuencia de un crecimiento en el amor de Jesucristo. El calor del amor de nuestras congregaciones ha de ser estimulado, conviviendo en el Espíritu a pesar de nuestras diferencias carnales.

II. EL ESPÍRITU Y LA PALABRA

4. Presupuestos para la acción y reflexión evangelizadoras
El Espíritu y la Palabra son presupuestos ineludibles para la acción y reflexión evangelizadoras. El cultivo de los dones espirituales en el seno de la iglesia y la comunicación de la Palabra.
5. Una iglesia llena del Espíritu
Es por el Espíritu que la iglesia unida proclama con denuedo la Palabra del Señor, ya que plena de él satura su mensaje con el poder de su presencia. Comunidad quiere decir “comunidad unida” y nuestra unidad común es en Jesucristo.
6. Una iglesia fiel a la Palabra
La enseñanza y predicación de la Biblia hemos de utilizarla para exhortar y convencer, redargüir y reprender, perfeccionar, edificar y obedecer. La función de la iglesia es llamar al arrepentimiento, anunciar el perdón de los pecados. Modos de escucharla: con miedo, con temor reverencial y obediencia. La encarnación es término teológico fundamental, implica que la Palabra de Dios actúa en la vida de la iglesia.
7. Una conjunción fructífera
La comunidad evangelizadora no tiene otro mensaje: las palabras que pronuncia son espíritu y son vida porque Dios, por el Hijo, actúa a través de ella en el poder del Espíritu Santo.
El reto que tenemos como iglesia es saber darle al Espíritu el lugar para que actúe.

III. POR QUÉ EL ESPÍRITU Y LA PALABRA

8. El poder del Espíritu
Se vive en plenitud. Es el Espíritu el que da vida.
Para cumplir el ministerio. El ministerio de reconciliación que el Señor nos ha encomendado. El poder lo recibirá cada uno en lo personal.
Dependencia de él. Tanto con su fruto como son sus dones, el Espíritu nos enseña a depender plenamente en Dios y en su Hijo Jesucristo.
Obediencia a través de la Palabra. Obedecer al Espíritu es hacerlo a través de la verdad que Dios nos manifiesta en ella.
Presencia permanente en la comunidad. La presencia del espíritu en la iglesia, es presencia permanente.
Nos mueve a ir. El Espíritu es quien redarguye al pecador. El espíritu es quien nos ordena ir a donde a él le parece. Nos da confianza e cuanto a la persona que recibe la Palabra.
Cimiento de la vida de los hombres. El primordial movernos en el Espíritu y el poder de Dios, de modo que la fe de los nuevos creyentes esté fundada en él y no en nosotros.
Principio y fin de la misión evangelizadora. Es el Espíritu el que nos capacita en esta misión, tanto preparando a los receptores como preparándonos como comunicadores de la Palabra.
9. El poder de la Palabra
Para ser renacidos. El sustento de nuestra vida depende de ella.
Para discernir su voluntad. Es por ellos que conocemos sus pensamientos y podemos discernir su voluntad para nosotros y el mundo.
Garantía de nuestra proclamación. Cuando se estudia la Palabra apropiadamente, meditándola de día y de noche en el corazón.
Para ser capaces de enseñarla. Hay que estudiar la biblia para ser capaces de enseñarla. Hemos de entender la educación cristiana para amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como uno mismo.
Vocación de libertad. El mensaje de dios para el mundo en cualquiera de sus acepciones, va implícita una vocación de libertad que la iglesia debe vivir y proclamar.
Palabra viva por el Espíritu. No se trata de una palabra elocuente sino de una palabra espiritual, inspirad por el Espíritu, germinada por el Espíritu, avalada por el Espíritu.
10. La misión de Jesús
El Espíritu y la palabra confirman en la iglesia tanto la misión de Jesucristo, como la misión que él le deja.
11. Es en el desarrollo del servicio cristiano que nuestras vidas se santifican; desarrollo de servicio que no es un fin en sí mismo, sino una configuración en la que nos estamos moviendo.

IV. NUESTRA TAREA Y ESPERANZA
12. Escuchar la voz de Dios
Escuchar su voz como la revelación perfecta del Padre es deleite para nuestras vidas. Obedecerla, reconociéndole como nuestro Señor, es nuestra responsabilidad y privilegio. Si la iglesia responde en alguna forma a estas esperanzas, será de gran inspiración y ayuda en nuestras naciones.
13. Proclamarla con pureza
Es una gran responsabilidad proclamar con pureza la Palabra de Dios, trazándola bien como Palabra de verdad, sabiendo que es por su instrumentalidad que el Señor tiene dispuesto que los hombres conozcan su voluntad.
14. Educar al hombre nuevo como siervo de Dios en el mundo
El espíritu y la Palabra son condiciones ineludibles en el anuncio del reino de Dios. Es necesario un nuevo nacimiento para poder tener esta visión de Dios. Es posible en virtud del Espíritu, porque el que no naciere del Espíritu no puede ver el reino de Dios.
15. La iglesia local como instrumento
Cada iglesia loca es un núcleo responsable de reproducción evangélica que actúa como levadura en cada generación. Hemos de cuidar el ser fieles porque es bueno escuchar su voz en todo nuestro continente, pero también en todo el mundo. Seamos primeramente sensibles a escuchar esa voz nosotros; saber cuál es mensaje en comunidad participativa y dar ese mensaje hacia todos los hombres.

Francisco Naves dijo...

El espíritu y la palabra en la comunidad evangelizadora.

Rolando Gutiérrez Cortés.

Introducción.

El mundo clama por paz, el hombre por justicia y la Iglesia por amor. ¿Qué pasa cuando: el mundo se revela, el hombre no se somete a Dios y la Iglesia al espíritu? Ciertamente la misión evangelizadora no se paraliza. “Su palabra nunca vuelve vacía”. Lo anterior es la consecuencia trágica de la ausencia de oración en la Iglesia.

Es necesario orar.

Hay quienes piensan que pudieran ser cristianos y testigos auténticos, descuidando la piedad familiar, pero el amor al prójimo comienza con los de la propia casa. Por otro lado debemos empeñarnos en cultivar la comunión fraternal en la iglesia. “La vida de Dios es vida de alegría”. Debemos orar por qué nuestra fe permanezca centrada en Jesucristo. “No hay otro nombre bajo el cielo dado los hombres en que podamos ser salvos” (Pedro) “venir a mí todos los que estáis trabajando y cargados, que yo os haré descansar”.

Es necesario predicar.

Es la mayordomía que como siervos de Dios estamos llamados a ejercer. Con la disciplina permanente en lo espiritual, moral y físico. Teniendo presente siempre Jesucristo en nuestro ejercicio político, económico y social en nuestras vidas.

La situación de América Latina, el señor nos pone pruebas en cada circunstancia. El quiere nuestra edificación no obstante el ambiente perturbado.

Es necesario transformar.

Cada estructura social que surgen nuestros países es transformación y demanda omisiones nuevas del Espíritu para cumplir nuevas tareas. Los instrumentos son las iglesias quienes mediante la palabra y el amor fraternal están operando, “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos”. Yo sigue obrando milagros en el mundo, revelándose en el corazón de los hombres y ungiendo la la vida de la Iglesia, pero es necesario velar y orar todo el tiempo. Cada país tiene sus propias riquezas y nosotros debemos velar para que se incrementen. Debemos estar atentos a la enseñanza para el logro de dicho fin, irradiando costo y esperarse en cualquier sitio donde nos hallemos.

I Latinoamérica y su mensaje.

La acción pastoral fraternal, llevada a cabo por una Iglesia. El clamor de paz, de justicia y amor, o bien en sus corazones, abriremos los hermanos juntos en armonía y seamos justos. Porque ahí envía el señor su bendición y vida eterna. Para ello dependemos del Espíritu a ser guiados a dar la palabra de la reconciliación.



1. La situación Latinoamérica.

América Latina es un continente que se caracteriza por ser un campo de batalla. Todos somos testigos de la perturbación espiritual que este ambiente caos, tanto en lo personal como en nuestras relaciones familiares. Existen cuatro fenómenos sociales que están influyendo en estructura familiar: 1. El cambio de la Sociedad rural a urbana. 2. La polarización económica. 3. La población cambio de 164 millones en 1950 a 630 millones en el 2000. 4. La disminución en el valor de la familia es cada vez mayor. ¿Afecta esto en la relación con Dios? Es aquí donde está la labor pastoral.

2. El hombre latinoamericano.

Si vemos los grupos autóctonos, de los que lleva una vida sencilla (en intereses y esperanzas). Llevan una vida tranquila y no piden más que satisfacer sus necias primarias. Los obreros sobreviven en la sociedad hostil, con escasos servicios, descuidando la situación espiritual y cultural de sus hijos. Según la organización mundial de la salud, en 1967 se estimaba que la mitad de los niños en nuestro continente morían antes de los 15; se presenta el problema agudo de la migración. Pastoralmente, es necesario orar, contre y amor, para que Dios obre, haciendo un llamado a todos los cristianos, a que cumplan su función eminentemente pastoral, sabiéndose comprometidos con Dios y con su prójimo.

3. La Iglesia latinoamericana.

La conquista de América en su porción latinoamericana surge desde la llegada de Colón al continente, españoles portugueses franceses e italianos se internaron en el. Dios quiso revelar a nosotros a través de los tiempos en muchas maneras, que nos ama “para qué todo aquel que en él crea no se pierda, mas tenga vida eterna”.



1. Existen prácticas religiosas, penitencias, promesas y mantas, de una religiosidad popular que ha subyugado trágicamente a muchos creyentes. ¿Tenemos los elementos urgentes para darles una orientación adecuada, de acuerdo a las enseñanzas la Biblia? Es el particular cuidado que ha de tener en todas las iglesias locales, en donde la familia forma la personalidad, educadas de y promueve el desarrollo. Es importante hace una limpieza de mentalidad congregacional, para que ningún obstáculo impida el libre desarrollo de la práctica del amor cristiano. “Es tremendo reto educativo de la Iglesia”. Es menester buscar la guía del señor, para corregir el rumbo, guiados por el espíritu y su palabra. Sabemos que la ciencia y la tecnología imperan este siglo, no olvidemos que al redentor que Dios nos ha dado para morir por nosotros en el calvario.

2. la Biblia como autoridad suprema de la fe y la conducta es, la unidad de fondo que tenemos no sólo como iglesias evangélicas en América latina sin en todo el mundo. Debemos mantener nuestra lealtad a Jesucristo como único insuficiente Salvador de los hombres. La diversidad está en nuestras formas de culto, el gobierno de nuestras congregaciones, la mayor o menor efectividad misionera, de acuerdo a los recursos que hemos desarrollado para implementar la siembra de iglesias en las regiones en que nos movemos.

3. Creo que cada país tiene formas características en su modo de evangelizar. Pero, se da el fenómeno de la evangelización de persona a persona, para presentar el Evangelio, confirmar en la fe o consolar el ahora de la prueba y dolor en el espíritu y con la palabra del señor.

4. La Iglesia evangélica en su continente se caracteriza por pequeños grupos que se reúnen en capillas a cantar, o la idea la Biblia. Cada miembro de nuestra iglesia es desafiado prepararse para ser un evangelista. Tanto esta preparación, desarrollo, no sólo han de enfocarse de manera individual sino como comunidades y naciones, incluyendo la tecnología, como un recurso de revisión y no de destrucción.

5. En cuanto a la organización de las iglesias energéticas en América Latina, son las episcopal en los metodistas y algunas iglesias pentecostales; él presbiteriana en las iglesias reformadas en algunas pentecostales también; y él congregación al en las iglesias bautistas y algunas pentecostales e independientes. Es menester recuperar la perspectiva apocalíptica en donde cada iglesia local aparece como testigo de Jesucristo en el mundo a través del amor que manifiesta, de la palabra que proclama, de la fidelidad en que vive, del servicio que presta, de la compasión que muestra y el sentido de lucha con que ejerce su ministerio.

6. Hay quienes ven dos tipos de comunidades evangelizadoras en nuestro continente: las que crecen numéricamente y las que no crece numéricamente, sino que antes y niegan incluso a decrecer. Parece una distinción entre cristianos de primera y cristiana segunda, por razones médicas. Tanto la acción pastoral en estos hogares como nuestras iglesias locales es complementaria.. Debemos redefinir términos como “pecado”, “redención” y “crecimiento”, ya que es concretamente en la familia y en Iglesia en donde las situaciones de pecado al de ser superadas, la hora de la redención ha de ser vivida y el crecimiento en Iglesia ha de ser estimulado. Existe crecimiento que se indica partir del amor del pastor, en donde el despliegue de su fe juega un papel muy importante para el avance de la labor de una comunidad evangelizadora. El crecimiento numérico al ser la consecuencia de un crecimiento en el amor de Jesucristo. Cristo viene y hemos de estar listos para encontrarle.

7. La Iglesia evangélica en América Latina ha hecho escuchar la voz de Dios a través de la distribución de biblias en todo el continente. También ha tenido gran influencia en el canto Congreso Nacional, la adoración de la Iglesia, las escuelas dominicales, el estímulo misionero, la predicación itinerante, etc. El mensaje de Dios es válido para todo el mundo, en todas circunstancias, a través del testimonio fiel de cada uno de vosotros. Es así que la Iglesia se constituye en la familia de Dios cuya identidad la recibe de la sangre de Jesucristo, cuyos sacrificios el espíritu que inspira la restauración de toda las relaciones humanas, comenzando con las familiares.

8. la evangelización en América Latina de parte nuestra Iglesia, ha tenido como resultados el ser una presencia fiel de la lealtad a Cristo. Se mide no sólo con el número sino con la fidelidad del testimonio que hemos tratado mantener a Jesucristo nuestro señor y la palabra escrita de Dios que tenemos en la Biblia. Queremos cultos unidos y gozosos para qué cualquier persona salga diciendo “bendito sea el señor que se ha revelado.

9. ¿El espíritu Santo y la palabra han actuado generosamente través nuestro? Hemos
de estar abiertos al influjo del espíritu y la palabra en todo momento, si él quiere
pulsarnos arremete con el poder de su espíritu Santo.

10. ¿Qué tipo de Iglesia se está reproduciendo: una iglesia enriquecida por los dos despidos tanto en su seno, o una iglesia con esquemas organizacionales estáticos?, nuestros cultos de adoración han de ser reavivados, sólo así podremos hacer que la Iglesia tome fuerza para el progreso de mucho continente. Recordemos en cada iglesia doméstica en cada iglesia local debemos dejar el distal mensaje del Evangelio en toda situación de pecado que podamos detectar en las relaciones inmediatas: la evangelización comienza en caso. Entreguemos totalmente a él para qué ha con nosotros su obra reconciliadora.


II. El espíritu y la palabra.




4. Presupuestos para la acción y reflexión evangelizadoras.

Nuestro asunto el espíritu y la palabra en la comunidad evangelizadora. Tos los elementos nos interesan; nosotros y el mundo no estamos de cada uno de ellos. Debemos estimular el ejercicio de la piedad, el cultivo de los dones espirituales en el seno de Iglesia y la comunicación de la palabra. Llegar a la familia en su unidad y no tomando a los miembros aisladamente, trabajando para que cada familia sea sujeto de acción pastoral.

5 una familia llena del espíritu.

Este santo a Tobago de manera sensible a través de los siglos y podemos agregar que particularmente en el presente. El escrito santo actual en los hombres dándoles testimonio de Jesucristo. Reconocer a Cristo sólo es posible en virtud del escrito santo, porque nadie puede llamar a Jesús, señor, sino es por espíritu Santo. No podemos funcionar como Iglesia fructífera en escritos tanto y la palabra del otro dios, sino nos ejercitamos en los dones del espíritu Santo y la palabra los odios. Tanto de su unión como en su mensaje son en Jesucristo.

6. Una iglesia fiel a la palabra.

La comunidad y la Iglesia que siga del espíritu e instruida por su palabra es llamar a ser testigo fiel, la palabra nos da testimonio del espíritu.

1. Su enseñanza y predicación. La enseñanza y la predicación de la abriremos de utilizarla para exhortar y convencer, actuar, Fred argüir y reprender, perfeccionar, edificar y obedecer.

2. Modos de escuchar la hay tantos modos de escuchar la palabra como disposiciones y actitudes hay en el ser humano. Sabemos que hay muchos modos de escuchar la palabra del señor, pero nosotros nos es dado proclamar: eso es lo que nos compete.

3. Hacia la comunidad evangelizadora. Tenemos que aprender a considerar la palabra de Dios que es para nosotros. La palabra se pueda hacia dentro o hacia fuera de la Iglesia. Si queremos que la América Latina escuchen la voz de Dios a través de los Iglesia como entidades evangélicas, es menester que nos sensibilicemos a poder considerar su palabra dentro del seno mismo de la Iglesia.

4. La encarnación este término teológico fundamental. Qué decir que la palabra de Dios actúa en abril el Iglesia en tanto que el instrumento descrito a través de testimonio fiel de cada uno de los miembros. Pocas veces conservamos la santidad, el amor y labrar el Iglesia, como necesarios para la fidelidad de nuestro testimonio.

5. Una Iglesia saturada por la palabra. A la vida cristiana nacemos por la palabra, en la vía cristiana, vivimos por la palabra; en el ministerio cristiano, proclamamos la palabra. Es por eso que como Iglesia evangélica no podemos eludir el ser comunidades de la palabra.

7. Una conjunción fructífera.

1. Su palabra es espíritu y es vida. Las palabras que yo os hablo su espíritu son vida, y con ellas sano enfermos, dio pan a los hambrientos, consuelo a los afligidos, resurrección a los muertos. Ninguna necesidad humana está desahuciada ante los ojos de Dios.

2. El método de la estrategia. Estudiar, conocer enseñar a proclamar la palabra, ha sido quizá el método más común en todos los países para evangelizar y establecer nuevas iglesias.

3. Abierta al espíritu y fiel a la palabra. Cuando la voluntad colectiva de una iglesia está abierta a las indicaciones del espíritu Santo, su misión evangelizadora es notoria en la región donde se encuentra.

4. Su reto: la entrega total. Es el gran reto que tenemos el día de hoy, entregando sin reserva para qué el actué a través de los otros, siendo fieles a la palabra.

6. La situación local. Creemos que a considerar la palabra del señor para proclamada en un momento determinado, siempre necesario enfocar la pensando que ese pasaje algo dice de Dios padre, del hijo y del espíritu Santo.


7. Relación por cultivar. En nuestras familias hemos de cultivar las relaciones entre cuyo vez y de padres e hijos. Como iglesias, el cultivo de la caridad cristiana tanto dentro de las relaciones fraternales como en el servicio a la comunidad.

Francisco Naves dijo...

12 c
Elementos de un nuevo paradigma misionero ecuménico.

La misión como ministerio de todo el pueblo de Dios.

La evolución del ministerio ordenado.

Uno de los cambios más gama chicos es el desplazamiento desde el ministerio concebido como monopolio de varones ordenados hacia el ministerio concebido como la responsabilidad de todo el pueblo de Dios. La fe y la política se encuentran ante una rotunda presión. Los cambios de última hora después de 19 siglos en todas las tradiciones eclesiásticas. Desde que Jesucristo seleccionó a los 12 de entre pescadores, cobradores de impuestos, etc. En lugar de hacerlo con los sacerdotes judíos, lo que fue parte de su ministerio rompe-odres. Episcopos, presbiterios y diakonos son términos que no se usaron antes de esa época en los oficios judíos eclesiásticos. Los líderes de la iglesia primitiva son carismáticos y naturales. La Iglesia tenía que lidiar con la herejía por fuera y con un proceso de disolución de la fe por dentro. El ministerio ordenado (sacerdotes, obispos, papas), son los que se encargan de esta tarea y de Iglesia gira alrededor de él. La pregunta es si los protestantes han hecho algo mejor. Lutero rompió con el paradigma existente. Los tres oficios de Cristo, rey, profeta y sacerdote; se cristalizaron claramente los tres oficios de pastor, anciano y diácono. Muchas congregaciones luchan por evitar los extremos peligrosos que son, que el ministro se convierta en una especie de miní-papa o un empleado que tiene que bailar al son de la música. La Iglesia siguió siendo estrictamente clericalista manejada por personal de adentro. Siendo el sacerdote-clérigo en su posición privilegiada y central el corazón de la Iglesia. Tanto las misiones católicas como protestantes, exportaron un modelo de un clero dominante hasta los “campos misioneros”. Hicieron así imposible que la joven Iglesia ejecutará su ministerio particular o sobreviviera sin la ayuda de afuera. Se considera poco probable que ocurriera un cambio en este modelo dominante, ni en la sociedad ni en la Iglesia. Esto empieza darse en nuestra época con el redescubrimiento del “apostolado del laicado” o el “sacerdocio de todos los creyentes”.

El apostolado de laicado.

Los católicos simples han caracterizado por involucrar a los laicos, en las misiones, como auxiliares y bajo control del clero. Los protestantes las posibilidades formas claras. Normalmente hubo clérigos involucrados en la fundación de las sociedades misioneras. Estados Unidos las sociedades atraían gran número de mujeres. Y en algunas instancias, las mujeres fundaron sus propias sociedades misioneras, sus propios periódicos y hasta levantaron su propio sostenimiento, haciéndolo que los hombres solían hacer incluso la predicación. Después de la Segunda Guerra Mundial las cosas cambiaron, principalmente en cuanto a la misión, se dieron cuenta tanto la Iglesia católica como la protestante de que la apostolicidad de la Iglesia es un atributo de la Iglesia entera y que el ministerio ordenado podría ser entendido únicamente como algo existente entre la comunidad de fe. El concilio Vaticano II yo entrara una nota sección del papel del laicado en la Iglesia, sobre todo en el llamado misionero. Se acentuó el plan divino de la salvación para todo el pueblo, en todo el mundo y en toda época, este laicado trabaja al lado de la jerarquía y el derecho a ser apóstoles. Sin embargo el hecho de que el laicado no participe en la toma de decisiones, separando la base de la cúspide, lo que ha traído más tensión entre ambos extremos, por el temor al elemento “congregacionalista” dentro del catolicismo. Lo mismo sucede en el protestantismo, el espíritu se ha derramado sobre el pueblo de Dios, no sólo sobre algunas personas seleccionadas, “el clero, entonces, surge de la comunidad, la guía, y actúa en nombre de Cristo”. La asamblea del CMI en nueva Delhi (1961); la comunidad es portadora primaria de la misión, “la estructura misionera de la congregación”. La misión ya no surge ni del Papa ni de una orden misionera, ni de ninguna sociedad o sínodo, sino de una comunidad reunida alrededor de la palabra y de los sacramentos. El modelo vertical desde el Papa diera obispos y sacerdotes hasta los feligreses, se ha estado modificando por otro en el cual todos están involucrados directamente. Surge el debate sobre la ordenación de mujeres y que los laicos se involucren directamente en la celebración de la Santa Cena. El problema con este debate, es que sugiere que algunas formas de ministerio ordenado y algunas formas de autoridad para la celebración de los sacramentos son principios y de lo que la Iglesia es en realidad.

Formas de ministerio.

Moltmann, su tesis de la teología del futuro ya no será sólo para sacerdotes o el pastor sino también para laicos. En la actualidad el ministerio conjunto del clero y el laicado, hasta el punto en el que no poder distinguir quién está siendo que. Comunidades “pequeñas” o “de base”, que habiendo comenzado en América Latina hoy están surgiendo a través del mundo en pero, hasta en occidente. Tomando forma como grupos eclesiales hogareños en occidente, iglesias independientes en África, reuniones clandestinas en países donde el cristianismo está prohibido, etc.
Alguna forma de ministerio ordenado es absolutamente esencial y constructiva, no como garante o dispensadora de la gracia de Dios, sino como un guardián que ayuda a la comunidad a mantenerse fiel a las enseñanzas y las prácticas del cristianismo apostólico, el clero no hace esto sólo, sino conjuntamente con todo el pueblo de Dios, ya que todos han recibido es el Espíritu Santo que guía la Iglesia a toda la verdad. Luego entonces necesitamos una eclesiología más orgánica y menos clerical, de todo el pueblo de Dios.

La misión como testimonio a personas de otras religiones vivas.

Una escena movediza.

A partir de 1960 surgió la teología de las religiones y provocó en algunos cristianos se preguntaran “quiénes son estos católicos romanos, anglicanos, metodistas, ortodoxos” y por otro lado “quien son esas personas de otras religiones, hindúes, budistas y musulmanes”. Surgiendo una relación entre el ecumenismo y la teología de la religiones. A través de los años la porción católica insistía que “fuera de la Iglesia no hay salvación”, el modelo protestante afirmaba que “fuera de la palabra no hay salvación”. En ambos modelos la misión significaba conquista y desplazamiento. Durante la mayor parte de la media el enemigo 1 del cristianismo fue el Islam, surgiendo las cruzadas para aplastar esta amenaza, antes de que este aplastara a la Iglesia. Esta actitud cristiana hacia el Islam permanece. Nicolás de Cusa , nunca dudó ni por un instante la superioridad absoluta del cristianismo frente al Islam, Bartolomé de las casas siempre consideró como irrebatible, que las “supersticiones” de los indios americanos eran infinitamente inferiores a la fe cristiana.

La certidumbre inmutable, vacía de colectiva del medioevo, que persistió hasta el siglo XVIII, ha desaparecido. El cristianismo dice Kramer (1961) , es cuestionado severamente, repudiado o ignorado de manera condescendiente. Un factor principal en esta desintegración fue, por supuesto, la ilustración. En lo que se refiere al mundo de los valores (al cual fue relegada la religión), las certidumbres cristianas inmutables sufrirían erosión y, la Iglesia reconocería la existencia de un dilema que no haber tenido necesidad de enfrentar. Hoy en día tiene que competir por la lealtad en el mercado de las religiones e ideologías. En los países occidentales, cristianos, musulmanes, hindúes, sikhs y budistas caminan juntos por las calles. Los cristianos han descubierto que aquellas “otras” religiones, paradójicamente, se diferencian más y a la vez se asemejan más al cristianismo de lo que harían pensado. En el paradigma de la ilustración se esperaba que la religión iría desapareciendo paulatinamente, mientras avanza el proceso descubrir que todo lo sale para la supervivencia gran los hechos, y que el mundo de los valores, perdería su influencia sobre las personas, en efecto muchas cosas parecían apuntar en esa dirección. El marxismo anuló la religión considerándola como “el opio del pueblo” y propagó un mundo libre de ella, la religión y en particular el cristianismo, parecía estar declinando. Irónicamente, sin embargo la religión no pereció. ¡Al contrario! “Hay religión después de la ilustración”. La resurrección de la religión, sin embargo, no es un fenómeno netamente cristiano. Al contrario, parece que son otras religiones en particular los que están experimentando una revitalización. En algunas instancias (en particular el caso del Islam) la revitalización de las religiones tradicionales se atribuye al flamante nacionalismo, proyectos de independencia nacional y cosas similares. Estas religiones evangelizan de manera mucho más agresiva que las iglesias cristianas. El hinduismo no sólo se afirma con más fuerza en su lugar de origen: sus sectas también ganan prosélitos con éxito en occidente. El budismo se ha vuelto militante en Sri Lanka y otras partes. Los cristianos se han triplicado en este siglo sin embargo los musulmanes se han cuadruplicado. Los musulmanes prohíben la propagación de la fe cristiana, a diferencia de los países occidentales, los que permiten que toda él pueda propagarse. No estamos preparados para enfrentar los desafíos que tenemos por delante.

¿Respuestas posmodernas?

El cristianismo en general ha experimentado poco éxito, entre los pueblos adherentes. El budismo en Asia, tan pronto salió de su tierra natal, se convirtió en un budismo chino, un budismo tailandés, un budismo japonés, intrínseco a la tierra y el pueblo de estos países. Lo que constituye una verdadera misión encarnanacional. La misión cristiana en cambio, ha sido una moción descorporalizada. No se rompió la maceta en que venía plantado el cristianismo en otras naciones, por lo que no pudieron echar raíces, convirtiéndose en bonsái. El cristianismo llegó tarde al escenario asiático, excepto tal vez en las Filipinas. Ahora su única esperanza radica en tratar de crear (por ejemplo) apenas un cristianismo indio (de la india), sino, como un cristianismo hindú (M. Amalados, R.Panikkar)en todas partes existe hoy una nueva preocupación por lograr una teología religión cristiana, y un intento desesperado de compensar la miopía del pasado. La confusa diversidad de intentos, cada uno de estos abarcan elementos tanto el paradigma moderno como del posmoderno. El autor de cierre tres posiciones:
1 exclusivismo. La actitud católica y protestante, en relación a otras religiones fue premoderna o en algunas manifestaciones moderna. Nosotros podemos referirnos al cristianismo en términos de estar en proceso de convertirse en “religión verdadera” lo decimos porque Dios la crea, elige, justifica y santifica. Igual que el ser humano justificado, la religión verdadera es una criatura de la gracia.

2 Cumplimiento: el cristianismo como el cumplimiento de otras religiones estaba ya presente en los conceptos de adaptación, acomodación e indigenización. Hacer comparaciones con otras regiones en el mundo occidental, no había duda de cuál religión estaba en la cima. En el informe estadounidense (1932) su énfasis fue “todos estamos en la misma ruta hace una sola cultura mundial y necesitamos una sola religión, sin duda basada en gran parte en las presuposiciones cristianas de occidente. El amor cristiano, sugirió Hocking, era el elemento preciso para el rejuvenecimiento espiritual del mundo. Por otro lado hubo presiones para cambiar el acercamiento de la teología desde un acercamiento Eclesiocéntrico a otro Cristocéntrico. Rahner al analizar otras religiones y su posible valor sádico es la cristología. Nunca abandona la idea del cristianismo como la región absoluta ni la idea de Cristo como único medio de salvación, pero reconoce elementos sobre naturales de la gracia en otras religiones, que, según él, han sido otorgados a seres humanos por medio de Cristo. Existe una gracia sádica dentro de otras religiones, examinará si es Cristo. Esto convierte a otras personas en “cristianos anónimos” y otorga a sus religiones o lugar positivo dentro del plan salvífico de Dios.

3 Relativismo: este se manifiesta en algunos modelos son claramente premodernos y modernos y otros que revelan rasgos de un paradigma posmoderno (al igual que en el exclusivismo y el cumplimiento). Las religiones resultan ser más complementarias que contradictorias (el ejemplo del elefante y los indios ciegos, según la parte que tocaban, serpiente, espada, abanico, pared, columna o cuerda.) Esté extremo relativismo de la ilustración casi nunca se encuentra hoy en círculos cristianos. Todas las religiones consisten en distintas respuestas humanas frente a una sola realidad divina y afirma que todas en carga diferentes percepciones que han tomado forma en medio distintas circunstancias históricas y culturales. (Ernest Troeltsch 1865-1923). Todas las religiones tienen igual validez y otros reveladores y salvadores pueden ser tan importantes como Jesucristo (Hick).John Macquarrie, aboga por un “ecumenismo global” y sugiere que la misión cristiana debe restringirse aspectos humanitarios como la salud, la educación y cosas semejantes. En particular, nunca debe buscar la conversión de los adherentes de las denominadas actas religiones, en las cuales la gracia sádica de Dios ya está operando de manera visible. Las pretensiones legales de verdad son simplemente parte de todo el mosaico religioso y deben ser vistas como tal.

Diálogo y misión.

Un compromiso definitivo con la religión de uno, como una genuina perturba a la del otro, de vacilar constantemente entre la certidumbre y la duda. En todos estos acercamientos cada vez se quiebra la atención. Klaus Klostermainer si esta ruta: el diálogo y la misión tienen su encuentro a nivel más de corazón que de mente. Estamos frente a un misterio.

La primera perspectiva necesaria, es aceptar la coexistencia de distintas religiones y hacerlo con gusto (no ha regañadientes). Macquarrie (1977) ha identificado seis factores formativos en la teología: la experiencia, la revelación, la escritura, la tradición, la cultura y la razón y R. Pape añade 1/7 factor formativo: otra religión. En Sri Lanka, el tema se convirtió “los cristianos en diálogo con los hombres de otras religiones”. En 1977 en Tailandia el tema fue “diálogo en comunidad”.

En segundo lugar, el verdadero diálogo presupone compromiso. Sin un compromiso con el Evangelio, el diálogo se convierte en algo arrogante y sin valor.

En tercer lugar, el diálogo (y, por ende, la misión) es posible únicamente si partimos de la convicción que, no estamos avanzando hacia el vacío, sino que procedemos esperando encontrarnos con Dios que nos ha precedido preparando las personas dentro del contexto su propia cultura y convicciones. Dios ya ha derribado las barreras; su espíritu obra constantemente de manera que sobrepasan el entendimiento.

En cuarto lugar, tanto el diálogo como la misión pueden conducirse únicamente con una actitud de humildad. Esa actitud de humildad es intrínseca de la fe cristiana auténtica. “Nadie niega que Jesús hizo mucho bien, pero esto de ninguna manera lo salvó de ser crucificado. La humildad también significa mostrar respeto por nuestros precursores en la fe, que tuvieron sus prejuicios racistas, machistas e imperialistas. El punto es que tampoco hay garantía que resultaremos mejores que ellos.

El quinto lugar, tanto el diálogo como la misión deben reconocer que las religiones son mundos en sí mismos, con sus propios ejes y estructuras; se orientan en diferentes direcciones y plantean preguntas diferentes. Esto implica, entre otras cosas, que el evangelio cristiano no tiene la misma relación con el hinduismo que con el budismo, etc. El paradigma moderno, que tiende a pasar por alto las diferencias. Lo que pasa generalmente es que se toma como punto de partida al cristianismo, generalizando los elementos de la religión cristiana hasta adecuarlos al fenómeno de otras religiones y entonces producir una especie de copia reducida del cristianismo. Esto convierte a otras religiones en poco más que un eco de la misma voz del cristianismo y demuestra poca sensibilidad ante el hecho de que ellas plantean sus propias preguntas al cristianismo.

Pablo VI (1964) crea la impresión de concebir otras regiones como círculos concéntricos alrededor de la Iglesia Católica, es el centro, según este modelo, marca la distancia en relación con el cristianismo en particular con la Iglesia Católica. El “pluralismo punitivo” de Knitter afirma que las religiones del mundo son “más complementarias que contradictorias” (1985) que saldría cabo igual a la perspectiva de los filósofos de la ilustración. La religión auténtica es, sin embargo demasiado difícil de manejar como para caber en semejante constelación.

En sexto lugar, el diálogo no es un sustituto ni un subterfugio para la misión. No pueden verse como idénticos o como opuestos el uno del otro. La reunión de la CMME en San Antonio lo expresó “afirmamos que el testimonio no incluye el diálogo sino que invita al diálogo, y que éste no excluye el testimonio sino que invita a testimonio y lo profundiza”.

La correspondencia entre el diálogo y la misión es llamativa. El diálogo y la visión viajan por una calle de una sola vía; ninguno de los dos es tercamente dogmático, intolerante o manipulador..

Las disimilitudes entre el diálogo y el testimonio. Knitter (1985) dice que la meta de la misión es que un cristiano se convierte en un mejor se han y el budista en un mejor budista, lo que apoya el diálogo pero no a la misión. Gómez (1986) dice la Iglesia proclama y sus deberes hacerlo, sin tregua al Cristo que es el camino, la verdad y la vida. CMI no escatimar esfuerzos para establecer de una vez por toda la legitimidad y algo, pero aquí hay duda sobre el llamado de la Iglesia a testificar de la vida de Cristo. La asamblea de Nairobi (1975)declara: con valentía confesamos a Cristo sólo como El Salvador y el señor y expresa confianza segura en el poder del Evangelio. En ME6 leemos: en el caso de la vocación de la Iglesia en el mundo está la proclamación del reino de Dios inaugurados en Jesús el señor, crucificado y resucitado. Agrega: los cristianos adeudan el mensaje de la salvación de Dios en Cristo Jesús a todas las personas y a todos los pueblos. En la conferencia de San Antonio: el Dios felino, padre hijo y espíritu Santo, es un dios en misión, la fuente y el sustentador de la misión de la Iglesia. Y dice: no podemos apuntar a ningún otro camino de salvación a parte de Jesucristo. Éstos elementos no negociables de la misión llegaron ser abundantemente claros en esos capítulos sobre el carácter misionero de la iglesia primitiva.

En séptimo lugar: la pregunta ¿las otras religiones también pueden “salvar”? ¿Que sucede un individuo después de la muerte? Las religiones crecen y aseguran tal salvación. ¿Será esta la única razón por la que las personas deben llegar a ser cristiana? Y para eso hay que aceptar un sistema fijo de dogmas, ritos e instrucciones. Sin embargo, la conversión no significa un inicio una comunidad con el fin de asegurar la “salvación eterna”; más bien, es un cambio de lealtades en el que la persona acepta Cristo como señor y centro de su vida. Más que ser salvo la persona abraza su responsable resentido de servir a Dios en esta vida y promover el reino de Dios en todas sus manifestaciones. La conversión incluye una limpieza personal, el perdón, la reconciliación y la renovación, con el fin de llegar a ser partícipe de las asombrosas obras de Dios.

¿Cómo combinar la fe en Dios revelada de manera única en Cristo Jesús con la confesión de que Dios nos ha quedado sin testimonio? ¿Cómo mantener esta tensión entre ser, a la vez, misionero y dialógico? Esta tensión surge por cualquier camino que escojamos. “Aceptamos esta tensión y no buscamos resolverla”. No tenemos todas las respuestas. Démosle su compromiso en el diálogo y la misión como una aventura. No como soldados, sino que, mensajeros de la paz; no como vendedores que presionan, sino con embajadores del Señor siervo.

La misión como teología.

Visión marginada.

El no testamento se escribió dentro de un contexto misionero. Se encontraba la Iglesia-en-misión. Así la misión se convirtió en la “madre de la teología”. La teología perdió su dimensión misionera. En el periodo posmoderno se entendió a la teología primordialmente en dos sentidos. En primer lugar, fue el término para describir un conocimiento real e individual de Dios y de las cosas relacionadas con él. En segundo lugar, fue el testimonio utilizado para disciplinar, una empresa auto consciente y escatológico. Durante muchos siglos había una sola disciplina denominada “teología”. Bajo el impacto de la ilustración aquella disciplina se dividió en 2 areas: la teología como el conocimiento práctico necesario para llevar a cabo el trabajo clerical, y la teología como una empresa técnica y académica entre tantas otras. La teología se desarrolló a lo que Farley denomina “modelo cuádruple”: las intrigas de Biblia (texto), la historia de la Iglesia (historia), la teología sistemática (verdad) y la teología práctica (aplicación).

La teología “práctica” se convirtió un mecanismo para mantener la Iglesia en marcha, entre las otras disciplinas resultaron ser ejemplos de ciencia “pura”. La teología en gran parte estaba desprovista de una dimensión misionera, aún después de siglo 15. Voetius fue el primero en desarrollar una “teología de la misión”. La misión estaba relegada totalmente a la periferia de la Iglesia sin despertar ningún interés. La teología permaneció como algo netamente parroquial y doméstico. La teología práctica tiene que ver con el pastoral o de la Iglesia y la misiología con el apostolado de la Iglesia.

Una segunda estrategia la de abogar por la introducción de la misiología con una disciplina teológica por derecho propio. Warneck su contribución provocó respuestas no solamente los círculos protestantes sino católicos. Existen muchas cátedras y departamentos de misiología hoy más que nunca. Un tercer acercamiento, era abandonar la enseñanza de la misiología como una materia aparte y esperar que las otras disciplinas teológicas incorporen la dimensión misionera a todo el campo teológico.

De una teología de la misión y a una teología misionera.

El problema básico, por supuesto, no el concepto de misiología, sino con el concepto de misión, donde ésta se define exclusivamente en términos de la salvación de almas o la extensión de la Iglesia, la misionología no podría sino ser la ciencia del misionero y para el misionero, una materia práctica (sino pragmática): “¿cómo implementamos la tarea? .

.Illich define la misión como la continuación social de la Encarnación. O el amanecer social del ministerio, o el florecer social de la palabra en medio de un presente siempre cambiante (1974). El movimiento misionero de la Iglesia es únicamente una de las formas de la naturaleza extrovertido del amor de Dios. (Haight 1976). La misión significa servil, sanar y reconciliar a la humanidad dividida y herida. La misionología está para permear sus toda las disciplinas; no es sólo un sector de la enciclopedia teológica (Linz 1964). En términos de su aspecto dimensionar la misión no ya desafía responde a los desafíos de disciplinas específicas.

La Iglesia tiene una historia sólo porque Dios dio el privilegio de participar en la” missio Dei”. La hemos convertido en una sede de historias denominacionales, donde cada denominación simplemente escribe sus propias crónicas, es cumpliendo los rostros de sus fundadores en un “postre o térmico privado” (Hoekendijk 1967). M. Austin “una Iglesia de clase media del siglo XIX, que se esfuerza por asumir los desafíos del siglo XX cuando el siglo XXI ya está a la puerta”.

Considerando la dimensión misionera de la teología práctica, ésta se vuelve miope, y se preocupa sólo por la autorrealización de la Iglesia en torno a su predicación, catequesis, liturgia, ministerio docente pastoral y diaconado, en lugar de voltear sus ojos hacia el ministerio del mundo, analizando la actividad misionera, de alertar a una teología ya una Iglesia domesticada respecto a la realidad en el mundo exterior que está herido y al cual Dios ama. La iglesia debe advertir a su clientela sobre las realidades del tercer mundo. Para la comunidad cristiana entera –Iglesia del primer, segundo y tercer mundo-la misionología implica globalización. Y para lograr esta globalización, necesita especificidad y concretización.

Lo que puede y lo que no puede hacer la misionología.

Ésta tiene una tarea doble, una respecto a la teología y otras respecto a la praxis misionera.

Frente a primera la visión desempeñó una función crítica desafiando continuamente a la teología, por medio de la reflexión sobre la fe, y ha de acompañar al Evangelio en su peregrinaje en medio de las naciones y a través del tiempo. Rompiendo con las actitudes cómodas, y oponiéndose acá en pulso eclesiástico de auto preservación cada deseo de permanecer igual cada inclinación al provincialismo y el parroquialismo. Es además acompañar críticamente a la empresa misionera, fiscales a sus fundamentos, sus metas, sus actitudes, sus mensajes y sus métodos.

La praxis misionera permanece en tensión creativa con los orígenes de la misión, con el texto bíblico y con la historia del involucramiento misionero de la Iglesia. La teología (incluyendo naturalmente la misionología) es una reflexión sobre mensaje y su proclamación, la examina críticamente y no pueden involucrarse en la misión. Éstas se capta, no se enseña. Se debe concentrar en la naturaleza inter subjetiva de la empresa misionera y de la reflexión mencionó lógica en torno a ella. Cada rama de la teología, incluyendo la misionología, aún se encuentra en estado incompleto, frágil y preliminar.

La misión como acción de esperanza.

La “oficina de escatología” cerrada.

Erne Troeltsch fue el que dijo “la oficina de escatología se encuentra cerrada a mayor parte del tiempo” sin embargo con el redescubrimiento del escatología, primero en el protestantismo, luego el catolicismo. En efecto, en nuestro siglo la “oficina de escatología” a estado trabajando horas extras”. Únicamente nuestra época, hemos emperador descubrir la naturaleza histórica fundamental de la fe y la escatología bíblica. La pregunta ¿quién es Dios?, se contestaba con la referencia a la historia: El dios Abraham, de Isaac y de Jacob. Y la historia de Jesús de Nazaret es parte integrante de aquella historia y carece de sentido si ella. Ernest Bloch afirma: “donde hay esperanza, hay religión”. La ilustración prácticamente destruyó la categoría de la esperanza. Desechó la teología y funcionó únicamente en términos de causa y este, no de propósito” “el Dios de la física nos da lo que anhelamos; pero nos dice lo que debemos anhelar” (George Santayana). La religión tiene dos respuestas. Una respuesta sido formulada por Mircea Eliade como “el mito del eterno retorno” : lo que esperamos es lo que ya fue pero ha perdido. En el principio de un paraíso, un estado de felicidad libre tensiones, el cual perdimos; la salvación significa recuperar el paraíso. La respuesta judeo-cristiana destierre esto. El futuro anhelado lo es una simple repetición o un retorno al origen. Más bien, el futuro está abierto hacia un nuevo comienzo que superará el primero. El pasado constituye la promesa del futuro. El dios del futuro se coloca en costa de los dioses del origen, del ciclo de la naturaleza, del “eterno retorno”

carlos monjaras m dijo...

LA IGLESIA Y SU MISION EVANGELIZADORA

PROLOGO: El siglo veinte ha sido señalado en varias ocasiones como el siglo de la Iglesia. El trabajo oficial de los órganos de la Iglesia, tanto dentro como fuera del catolicismo romano, En el campo protestante, el redescubrimiento y estudio de la doctrina de la Iglesia ha sido evidente en Europa y América del Norte. También ha sido una realidad entre las iglesias jóvenes del tercer mundo.
¿A que se debe este renacimiento eclesiológico? Al renacimiento de los estudios bíblicos durante las décadas subsiguientes a la Primera Guerra Mundial. La publicación del comentario del fallecido teólogo aleman Kart Barth sobre la Epístola a los Romanos en el año 1919.
La teología de la Iglesia es esencialmente una teología misionera. La Iglesia tiene, pues, no solo una responsabilidad misionera, sino también una naturaleza misionera.
El renacimiento eclesiológico del siglo XX se debe también al espíritu ecuménico de la época.
En otras palabras, la unidad de la Iglesia hay que hallarla en su misión, y su misión requiere su unidad esencial y visible. Estudiar la misión cristiana a la luz de la naturaleza y responsabilidad evangelística de la Iglesia y de la problemática de la época actual
Provocar y estimular a los cristianos de la actualidad a pensar sobre el alto puesto que ocupa la Iglesia y su misión evangelizadora en el plan de Dios. A la luz del Nuevo testamento, la disciplina teológica, la historia cristiana, el cristianismo individual, la iglesia local y la época actual.

CAPÍTULO 1 LA IGLESIA Y SU MISIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO
Toda disertación sobre la Iglesia cristiana debe desprenderse de la enseñanza del Nuevo Testamento. Tiene que considerar el Nuevo testamento, primeramente, porque es en éste en donde hallamos los primeros datos sobre su origen, y segundo, porque en las teología cristiana el Nuevo Testamento constituye la suprema autoridad en materia de fe y orden.
En las dos expresiones sinónimas: “el reino de Dios” y “el reino de los cielos”, la intención de Jesús es dar una nueva interpretación al concepto del pueblo de Dios.
El reino que Jesús proclamaba era, pues, una serie de relaciones nuevas en las dimensiones vertical y horizontal.
En la descripción de esa comunidad Jesús usa varias metáforas. Algunas veces la llama “manada pequeña” (Lucas 12:32); otras, “mi madre y mis hermanos” (Lucas 8:2). Todo lo cual implica que Jesús se ve a sí mismo como el Rey, el Señor y el Pastor de una nueva orden de hombres t mujeres sin distinción de raza y motivados por el amor.
El Espíritu Santo es esencial en la vida y ministerio de la Iglesia porque es El quien la capacita para servir y testificar eficazmente.
Para Pedro, la Iglesia es casa espiritual, linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo de Dios, una comunidad peregrinas, ovejas descariadas que han vuelto al Pastor y Obispo y la grey de Dios ( I Pedro 1:13-18; 2:5;, 10-11, 25; 5:2).
La Iglesia es el pueblo de Dios. No es una estructura física, sino un organismo. Tampoco es una sociedad de voluntarios que se han organizado para ayudar a Dios, sino un pueblo creado y sostenido por la gracia y el poder de Dios. La Iglesia es el tesoro especial de Dios; una nación separada por El y para El.
La Iglesia es la representante de dios entre los hombres. La iglesia es una comunidad cuya función es hacer que su influencia penetre en cada aspecto de la existencia humana. Es una comunidad llamada a vivir disconforme con el presente, siempre en la esperanza del cumplimiento de la palabra de la promesa.
En el Nuevo Testamento, el ministerio de servicio de la Iglesia se describe en la figura de una mayordomía. La mayordomía indica que no pertenecemos a nosotros mismos, sino a Dios. Dependemos de Dios para el sostén de nuestras vidas.

CAPÍTULO 11 MISIÓN Y EVANGELISMO: DOS LADOS DE LA MISMA MONEDA.
Para el cristianismo común, no muy versado en teología e historia del pensamiento cristiano, como para muchos cristianos cuya profesión esta relacionada de alguna forma con la iglesia (pastores, misioneros, evangelistas, maestros, etc.), las palabras misión y evangelismo tienen diversos significados. En la Europa y la América del Norte de esa época “misión” era el nombre que se daba a una obra religiosa entre los pobres, alcohólicos, inmigrantes y otros grupos minoritarios. Se hablaba de hacer obra evangelística en la misión, pero no del evangelismo como misión, ni de la misión como evangelismo.

La confusión entre misión y evangelismo se puede notar todavía más claramente en muchas denominaciones e iglesias locales. En algunos círculos denominacionales la idea de misión como la totalidad de la actividad de la iglesia dentro y fuera de sus fronteras.

Definiciones de misión y evangelismo
Evangelismo no es invitar gente nueva a la iglesia, ni recibir nuevos miembros, ni restaurar miembros inactivos, ni ejercer presión en el ámbito social para cambiar algún sistema corrompido o corregir algún mal. Por supuesto el evangelismo, cuando se hace efectivamente, afecta, indirecta o directamente, cada una de estas áreas. En el sentido bíblico, evangelismo es el anuncio de la obra redentora de Cristo y sus implicaciones para cada ser humano.
Por misión entendemos el llamamiento de Dios a una empresa redentora. Aún más, es el mandamiento que Dios le ha dado a Su pueblo, o la responsabilidad que El impone sobre todos los que han experimentado verdadera salud. Esa responsabilidad o mandamiento es la de proclamar el evangelio de Dios en todo el mundo.

MISIÓN Y EVANGELISMO COMO ASPECTOS DE LAS RELACIONES ENTRE DIOS Y EL MUNDO
Si misión y evangelismo son dos lados de la misma moneda, y si esa moneda, como hemos dicho, es la obre redentora de Dios a favor del mundo, nos vendría bien entender las relaciones entre Dios y el mundo, para así apreciar la importancia de tales conceptos en la economía de Dios. El mundo, en cada una de sus dimensiones, es pues, producto de la gracia de Dios. Es de entenderse, por lo tanto, por que a través de la historia humana Dios ha desarrollado un plan redentor que tiene su punto céntrico en la encarnación, muerte y resurrección del Verbo divino.

MISION Y EVANGELISMO COMO ASPECTOS DE LA REALIDAD FUNCIONAL DE LA IGLESIA
Misión y evangelismo no sólo tienen que ver con Dios y su obra creadora y redentora en el mundo, sino también con la Iglesia.
La Iglesia es también el cuerpo de Cristo, lo cual es una realidad no sólo espiritual sino también funcional. La realidad espiritual de ese cuerpo es que la iglesia, a pesar de estar compuesta de muchos miembros, es una. La realidad funcional es el hecho de que, como cuerpo del Señor, la Iglesia tiene la responsabilidad de actuar de parte suya en el mundo. En otras palabras, la Iglesia es las manos, los ojos y la bocado Jesucristo en el mundo. La Iglesia no existe para ninguna otra causa sino para evangelizar al mundo.

eleazzar gonzalez garcia dijo...

SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA CAMPUS HOREB
MATERIA: Naturaleza y Misión de la Iglesia
TAREA: Resumen del libro LA IGLESIA Y SU MISIÓN EVANGELIZADORA
PROFESOR: Rafael Pola Baca
ALUMNO: Eleazar González García



LA IGLESIA Y SU MISION EVANGELIZADORA

PROLOGO
Una de las corrientes más renombradas de la teología durante las últimas décadas del siglo XX, ha sido el redescubrimiento y estudio de la doctrina de la Iglesia.
El siglo veinte ha sido señalado en varias ocasiones como el siglo de la iglesia. La Iglesia tiene no sólo una responsabilidad misionera, sino también una naturaleza misionera.


CAPITULO I
LA IGLESIA Y SU MISIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO.
Los cuatro evangelios, que son principalmente cuatro interpretaciones de la vida, ministerio y enseñanza de Jesús, son el registro más importante de sus enseñanzas sobre la Iglesia y su misión. En primer lugar, presentan a Jesús como el fundamento de una nueva fase en la historia del pueblo de Dios.
En los primeros cinco capítulos del libro de los Hechos el vocablo “iglesia” apenas si se encuentra dos veces.
El Espíritu Santo es esencial en la vida y ministerio de la Iglesia porque es El quien la capacita para servir y testificar eficazmente.
En Romanos y Gálatas la Iglesia se define como “el Israel de Dios”.
Como en Efesios, en 1 Corintios Pablo describe a la Iglesia, la llama “la Iglesia de Dios”, “los llamados a ser santos”, “los llamados a la comunión con Jesucristo”, “los que se salvan” y “los creyentes”.
En las epístolas de Juan, la Iglesia se da en la comunión. Sus miembros son los hijos de Dios.
En Hebreos, la Iglesia es una sociedad divino-humana. Se llama “la ciudad de Dios”.
Para Pedro, la Iglesia es casa espiritual, linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo de Dios.
En Apocalipsis, se nos presenta a la Iglesia en su consumación. Es un reino de reyes y sacerdotes que sirven y adoran a Dios día y noche.
Conclusiones en cuanto a la enseñanza del Nuevo Testamento sobre la Iglesia y su misión: La Iglesia es el pueblo de Dios, La Iglesia es el tesoro especial de Dios, la Iglesia es el templo espiritual de Dios en el mundo, la Iglesia es una comunidad apostólica y peregrina. Es apostólica porque es enviada por Jesucristo a cada lugar, a cada criatura y a cada estructura del mundo. La Iglesia es una comunidad sacerdotal, llamada a adorar a Dios y a servirle en medio de la humanidad.
En el Nuevo Testamento, el ministerio de servicio de la Iglesia se describe en la figura de una mayordomía. La Iglesia, por lo tanto, tiene una responsabilidad para con el mundo y sus necesidades.
Para que la Iglesia pueda cumplir su misión, necesita entender su mensaje, ello requiere, un interés sincero y serio.

CAPITULO II
LA MISIÓN Y EVANGELISMO: DOS LADOS DE LA MISMA MONEDA.
Las palabras misión y evangelismo tienen diversos significados. Ello se debe a la confusión general que hay a través de la cristiandad moderna con respecto al significado por detrás de los conceptos que dichas palabras representan.
En la obra misionera extranjera, misión era un punto de predicación.
La confusión entre misión y evangelismo se puede notar todavía más claramente en muchas denominaciones e iglesias locales.
¿Qué es misión y qué es evangelismo? ¿Qué relación existe entre estos dos conceptos? ¿Qué implicaciones o lecciones teológicas podemos deducir de la relación que existe entre misión y evangelismo?

Definiciones de misión y evangelismo
Evangelismo no es invitar gente a la iglesia, ni recibir nuevos miembros, ni restaurar miembros inactivos. En el sentido bíblico, evangelismo es el anuncio de la obra redentora de Cristo y sus implicaciones para cada ser humano. La finalidad de ese proclama es ser un canal a través del cual el Espíritu Santo llame al pecador al arrepentimiento.
Misión y evangelismo son, dos lados de la misma moneda. La moneda es Dios y Su actividad redentora. Evangelismo es el anuncio de esa obra; misión es el mandamiento que nos compete a poner en acción ese anuncio. Si misión y evangelismo son dos lados de la misma moneda, nos vendría bien entender las relaciones entre Dios y el mundo, para así apreciar la importancia de tales conceptos en la economía de Dios.
Es debido a esa relación amorosa que existe entre Dios y Su mundo que hay misión y evangelismo. No se puede hablar de creación ni de redención, sin pensar en misión y evangelismo. Misión y evangelismo no sólo tienen que ver con Dios y Su obra creadora y redentora en el mundo, sino también con la Iglesia.
La Iglesia es un pueblo en marcha, que vive en la continua esperanza de la presencia de Dios. La Iglesia es también el cuerpo de Cristo. La realidad espiritual de ese cuerpo es que la Iglesia, a pesar de estar compuesta de muchos miembros, es una. La Iglesia no existe para ninguna otra causa sino para evangelizar al mundo.

FERNANDO RODRIGUEZ dijo...

LA DIMENSION BIBLICA DE LA IGLESIA Y SU MISIÓN EVANGELIZADORA.

Capitulo I

La Iglesia y su Misión en el Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento debe considerarse como la suprema Autoridad en materia de Fe y Orden dentro de la Iglesia.

La Iglesia en los 4 Evangelios

Las dos expresiones sinónimas son:
El Reino de Dios y el Reino de los Cielos.

Proclamar el Reino era invitar a los hombres al reinado soberano de Cristo, a tener una relación intima con el, ser recipientes de su salvación, y someter sus vidas obedientemente a su servicio.

La Iglesia en los Hechos de los Apóstoles:

El Espíritu Santo es esencial en la vida y ministerio de la Iglesia por que es el quien capacita para servir y testificar eficazmente.

La Iglesia en Romanos y Galatas:

Se define como el Israel de Dios

La Iglesia en Efesios:
La Iglesia es Universal, formada por los Santos y Fieles en Cristo Jesús.
Los Cristianos son los ciudadanos de Israel.

La Iglesia en Corintos:

La Iglesia de Dios, El Cuerpo de Cristo.

La Iglesia en Hebreos:

Es una sociedad Divino Humana, sus miembros son los hijos de Dios.

La Iglesia para Pedro:

Es casa espiritual, Linaje escogido, Real sacerdocio, nación Santa, Pueblo de Dios.

La Iglesia en Apocalipsis:

Es un reino de Reyes y sacerdotes que adoran a Dios Día y Noche.

CONCLUSION:

La Iglesia es el Pueblo de Dios
La Iglesia es una comunión
La Iglesia es un templo espiritual entre Dios y el mundo
La Iglesia es representante de Dios entre los hombres
La Iglesia es una comunidad cuya función es hacer que su influencia penetre en cada aspecto de la existencia humana.
La Iglesia es una comunidad sacerdotal, llamada a adorar a Dios y servirle en medio de la humanidad,

En el Nuevo Testamento, el ministerio de servicio de la Iglesia se describe en la figura de una Mayordomía.


Capitulo II

Misión y Evangelismo: Dos Lados de La Misma Moneda

En el Congreso Mundial de Evangelismo celebrado en Berlín Occidental.
El lema del congreso fue:
Un Pueblo, Un Evangelio, Un Objetivo.

Evangelismo en el sentido Bíblico es:

El anuncio de la obra redentora de Cristo y sus implicaciones en cada ser humano.
La finalidad de esa proclama es ser un canal a través del cual el Espíritu Santo llame al pecador al arrepentimiento, le de el Don de la fe, de tal manera que pueda tener un encuentro personal con Cristo y así tener una transformación total.

Misión:
El llamamiento de Dios a una empresa redentora, Es el de proclamar el Evangelio en todo el mundo.

Evangelismo es el anuncio de esta obra

Misión ponerlo en practica.

omar martinez dijo...

LA IGLESIA Y SU MISIÓN EVANGELIZADORA
ORLANDO E. COSTAS

I
LA IGLESIA Y SU MISIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO

Ministerio y enseñanza de Jesús, son el registro más importante de sus enseñanzas sobre la iglesia y su misión. Los evangelios presentan a Jesús como el fundamento de una nueva fase en la historia del pueblo de Dios. En Romanos y Gálatas la iglesia se define como “el Dios de Israel”. En la epístola a los Efesios, la iglesia es universal, formada por los santos y fieles en Cristo Jesús. En las epístolas de Juan, la iglesia se da en la comunión. En Hebreos, la iglesia es una sociedad divino-humana. Para Pedro, la iglesia es casa espiritual, linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo de Dios. En Apocalipsis, se nos presenta a la iglesia en su consumación. La iglesia es el pueblo de Dios. No es una estructura física, sino un organismo. La iglesia es una comunión. La iglesia es el templo espiritual del mundo. Ser el reflejo de la presencia de Dios entre los hombres s lo que Dios se ha propuesto para con la iglesia. Es una comunidad apostólica y peregrina. La iglesia es una comunidad sacerdotal, llamada a adorar a Dios y a servirle en medio de la humanidad. En el Nuevo Testamento, el ministerio de servicio de la iglesia se describe en la figura de una mayordomía. La iglesia es una comunidad profética.

II
MISIÓN Y EVANGELISMO: DOS LADOS DE LA MISMA MONEDA

Se hablaba de hacer obra evangelística en la misión, pero no del evangelismo como misión, ni de la misión como evangelismo. La idea de misión como la totalidad de la actividad de la iglesia dentro y fuera de sus fronteras ha sido aceptada con mucho entusiasmo, el evangelismo ha sido limitado bien a la invitación de gente nueva a la iglesia.
Evangelismo es el anuncio de la obra redentora de Cristo y sus implicaciones para cada ser humano. Ese anuncio se da en palabras y también en hechos. La finalidad es ser un canal a través del cual el Espíritu Santo lame al pecador al arrepentimiento, le dé el don de la fe, de tal manera que pueda tener un encuentro personal con Cristo y así experimentar una transformación total. Misión es el llamamiento de Dios a una empresa redentora. Esa responsabilidad o mandamiento es la de proclamar el evangelio de Dios en todo el mundo. No se puede hablar de Dios ni del mundo, no se puede hablar de creación ni de redención, sin pensar en misión y evangelismo. La iglesia está llamada a vivir una vida de esperanza y obediencia. La iglesia es un pueblo en marcha, que vive en la continua esperanza de la presencia de Dios. Es también el cuerpo de Cristo, lo cual es una realidad no sólo espiritual sino también funcional. La iglesia no existe para ninguna otra causa sino para evangelizar al mundo.

III
MISIÓN Y EVANGELISMO COMO UNIDAD: IMPLICACIONES TEOLOGICAS

La idea de la misión y evangelismo de la obra redentora de Dios tiene implicaciones serias de carácter teológico para toda la iglesia. 1) misión y evangelismo son aspectos de la realidad funcional de la iglesia, es producto para bien o para mal, del movimiento pietista de los siglos XVII y XVIII. Nuestro esfuerzo evangelístico deberá caracterizarse por un deseo sincero de obediencia a la Gran Comisión de Cristo y no por el espíritu de competencia denominacional. 2) el concepto de misión y evangelismo como aspectos complementarios de la obra redentora de dios en el mundo afecta otra tendencia de los círculos evangélicos contemporáneos, a saber, la inclinación que se observa en lagunas áreas geográficas, denominacionales e ideológicas a dividir misión. 3) el hombre no es sólo un ser espiritual, sino también corporal y social. El evangelio afecta la dimensión espiritual dl hombre porque lo confronta consigo mismo de tal manera que lo obliga a verse en el contexto de su realidad espiritual, como un ser creado a la imagen de Dios. El evangelio trae reconciliación, perdón, justificación, esperanza y seguridad, lo cual quiere decir completa transformación de la personalidad. El evangelio no sólo afecta al hombre en su vida espiritual y corporal, sino también en sus relaciones. Al confrontarlo con su prójimo le revela en forma concreta y específica la esencia de su pecado: su fracaso al no amar a Dios y al prójimo como a sí mismo. El evangelio que la iglesia ha sido llamada a proclamar abarca todos los niveles de la vida humana. Por ende, si misión y evangelismo son aspectos de la obra redentora de Dios a favor de la humanidad, la iniciativa, la gloria y el poder en la evangelización dependen sola y exclusivamente de Dios. La misión de la iglesia es u privilegio que Dios da a su pueblo. Las huellas de la verdadera iglesia de Jesucristo, su obediencia a esa misión y su dependencia de la presencia del Espíritu Santo.

IV
LA IGLESIA Y SU MISIÓN A TRAVÉS DE LA HISTORIA

La importancia del trasfondo histórico misionero para la misión de la iglesia reposa: 1) sobre el hecho de que nos ayuda a ver que el motivo para la obra misionera, es Dios. 2) la historia de la misión de la iglesia nos ayuda a investigar hasta qué punto han sido reconocidos y ejecutados los principios bíblicos y teológicos de dicha misión.
La iglesia y su misión evangelizadora desde Pentecostés hasta el Edicto de Milán. La historia misionera cristiana comienza oficialmente en un aposento alto de Jerusalén. Fue de esa manera que el evangelio comenzó a extenderse por Judea, Samaria y a través de todo el mundo. La obra misionera dura hasta el año 313, cuando el cristianismo, por edicto del emperador Constantino en Milán, se convierte en religión del Estado. Durante los primeros trescientos años. La iglesia considera que su misión es su razón de ser, la obra misionera durante los primeros trescientos años de historia cristiana se llevó a cabo principalmente a través del testimonio espontaneo de cada creyente.
La iglesia y su misión evangelizadora desde el Edicto de Milán hasta la primera mitad del siglo XVII. La obra misionera se identifica con la transmisión de la cultura. La comisión de Agustín, el misionero, por el papa Gregorio el Grande, en el año 596. Agustín fue enviado a emprender una nueva conquista de Bretaña. La reforma protestante no trajo cambio alguno en el patrón misionero. La iglesia y su misión evangelizadora desde la segunda mitad del siglo XVII hasta 1815. La importancia pietista en la historia misionera resta sobre el hecho de que liberó la obra evangelizadora de la alianza político-cultural en que había quedado atrapada. El pietismo hizo su mayor contribución a la historia misionera al llamar la atención sobre el hecho de que las iglesias existentes eran capaces de dar ímpetu a un buen esfuerzo misionero.
La iglesia y su misión evangelizadora desde el año 1815 hasta 1914. La derrota final y el destierro de Napoleón en 1815. Este período se ha llamado el gran siglo: una época de expansión si precedente. Fue una expansión que se caracterizó por la penetración del evangelio en la mayoría de aquellos países. La importancia del liberalismo en la historia, reduciendo así la obra misionera a u intercambio de experiencias espirituales con pueblos que a través de sus propias religiones ya han encontrado a Dios. El individualismo que caracterizó a la obra misionera durante esta época produjo la confusión entre misión y evangelismo que hemos notado y acentuó todavía más la división del cuerpo de Cristo.
La iglesia y su misión evangelizadora desde el año 1914 hasta el presente. 1914, la época que empezó la Primera guerra Mundial. En el siglo XX la obra misionera no sólo se ha ecumenizado sino que también se ha internacionalizado. Podemos decir que el éxito de la iglesia y su misión evangelizadora a través de los últimos diecinueve siglos y medio se ha debido a la gracia de Dios. La iglesia fue lenta al principio en cumplir el mandamiento de Jesús y cómo el Espíritu Santo tuvo que usar una persecución severa para esparcir a los creyentes a través de Judea. Cada vez que la iglesia cristiana se ha enorgullecido con soberbia de la gracia de Dios y ha permitido la infiltración de actitudes y conceptos contrarios a las Escrituras en su vida religiosa.

carlos monjaras m dijo...

MATERIA: Naturaleza y Misión de la Iglesia II
TAREA: Resumen del libro la iglesia y su misión evangelizadora Cáp. III, IV
PROFESOR: Rafael Pola Baca
ALUMNO: Carlos Monjaras Mirón

Capitulo III
MISION Y EVANGELISMO COMO UNIDAD:
IMPLICACIONES TEOLOGICAS
La idea de la misión y evangelismo como aspectos inseparables de la obra redentora de Dios en el mundo tiene implicaciones serias de carácter teológico para toda la iglesia. En primer lugar, si, como hemos dicho, misión y evangelismo son aspectos de la realidad funcional de la iglesia, no hay razón para hablar en términos de misiones sino de misión
El énfasis en las misiones, tan típico del siglo XIX y de algunos evangélicos conservadores aun en el siglo XX, es un insulto a la realidad espiritual y funcional del cuerpo de Cristo, ya que tiene a hacer de la misión cristiana un asunto de carácter privado .Si vamos a ser fieles al mensaje biblico; si vamos a aprender de las lecciones del pasado; y si vamos a cumplir, como miembros del cuerpo de Cristo, con nuestro llamado, necesitamos comenzar a pensar en términos de misión en lugar de misiones.
El testimonio de la iglesia como la comunidad local de creyentes en el mundo tiene dos dimensiones. La primera se da directamente a medida que aquellos que vienen al conocimiento de Cristo se dispersan para dar testimonio en sus hogares, escuelas, negocios, comunidades y relaciones sociales. A esta clase de testimonio directo se la puede llamar evangelismo. La otra dimensión del testimonio de la iglesia va más allá de sus fronteras a aquellos en las “regiones remotas”… Ese mundo [extranjero] se alcanza a través de los que son enviados, a los cuales se los puede llamar apropiadamente apóstoles. Esto es, misión. No estamos de acuerdo porque si misión es solamente el testimonio de la iglesia local a través de los enviados a las remotas regiones, la única forma en que la iglesia local puede participar en misión es enviando misioneros al extranjero. Ello crea una división ilegitima y peligrosa en la naturaleza y alcance de la Gran Comisión. Ilegitima porque en la Gran Comisión esta implícito un concepto global, es decir: la humanidad en todas las partes de la tierra (Jerusalén, Judea, Samaria y los confines de la tierra), lo que quiere decir que tan misión es el testimonio en Jerusalén (el área local) como en los confines de la tierra. En otras palabras, l Gran Comisión niega categóricamente que para una iglesia local participar en misión tenga que significar necesariamente sostener misioneros en el extranjero. Hay muchas iglesias locales pequeñas que no pueden contribuir al sostén de la obra misionera y sin embargo, por su labor en “Jerusalén, Judea y Samaria”, están obedeciendo el mandato del Señor.
Lo dicho nos lleva al peligro involucrado en escalase de división entre misión y evangelismo, o sea: el de hacer hincapié en uno de estos aspectos a expensas del otro.
La concepción bíblica de misión y evangelismo como aspectos de la obra redentora de Dios tiene una tercera implicación, esta vez con respecto a la naturaleza del hombre. Puesto que el hombre no sólo es un ser espiritual, sino también corporal y social. El Hombre se destruye a sí mismo al no querer conformarse al propósito para el cual ha sido creado. Este propósito es el de amar a Dios y rendirle tributo absoluto. Al rehusar conformarse a ese propósito, el hombre no sólo ofende el honor de Dios, sino que pierde su sentido de percepción espiritual.
Ahora, en lugar de amarse a sí mismo ama a Dios, porque su actitud hacia la vida ha cambiado. Su cuerpo deja de ser instrumento de la auto-glorificación, y pasa a ser templo de Dios. El evangelio, sin embargo, no sólo afecta al hombre en su vida espiritual y corporal, sino también en sus relaciones. Puesto de otra manera, el evangelio afecta al hombre individual y colectivamente. No sólo lo confronta consigo mismo y con su necesidad de Dios, sino también con su prójimo. Al confrontarlo con su prójimo le revela en forma concreta y específica la esencia de su pecado, o sea: su fracaso al no amar a Dios y al prójimo como a sí mismo.
Si no anunciamos que la fe que no se manifiesta en amor y misericordia no es fe verdadera, lo que hacemos es cerrar los ojos a las enseñanzas de Pablo, Juan, y de Cristo mismo. La obra misionera es obra de Dios… No obra del hombre. Ese gran edificio, el templo santo de Dios, no crece por la obra de nuestras manos débiles, sino por la obra irresistible de Cristo, quien es la principal piedra del ángulo. Nuestra obra por lo tanto es insignificante: “Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que da el crecimiento” Ahora bien, la Iglesia, siendo la comunidad que confiesa a Jesucristo como Señor y Salvador, reconoce su llamamiento como un privilegio y responde en adoración y gratitud, obediencia a esa misión y su dependencia de la presencia del Espíritu Santo.

CAPÍTULO IV
LA IGLESIA Y SU MISION A TRAVES DE LA HISTORIA
La iglesia y su misión evangelizadora desde Pentecostés hasta el Edicto de Milán.
La historia misionera cristiana comienza oficialmente en un aposento alto de Jerusalén. Lucas cuenta cómo Jesús, antes de ascender al cielo, mandó a sus discípulos que no se fueran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre, la venida del Espíritu Santo, de quien recibirían poder para ser testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:4, 8).
El Espíritu de Pentecostés siguió en aquella comunidad primitiva. Señales y prodigios acompañaban la predicación de Pedro y de sus compañeros. Miles respondían con fe a esa predicación, y la comunidad cristiana en Jerusalén seguía creciendo.
Permitió que el mandamiento del Espíritu Santo resonara en la iglesia de Antioquia entre un grupo pequeño de maestros y profetas. En fin, Dios quitó todas las barreras.
Fue de esa manera que el evangelio comenzó a extenderse por Judea, Samaria y a través de todo el mundo. De ahí en adelante la obra misionera se caracteriza por el espíritu de agresividad y espontaneidad el que dura hasta el año 313, cuando el cristianismo, por edicto del emperador Constantino en Milán, se convierte en religión del Estado.
En resumen, la obra misionera durante los primeros trescientos años de historia cristiana se llevó a cabo principalmente a través del testimonio espontáneo de cada creyente. Para éstos la proclama del evangelio era una necesidad; era su razón de ser. El contenido de su testimonio era la obra redentora de Dios en Cristo. Su metodología era variada y sencilla.

La Iglesia y su misión evangelizadora desde la segunda mitad del siglo XVII hasta 1815.
La importancia del pietismo en la historia misionera resta sobre el hecho de que liberó la obra evangelizadora de la alianza político-cultural en que había quedado atrapada. Los pietistas desarrollaron un programa misionero completamente independiente de las diversas compañías orientales de las Indias, con un énfasis mucho mayor en el envío directo de creyentes que se sentían llamados a proclamar el evangelio. La obra misionera exigía demasiados riesgos a un liderazgo que estaba muy conforme con el statu quo, y por lo tanto, carecía de amor y compasión para con aquellos que se encontraban fuera de las fronteras del cristianismo.

La efectividad del trabajo misionero se mide por el grado de ayuda social que se les presta a los pueblos subdesarrollados. La misión de la Iglesia es, pues, concebida en términos netamente seculares. La corrupción liberal de la misión de la Iglesia fue contrarrestada, no obstante, por un movimiento misionero vigoroso.
En el año 1886 hubo una destacada conferencia de estudiantes dirigida por el evangelista norteamericano, Dwight L. Moody, en la cual se dio inicio a un poderoso movimiento misionero bajo el lema: “Demuestra, si puedes, porque no debes obedecer el mandamiento de Jesucristo”.

La iglesia y su misión evangelizadora desde el año 1914 hasta el presente
1914 vio el comienzo de una era nueva y tumultuosa. La época, que empezó con la Primera Guerra Mundial, se ha caracterizado por guerras y rumores de guerras, revoluciones, un nacionalismo vigoroso, la decadencia del viejo mundo y la emergencia del nuevo, un desarrollo de los armamentos que amenaza la destrucción completa y una prosperidad económica sin precedente en algunas partes del mundo. Todo ello ha llevado a algunos pensadores contemporáneos a hablar de la época actual como la “era postcristiana” o “postconstantiniana”, o sea: una era en la cual la influencia que ha ejercido el cristianismo sobre el mundo occidental, desde el Edicto de Milán, ha menguado tanto que el papel que ahora desempeña en la vida humana es inconspicuo y sin importancia.
Hay, sin embargo, otro lado mucho más positivo en el panorama contemporáneo, el cual merece ser considerado en este análisis. Mientras que la cristiandad europea y norteamericana especialmente el protestantismo, ha menguado considerablemente durante los últimos años, se ha reconocido el peligro de identificar la fe cristiana con la cultura occidental y se ha puesto énfasis sobre la necesidad de que el misionero no sólo respete los valores culturales de aquellos a quienes ha de ministrar el mensaje de Dios, sino de que también adapte ese mensaje a la situación en qué éstos se encuentran.
En conclusión, podemos decir que el éxito de la Iglesia y su misión evangelizadora a través de los últimos diecinueve siglos y medio se ha debido a la gracia soberana de Dios. Asimismo el fracaso de esa misión se ha debido a su falta de dependencia de la presencia y obra del Espíritu Santo. Ello no quiere decir que cada vez que la Iglesia ha fracasado en su misión Dios ha dejado de salvar a los hombres (Dios es soberano y llama a todos los que en Su gracia se propone salvar, quiéralo la Iglesia o no). Pero si quiere decir que la Iglesia al fracasar en su misión ha perdido su razón de ser.
Lo dicho nos lleva a concluir que cada vez que la Iglesia cristiana se ha enorgullecido con soberbia de la gracia de Dios y ha permitido la infiltración de actitudes y conceptos contrarios a las Escrituras en su vida religiosa, no sólo ha perdido su sentido de misión y razón de ser, sino que ha tenido que sufrir el juicio de Dios. Y quizás la decadencia de la obra evangélica en Europa y América del Norte se deba a la soberbia espiritual de la Iglesia.

Francisco Naves dijo...

El espíritu y la palabra en la comunidad evangelizadora.(Rolando Gutiérrez Cortes)
III porque el espíritu y la palabra.

8. El poder del espíritu.

En el activo testamento éste se manifiesta solamente en algunos siervos, para detenidos trabajos y en situaciones específicas sen en cambio en el no testamento, el poder del espíritu se manifiesta sobre toda la carne para avalar la proclamación del Evangelio del reino y respaldar la Iglesia en este ministerio, en todas de las esferas y niveles en que se mueve.

(8.1) la plenitud del espíritu es haberse engendrado por el. Se vive en plenitud. Es el espíritu que la vida. Jesucristo fue engendrado por el espíritu a la hora de su encarnación. En todos sus actos se manifestó, cuando fue bautizado, moviéndose en la seguridad de quien ha de venir, vendrá con toda gloria y majestad.

(8.2) y recibiréis poder, cuando he venido sobre vosotros el espíritu Santo y me seréis testigos. Fue la herencia de de espíritu que estaba dando poder a toda la Iglesia. Fue un atractivo irresistible para que aceptara el Evangelio muchos de los que le rodeaba. El fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.

(8.3) El espíritu nos enseña a depender plenamente de Dios y de su hijo Jesucristo. “Siempre es imposible agradar a Dios”. Con los ocupamos un ministerio, nuestras emociones, de sus afectos son tocados y el amor se manifiesta como: “cartas vivas para ser leídas por todos los hombres”.

(8.4) Obediencia a través de la palabra. El espíritu nos guía de manera inteligible y a través de la verdad de Dios nos ha revelado su palabra. Tanto el espíritu como la palabra, son elementos indisolubles en la proclamación que nos ha sido encomendada.

(8.5) Presencia permanente en la Iglesia “he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.

(8.6) Nos mueve a ir. “y no solamente de Jerusalén a Judea y de Judea a Samaria, sino hasta lo último de la tierra”. Incluso ir a donde no se los he invitado.

(8.7). Cimiento de la vida de los hombres. La fe de los nuevos creyentes debe estar fundada en Dios y no nosotros.

(8.8). Principio y fin de la misión evangelizadora. Es el espíritu Santo que nos prepara los corazones que habrán de ser receptores de la verdad de Dios. Desde quedar gobiernos del pecado y movernos al arrepentimiento como poner ser divina a nuestras armas. Una serie de hechos históricos quedan como testimonio.

(8.9). Ubicados en la relación de amor. Después de confesar es que podemos pedir perdón a Dios y a nuestro prójimo. “En esto conocerán todos que sois mis círculos, si tuviere ese amor los unos con los otros” (Juan 13: 35).

9. El poder de la palabra.

(9.1). Para ser renacidos. La voluntad de Dios es que seamos “renacidos por la palabra”, “no sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

(9.2). Para discernir su voluntad. Dios crea, comunica, redime, sostiene, juzga y permanece por medio de su palabra. Debemos de compartir nuestro trabajo.

(9.3). Garantía de nuestra proclamación. La palabra y que estudiarla a fondo, para qué el día que tengamos que usarla sea en forma apropiada.

(9.4). Para ser capaces de enseñar. La Biblia y que estudiarla para ser capaces de enseñarla.

(9.5). Vocación de libertad. Todo está bajo el señorío de Dios y no quiere que su pueblo sea esclavo en ninguna de las cosas creadas. La escritura nos dice que “los reinos del mundo vendrán a ser los reinos del señor y de su Cristo”.

(9.6). Palabra viva por el espíritu. Esta es palabra de fe. Es seguridad de salvación.

10. La misión de Jesús.

El espíritu y la palabra confirman en la Iglesia tanto la misión de Jesucristo, como la misión que él le deja. “Principios del Evangelio de Jesucristo” (Marcos) esto sería su última revelación. La vida cristiana es una estructura pastoral de amor, buenas obras, testimonio, martirio, fidelidad y esperanza.

11. Santificación.

El espíritu y la palabra se manifiestan, en la vida y obra de la Iglesia, como elementos fundamentales en la comunidad evangelizadora. Por el espíritu de nuestro señor se sintió compelido a sanar a los afligidos de corazón. “Afligidos de corazón”, fue por el espíritu que el señor se sintió constreñido para anunciar libertad a los presos, tanto los que sufrían presiones justas como los que sufrían prisiones injustas de los hombres.

Fue por el espíritu que Jesucristo se declaró en enviado para dar vista a los ciegos. Es por el espíritu que Jesucristo se reveló como el mesías de su padre para poner en libertad a los mal tratados, en una libertad física, pura y espiritual. Perdí entre en espíritu, sirviéndole a él, es vivir en un coso y pajas, es vivir en justicia y tolerancia, en bondad y benignidad, el civil regidos por la ley fundamental de los cielos que se manifiesta en la compasión de los unos por los otros y que conocemos con el nombre de amor. Es en el desarrollo del servicio cristiano que nuestras vidas se santifica; para tener la estructura de un varón perfecto. El actor pastoral es para santificación en el agente de redención en el que guía: santificación y redención que se nutre en la relación de cuidado y cultivo.

IV Nuestra tarea y esperanza.

12. Escuchar la voz de Dios.

El principio, contenido y fin de nuestra misión es Jesucristo. El define nuestra tarea y constituye nuestra esperanza. Nuestra tarea tenemos que hacerla con él mejor discernimiento espiritual posible, para ser pertinentes en la presentación del mensaje. Cultivar la conciencia de la población, en nuestras naciones latinoamericanas, para la construcción de cada uno de los países. Hemos de tener presente que Dios nos habla en cualquier momento. Como Iglesia, somos mayordomos del tiempo en que hemos de cultivar nuestra habilidad para convertir nuestro tiempo el recurso de redención.

13. Proclamarla con pureza.

La escritura nos dice que “por gracias somos salvos por la fe y esto no de nosotros sino que es un don de Dios”. Ésta previene por él o ir la palabra de Dios. Es una gran responsabilidad: proclamar con pureza la palabra de Dios, trazando la bien como palabra de verdad, hoy damos la palabra y pongamos la por obra, en nuestras enseñanzas y proclamación, avalando la convidas que testifiquen la bendición que constituye el ser guiados por la voluntad del señor.

14. Educar al hombre nuevo como siervo de Dios en el mundo.

Dios nos habla y de diferentes maneras y por diversos acontecimientos, para hacernos conocer su voluntad. Como multiforme su sabiduría, es también multiforme su pala. Es menester un nuevo nacimiento para poder tener esta visión de Dios. Es un nacimiento que es posible en virtud del espíritu, porque que no naciera del espíritu no puede ver el reino de Dios. Es indispensable que los pastores del pueblo de Dios seamos personas y comunidades disciplinadas en nuestro constante depender en el espíritu y nuestro permanente cultivo a la palabra, perfeccionando nuestros caracteres en la revelación que a través de ellas duda el padre acerca de su hijo Jesucristo. Esta disciplina nos ayudará a crecer en la dimensión de la madurez cristiana, porque la madurez cristiana está en función directa de su dependencia en el espíritu Santo.

15. La Iglesia local como instrumento.

Cada iglesia local es un núcleo responsable de reproducción evangélica que actúa como levadura en cada generación.

Hemos de cuidar ser fieles por que es menester hacer escuchar su voz en todo él continente, pero también en todo el mundo. Debemos construir una sociedad de amor, justicia y paz. Dios nos ha querido redimir al mundo a través de la sangre que su hijo de ramo por los hombres en la Cruz del calvario. En estos momentos, cuando los gritos por justicia y para se escuchan en todo el mundo, donde la conciencia mundial se sacude, por hambre, abrigo, vivienda, marginación social, de discriminación de razas y edades, amenazas de las naciones con recursos, opresión de minorías, etc.. Sólo con el espíritu y la palabra en cada comunidad evangelizadora, podremos invocar la misericordia de nuestro padre, implorando el auxilio del pi Santo y dispuestos a proclamar la gracia del hijo.

eleazzar gonzalez garcia dijo...

SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA CAMPUS HOREB

MATERIA: Naturaleza y Misión de la Iglesia
TAREA: Resumen del libro La iglesia y su misión evangelizadora
PROFESOR: Rafael Pola Baca
ALUMNO: Eleazar González García


CAPITULO TRES Y CUATRO
MISIÓN Y EVANGELISMO COMO UNA UNIDAD: IMPLICACIONES TEOLÓGICAS.

La idea de la misión y evangelismo como aspectos inseparables de la obra redentora de Dios en el mundo tiene implicaciones serias de carácter teológico para toda la Iglesia.
Pero este enriquecimiento de la Iglesia cristiana fue también su empobrecimiento. Muchas de las sociedades misioneras que se fundaron con el fin de cumplir con la misión de la Iglesia, pronto se convirtieron en denominaciones, y en lugar de hablar de misión se hablaba de misiones. Si vamos a cumplir como miembros del cuerpo de Cristo, con nuestro llamado, necesitamos comenzar a pensar en términos de misión en lugar de misiones. Necesitamos hacer del lema del Congreso Mundial de Evangelización el lema de todo esfuerzo evangelístico: “Un pueblo, Un Evangelio, Un Objetivo”. Si la Iglesia cristiana contemporánea ha de ser obediente a su misión evangelizadora, necesita hacer a un lado esa tendencia de separar al mundo de sus fronteras geográficas o sus fronteras geográficas del mundo.
La concepción bíblica de misión y evangelismo como aspectos de la obra redentora de Dios tiene una tercera implicación, esta vez con respecto a la naturaleza del hombre. Puesto que el hombre no sólo es un ser espiritual, sino también corporal y social.
El hombre se destruye a sí mismo al no querer conformarse al propósito para el cual ha sido creado. Este propósito es el amar a Dios y rendirle tributo absoluto. En lugar de adorar a Dios se adora a sí mismo. Pero como él no es capaz de hallar satisfacción en sí mismo, vive una vida llena de frustración.
El evangelio, como se ha dicho, trae reconciliación, perdón, justificación, esperanza y seguridad. Aunque sigue lleno de aflicciones, ahora contempla el futuro lleno de esperanzas. El evangelio convoca al hombre a arrepentirse de su pecado social, a la vez que le ofrece la reconciliación. La erradicación de todo aquello que tiende a oprimir al prójimo: la discriminación racial, económica y hasta religiosa.
Si misión y evangelismo son aspectos de la obra redentora de Dios a favor de la humanidad, al decir que el evangelio es de Dios, Pablo quiere hacer hincapié sobre el hecho de que el evento victorioso que éste anuncia lo llevó a cabo Dios y que aún la aplicación individual y social de la victoria adquirida en esa obra es Él quien la hace y no hombre alguno. ¿Por qué necesitamos hablar de la misión evangelizadora de la Iglesia? Si Dios lo hace todo, ¿por qué recurre a la Iglesia? Estas no son preguntas de escépticos, sino de cristianos perplejos ante la soberanía de Dios en la evangelización. Al hablar de la soberanía misionera de Dios que tenemos que tener presente Su gracia infinita. La obra misionera, o sea la proclamación del evangelio.
Ahora bien, la Iglesia, siendo la comunidad que confiesa a Jesucristo como Señor y Salvador, reconoce su llamamiento como un privilegio y responde en adoración y gratitud. Sólo al considerar la misión y evangelismo en su unidad, o sea como aspectos inseparables de la obra redentora de Dios, podemos captar todas las implicaciones del evangelio. Cuando así lo hacemos nos damos cuenta que la evangelización es Dios actuando redentoramente en el mundo a través de la Iglesia, en virtud de la encarnación, muerte y resurrección de su Hijo, para traer salud a una humanidad desesperada, perdida y desintegrada en todas las dimensiones de su existencia.

CAPÍTULO IV
LA IGLESIA Y SU MISIÓN A TRAVÉS DE LA HISTORIA
La misión es el llamado de la Iglesia a la participación en la obra redentora de Dios en el mundo.
La historia de la misión de la Iglesia nos ayuda a investigar hasta qué punto han sido reconocidos y ejecutados los principios bíblicos y teológicos de dicha misión.
Durante los primeros trescientos años, la Iglesia considera que su misión es su razón de ser. La evangelización la lleva a cabo espontáneamente cada creyente, como un testimonio sencillo de su fe. La obra misionera durante los primeros trescientos años de historia cristiana se llevó a cabo principalmente a través del testimonio espontáneo de cada creyente.
Con el Edicto de Milán la obra misionera deja de llevarse a cabo a través del testimonio espontáneo de creyentes individuales y pasa al ámbito político-cultural.
Es cierto que durante estos siglos surgen grandes movimientos misioneros; pero el patrón es el mismo. Uno de los ejemplos clásicos lo encontramos en la comisión de Agustín, el misionero, por el Papa Gregorio el Grande, en el año 596.
La Reforma Protestante, pese a su énfasis individualista y su afán por volver al cristianismo primitivo, no trajo cambio alguno en el patrón misionero.
Los pietistas desarrollaron un programa misionero completamente independiente de las diversas compañías orientales de las Indias. El pietismo hizo su mayor contribución a la historia misionera al llamar la atención sobre el hecho de que las iglesias existentes eran incapaces de dar ímpetu a un buen esfuerzo misionero.
En Wesley, más que en ningún otro personaje de la época moderna, hallamos por vez primera una síntesis entre misión y evangelismo.
Para fines del siglo XIX, que se extiende desde el año 1815 hasta el 1914, el evangelio que predicaba el sector del cristianismo protestante, a pesar de las pruebas y luchas internas por las cuales había tenido que pasar.
En 1914 vio el comienzo de una nueva y tumultuosa. La época, que empezó con la Primera Guerra Mundial, se ha caracterizado por guerras y rumores de guerras, revoluciones, un nacionalismo vigoroso.
El edicto de Milán, ha menguado tanto que el papel que ahora desempeña en la vida humana es inconspicuo y sin importancia.
En el siglo XX la obra misionera no sólo se ha ecumenizado sino que también se ha internacionalizado.
El redescubrimiento del laico como agente de la evangelización y una preocupación sincera por evangelizar al hombre en todas sus dimensiones. La colaboración del laico como agente en la evangelización, la elaboración de nuevos métodos de evangelización y la creciente aceptación de la interrelación entre misión y evangelismo.
Podemos decir que el éxito de la Iglesia y su misión evangelizadora a través de los últimos diecinueve siglos y medio se ha debido a la gracia soberana de Dios. El fracaso de esa misión se ha debido a su falta de dependencia de la presencia y obra del Espíritu Santo. La Iglesia al fracasar en su misión ha perdido su razón de ser.
Hemos visto cuál lenta fue la Iglesia al principio en cumplir el mandamiento de Jesús y cómo el Espíritu Santo tuvo que usar una persecución severa para esparcir a los creyentes a través de Judea, Samaria y hasta el fin del mundo. Cuando la Iglesia se dejó motivar por factores político-culturales, Dios usó a hombres individuales aquí y allá para extender Su mensaje salvífico. Cada vez que la Iglesia cristiana se ha enorgullecido con soberbia de la gracia de Dios y ha permitido la infiltración de actitudes y conceptos contrarios a las Escrituras en su vida religiosa. Su actitud no debe ser nada menos que la de un arrepentimiento penitente y verdadero. Luego debe volver a aceptar su misión con humildad.

FERNANDO RODRIGUEZ dijo...

CAPITULO III
MISION Y EVANGELISMO COMO UNA UNIDAD:
IMPLICACIONES TEOLOGICAS
El establecimiento de sociedades misioneras fue un caos. Por que las Iglesia emprendieron una especie de competencia denominacional.
El lema del congreso de Misiones UN PUEBLO, UN EVANGELIO, UN OBJETIVO.

Lo más importante que considero de este capitulo es:
El hombre se destruye así mismo al no querer conformarse al propósito para el que fue creado.
Y El evangelio le da una solución a este problema.
La Misión y Evangelismo son una Unidad, la Iglesia puede actuar en el mundo con el Espíritu Santo en su Obra redentora.
Capitulo Iv

La Iglesia y su Misión atravez de la Historia.
1.- Dios ha sido estorbado por el hombre en su Misión
2.- Como han sido utilizados los principios Bíblicos atreves de la historia.
Los periodos que se abarcan son:
Desde Pentecostés hasta el edicto de Milán
Desde el edicto de Milán hasta la primera mitad del siglo XVII
Desde la segunda mitad del siglo XVII hasta 1815
Desde 1815 hasta 1914
Desde 1914 hasta el presente

En conclusión El éxito de la Misión de los últimos 19 siglos y medio se deben a la Gracia soberana de Dios, y el Fracaso se debe a la falta de la dependencia del hombre al Espíritu Santo.

Francisco Naves dijo...

La Iglesia y su misión evangelizadora.

Orlando E. Costas.

Prologo.

Tanto los círculos católicos como protestantes, se ha nombrado muchas veces el resurgimiento y estudio de la doctrina de la Iglesia. No sólo en América Latina sino también en los países de África, Asia y en general las iglesias jóvenes del tercer mundo. Relación los estudios bíblicos durante lasde que las subsiguientes a la Primera Guerra Mundial. Comentarios del fallecido alemán Karl Barth. La unidad de la Iglesia hay que hallarla en su misión, y su misión requiere su unidad esencial y visible. Su propósito será, estudiar la misión cristiana a la luz de la naturaleza y responsabilidad evangélica de la Iglesia y de la problemática de la época actual. Provocar y estimular los cristianos de la actualidad a pensar sobre el alto puesto que ocupa la Iglesia y su misión evangelizadora en él plan de Dios.

Capítulo 1.

La Iglesia y su misión en el nuevo testamento.

Los cuatro Evangelios, que son cuatro interpretaciones de la vida, ministerio y enseñanzas de Jesús, son al fin y al cabo sus enseñanzas sobre la Iglesia y su misión. El reino que Jesús proclamaba era, pues, una serie de relaciones nuevas en las dimensiones vertical y horizontal. Jesucristo usa varias metáforas “manada pequeña” (Lucas 12. 32) “mi madre y mis hermanos” (Lucas 8:02)”los pámpanos” (Juan 15: 5)”una asamblea” (Mateo 16:18)y el “reino que está entre vosotros”(.Lucas 17: 21). El espíritu Santo es esencial en la vida y ministerio de la Iglesia porque es él quien la capacita para servir y testificar eficazmente.
En la epístola de los Efesios, la Iglesia es universal, formada por “los santos infieles en Cristo Jesús” (efe. 1:01). Es el cuerpo de Cristo (efe. 1:23; 2:16; 4:04; 12, 29, 32). La Iglesia es una comunidad sacerdotal, llamada ha dólar activos y servirle en medio de la humanidad. En el antiguo testamento, el sacerdote era el líder litúrgico que representaba al pueblo delante de Dios. En el otro estamento, el ministerio de servicio de la Iglesia se describe en la figura de una mayordomía, éste indica que no pertenecemos a nosotros mismos, sino a Dios. Dependemos de Dios para el sostén de nuestras vidas. Nuestras posiciones y talentos han sido encomendados temporalmente a nuestro uso. La Iglesia necesita entender su mensaje, mantener su identidad y transmitir entre claramente las 1000 tutsis de Dios.

Capítulo ll.

Misión y el ángel mismo: dos lados de la misma moneda.

La confusión entre misión y evangelismo.

Existe una confusión general detrás de estos conceptos, lo que no es nuevo, ya que en Europa y América del Norte “misión” es del nombre que se daba a una obra religiosa entre los pobres, alcohólicos, inmigrantes y grupos minoritarios. Hoy en día parece haber una mayor disposición para secar la interrelación entre misión y evangelismo. El Consejo mundial de evangelismo, celebrado en Berlín occidental, trató de tender un puente entre ambos conceptos, Billy Graham, hizo hincapié en llegar “a un acuerdo con respecto a la responsabilidad misionera y evangelistica de la Iglesia. El programa del Congreso consideró dos suposiciones básicas, la primera fue que el medio principal de evangelizar al mundo es a través de la proclamación verbal de los elementos básicos del Evangelio cristiano. La segunda fue que la manera principal por la cual la Iglesia puede influir a las sociedades a través de la conversión de individuos. La confusión entre misión y evangelismo, se nota claramente en muchas denominaciones e iglesias locales.
Definiciones de misión y evangelismo.

Es el anuncio de la obra redentora de Cristo y sus implicaciones para cada ser humano. De palabra y de hecho. Por misión entendemos el llamamiento de Dios a una presa redentora.

Misión y evangelismo son, pues, dos lados de la misma moneda.

Misión y como aspectos de las relaciones entre Dios y el mundo.

En la Biblia que os se nos presenta como creador y redentor. El mundo, en cada una de sus dimensiones, es pues, producto de la gracia de Dios, él ha desarrollado un plan redentor que tiene su punto céntrico en la encarnación, muerte y resurrección del verbo divino.

Misión y el ángel mismo como aspectos de la realidad funcional de la Iglesia.

Misión y el radicalismo tienen que ver con la Iglesia, y ésta es el pueblo de Dios que está creando en el mundo para la alabanza y manifestación de su gloria (efe. 1:06; 1 Pedro 2: 9-10). La Iglesia es también el cuerpo de Cristo, lo cual es una realidad no sólo espiritual sino también funcional. La realidad funcional de la Iglesia, aquello que es su razón de ser, es su obra misionera, en su llamado, en su razón de ser, que la proclamación del Evangelio a toda criatura.

Capítulo lll.

Misión y evangelismo como una unidad: implicaciones teológicas.

No hay razón de hablar en términos de misiones, sino de misión, que arrojó el movimiento y el pietista y antes con Martín Lutero. Al hablar de emisiones se va perdiendo poco a poco el concepto total de la Iglesia, o sea: su unidad esencial y misionera. Vamos a ser fieles al mensaje bíblico; si queremos aprender de las lecciones del pasado; y si vamos a cumplir, como miembros del cuerpo de Cristo debemos comenzar a pensar en términos de misión en lugar de misiones.

Ese es bien que qué no estamos de acuerdo con esa distinción entre misión y el ángel mismo, ya que misión es solamente el testimonio de la Iglesia local a través de los enviados a las regiones remotas, la única forma en que la Iglesia local puede participar en la misión es enviando misioneros al extranjero. Lo que crea una división y legitima y peligrosa en la naturaleza y alcance de la gran Comisión. Ya que está en lícito el concepto global, es decir: la humanidad en toda las partes de la tierra (Jerusalén, Judea, Samaria y los confines de la tierra).

En algunas partes de América Latina el caso ha sido a la inversa. El movimiento evangelistico se ha caracterizado por su agresividad en el ámbito local. La Iglesia cristiana contemporánea ha de ser obediente a su misión evangelizadora, sin hacer caso así rico o pobre, negro o blanco, etc.
Ayuda tercera implicación, en relación a la naturaleza del hombre, ya que es un ser espiritual y también corporal y social. El Evangelio afecta la dimensión espiritual del hombre porque lo confronta consigo mismo de tal manera que lo obliga a verse en el contexto de su realidad espiritual. Su inseguridad se debe a su falta de auto-conocimiento. Su temor, a la perspectiva horrible de la muerte.

Aunque sigue lleno de aflicciones, ahora contempla el futuro lleno de esperanzas, pues al fin será vestido de incorporación e inmortalidad (1 cor. 15: 53).

Estando alejados de Dios y de su prójimo, a quien una actitud de indiferencia hacia las necesidades y sufrimientos físicos y morales de su medio ambiente. El Evangelio convoca el hombre arrepentirse de su pecado social, a la vez que le ofrece la reconciliación.
“el evangelizo que deja de lado la preocupación social es por naturaleza incompleto y anti estructural, y acaba por ser despreciado (Fenton).

Por ende, si misión y evangelismo son retos de la obra redentora Dios a favor de la humanidad, entonces la iniciativa, la gloria y el poder en la evangelización dependen sola y exclusivamente de Dios. Su obediencia a esa misión y su dependencia de la presencia del espíritu Santo, que son la respuesta en la adoración y gratitud.

Capítulo lV.

La Iglesia y su misión a través de la historia.

El trasfondo histórico misionero reposa en primer lugar, el motivo para la obra misionera, que si no es Dios se verá opacado por motivos de origen humano. En segundo lugar, la historia de la misión de la Iglesia nos ayuda investigar hasta qué punto ha sido reconocidos y ejecutados los principios bíblicos y teológicos de dicha misión, y ver los efe dos del abandono y descuido de esos principios. Nos limitaremos a la fase protestante de la historia.

La Iglesia y su misión evangelizadora desde Pentecostés hasta el edicto de Milán.

Después de 10 días de ayuno y oración, llegando el día del Pentecostés y estando todos unánimes, vino de repente “un estruendo como de viento recio que soplaba, el cual quien no toda la casa donde estaban sentados…y fueron todos llenos del espíritu Santo…” (Hechos 1: 1-4),vinieron algunos judíos curiosos, pero inmediatamente se levantó y predicó mensaje tan poderoso que dejó la multitud curiosa compungida de corazón y preguntándoles a los apóstoles: “barones hermanos, ¿qué haremos?” A lo que Pedro le respondió: “arrepentidos, bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del espíritu Santo” (hechos 2: 38), después que añadieron 3000 creyentes a los 120, y el señor añadía cada día a la Iglesia los que habían de ser salvos (hechos 2:47). Fue de esa manera que el Evangelio comenzó a extenderse por Judea, Samaria y a través de todo el mundo. Fue en el año 313, cuando el cristianismo por editó del emperador Constantino en Milán, se convierte en religión del estado.

En cuanto a los métodos que cesaban para la evangelización, el no testamento y la literatura post apostólica hacen hincapié sobre la proclama verbal, pero forma de diálogo. Se escogía a aquellos que eran los más altos para recibir el mensaje: los judíos y los gentiles que habían sido influidos por el judaísmo.
La Iglesia y su misión evangelizadora desde el edicto de Milán hasta la primera mitad del siglo 17.

En esta época se inicia el ámbito político cultural, en lugar del testimonio espontáneo de creyentes individuales. “La exención del Corpus christianun: atraer gente salvaje e incivilizada a la luz de la cultura cristiana, asimilando los así al imperio cristiano. Esto continuó hasta el siglo 17. Agustín fue enviado a emprender una nueva conquista de Bretaña (la primera había sido la romana). Otro ejemplo de referido patrón misionero los nuevos en la conversación de los sajones bajo la espada de Carlomagno, rey de los francos y emperador del Santo Imperio Romano. En esa forma colectiva o social el cristianismo se extendió a través de todo el mundo. Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg, el cristianismo había llegado en una forma u otra a Europa, parte de Asia y la costa occidental de África y sus respectivas islas, además de las Américas. No están de que el protestantismo hace énfasis individualista, el patrón misionero no tuvo cambio alguno. Las consecuencias fueron: (1) la creación de una cristiandad nominal (2) dejó una mancha o rinde en la obra misionera, la que siempre trató de evitar la agresión y la opresión..

La Iglesia sumisión evangelizadora desde la segunda mitad del siglo 17 hasta 1815.

Juan Arndt, da principio una corriente, que ayer más tarde, despertaría el entusiasmo y la devoción de Felipe Jacobo Spener, quien dio origen al pietismo, en su obra Pia Desideria, publicada en el año 1675. Se hace hincapié sobre la necedad de una reforma espiritual en las iglesias de la reforma, y usa como argumento básico el caso de la mayoría de los pastores cuyas vidas demostraban la falta de una experiencia regeneradora. Éstos desarrollaron un programa misionero completamente independiente de las diversas compañías orientales de las Indias, con un énfasis mucho mayor en el envío directo de creyentes que se sentía en llamados a proclamar el Evangelio en las regiones remotas de la tierra. Se resalta todo un énfasis individualista y hasta anticultural.

En 1910 organizó una conferencia misionera mundial en la ciudad de Edimburgo, donde una gran inquietud de los delegados con respecto a las divisiones existentes en la obra misionera evangélica. Robert M. Brown “el símbolo de la insatisfacción protestante con las divisiones existentes en la preocupación por hallar alguna forma de trascenderlas.

La Iglesia y su misión evangelizadora desde el año 1914 hasta el presente.

Se inicia con la Primera Guerra Mundial, tierras y rumores de guerras, revoluciones, un nacionalismo vigoroso, la decadencia del viejo mundo y la emergencia del nuevo, un aumento excesivo la población mundial, un desarrollo en los armamentos que amenazan la destrucción completa del planeta y una prosperidad económica sin precedente en algunas partes del mundo. Por otro lado una pobreza excesiva en otras. “Era poscristiana”. No todo ha sido negativo en América Latina, algunos países del sureste de Asia, india, en Japón y el África del Sur del Sahara, el evangelio aumentado rápidamente en número y en vitalidad..

El siglo XX la obra misionera no sólo se á ecumenizado sino que también se á internacionalizado. El éxito de la Iglesia y su misión evangelizadora a través de los últimos 19 siglos y medio se ha debido a la gracia soberana de Dios y los fracasos se han debido a la falta de dependencia de la presencia y obra del espíritu Santo.

carlos monjaras m dijo...

CAPÍTULO V LA IGLESIA, LA MISIÓN Y EL MENSAJERO

La Iglesia, hemos dicho, es llamada a servir a Jesucristo en el mundo a través de la proclamación del evangelio.
En el Nuevo Testamento, los portadores de la misión cristiana son denotados ministros de Jesucristo. Un ministro es uno que sirve. Ministro de Jesucristo es, pues, todo aquel que le sirve en la proclamación del evangelio.

Cada cristiano. El ministerio cristiano gira en torno a dos principios teológicos fundamentales. El primero es el sacerdocio del creyente. Este principio, que fue uno de los puntos cardinales de la Reforma Protestante, tiene un doble significado. En primer lugar, quiere decir que cada cristiana, en virtud del sacrificio vicario de Jesucristo sobre la cruz, puede acercarse a Dios personalmente sin mediación de ninguna otra persona. (Heb. 8:10-11). En segundo lugar, quiere decir que por cuento cada creyente es miembro del cuerpo de Cristo, tiene una función, un ministerio y una misión particular que ejecutar. Dicha misión no es distinta a la misión de la Iglesia, sino que está íntimamente vinculada a ésta.

Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros
La idea del ministerio cristiano se encuentra enclavada en el ministerio del Espíritu Santo. En los capítulos 14, 15 y 16 del evangelio de Juan, Jesús anuncia la venida del paracleto divino. Su ministerio será continuar la obra de Cristo a través de la Iglesia.

Mensajeros fuera del ámbito de la iglesia local
Mensajero de Jesucristo es todo aquel que ha sido separado, ordenado o enviado por el Espíritu a desempeñar una tarea especial dentro de la iglesia local, en esta clase de ministerio se puede incluir a los pastores, directores de educación cristiana, pastores especializados en psicología pastoral, administradores eclesiásticos, ejecutivos denominacionales, etc., la función de estos es equipar a cada creyente dentro de la iglesia local para desempeñar su ministerio particular, y ser instrumentos del Espíritu para la elección y el cultivo de los creyentes en ministerios especiales, sean aquellos vinculados a la iglesia local o aquellos llamados a ejercer un ministerio fuera del ámbito de ésta.

CAPÍTULO VI LA MISIÓN EN UNA ERA POSTCRISTIANA
A. EL POSTCRISTIANISMO: ¿PROGRESO O RETORCESO?
Es claro, que la “cultura cristiana” que el movimiento misionero transmitió a otros pueblos fue la moldeada por la nación o el grupo étnico que hizo la obra misionera. Consecuentemente, la clase de cultura cristiana que los españoles transmitieron al nuevo mundo es muy distinta a la clase de cultura que fue transmitida por el mundo anglosajón.
Vivimos en una era postcristiana porque la cultura moderna está perdiendo gradualmente los distintivos de aquel cristianismo que le dio existencia y que lsa ha moldeado. No importa desde qué perspectiva se vea, si desde la perspectiva nacional o internacional, el cristianismo hace mucho tiempo que ha dejado de ser coexistente con nuestra cultura. Vivimos en una era postcristiana porque el cristianismo se ha hundido en la religiosidad… Religiosidad es la apostasía del cristianismo, de la misma manera que nuestra cultura actual es una negación del cristianismo. Y vivimos en una era postcristiana porque la tolerancia se ha convertido en sincretismo religioso: una mezcla de creencias y actitudes sin contenido y sin carácter.
Características del postcristianismo
En primer lugar, el postcristianismo se caracteriza por una filosofía tecnológica. La tecnología es la aplicación práctica de la ciencia. En contraste con la ciencia pura, la tecnología es pragmática. No se preocupa por conceptos ni teorías abstractas, sino con asuntos prácticos y materiales.
La teología del mundo postcristiano principia y finaliza con el hombre. Es una teología que exalta la grandeza del ser humano.
Una filosofía tecnológica, agregada a una teología antropocéntrica equivale a una ética profana. Profano es todo aquello que no tiene nada de sagrado, y, por lo tanto, todo lo de carácter mundano o terrenal. Lo dicho significa que el sistema ético que ha sido aceptado por la mayoría de nuestros contemporáneos es un sistema relativo determinado por valores netamente mundanos; un sistema en el cual no hay lugar para Dios y sus preceptos morales; un sistema subjetivista, determinado por los deseos, la razón o los caprichos del hombre.

Características del precristianismo
Al referirnos, pues, a la era precristiana, necesitamos tener presentes las limitaciones geográficas, demográficas y culturales del medio ambiente en que ésta se desarrolló.
En contraste con la era actual, que, como hemos dicho, se caracteriza por una filosofía tecnológica, la era precristiana se desarrolla en un mundo primitivo, con una mentalidad mitológica.
La mitología estaba íntimamente vinculada a la astrología: una pseudo-ciencia desarrollada por los caldeos que procuraba predecir el futuro por el movimiento de los planetas. La mitología está íntimamente ligada a la idolatría y esta a una teología antropocéntrica. La interrelación entre la mitología y la idolatría se pone de manifiesto en el hecho de que en la mitología se habla de las fuerzas sobrenaturales como potencias mundanas. Es esta la razón por la cual la Biblia prohíbe terminantemente el uso de imágenes en la adoración de Dios; porque Dios es trascendente, totalmente otro, y una imagen suya no es sino una proyección de la personalidad humana y, por lo tanto, un acto de endiosamiento.
En el mundo precristiano la ética naturalista toma diversas formas. Tenemos, por ejemplo, la versión epicúrea y cirenaica que abogaba por el placer del momento como sumo bien. La epicúrea ponía énfasis sobre la búsqueda del placer como meta de largo plazo
La inconsistencia del hombre de la era precristiana se puede comparar con la diferencia entre el mundo de fantasía de los niños y las realidades del entorno en que habitan.
Concluimos que la era postcristiana marca un movimiento progresista en cuanto a su modo de mirar al mundo y en cuanto a la consistencia que ha desarrollado entre lo que afirma creer y lo que practica. Al adoptar la premisa teológica del paganismo de la eras precristiana, el hombre moderno se ha deshecho del primitivismo científico del anterior, dando consistencia filosófica y ética a su premisa teológica. Todo lo cual tiene serias repercusiones para la misión cristiana

FERNANDO RODRIGUEZ dijo...

CAPITULO V
La Iglesia, La Misión y el Mensajero
La Iglesia es llamada a servir a Cristo en el mundo a través de la proclamación del evangelio.
Los portadores de la misión en el nuevo testamento son los Ministros de Jesucristo. Un Ministro es uno que sirve esto es Proclamar el Evangelio.

Cada cristiano
Cada cristiano es un sacerdote viviente
Apóstoles Profetas, evangelistas, Pastores y Maestros
Mensajero de Jesucristo es todo aquel que ha sido separado, ordenado o enviado por el Espíritu a desempeñar una tarea especial dentro de la iglesia local, en esta clase de ministerio se puede incluir a los pastores, directores de educación cristiana, pastores especializados en psicología pastoral, administradores eclesiásticos, ejecutivos denominacionales, etc., la función de estos es equipar a cada creyente dentro de la iglesia local para desempeñar su ministerio particular, y ser instrumentos del Espíritu para la elección y el cultivo de los creyentes.
CAPÍTULO VI LA MISIÓN EN UNA ERA POSTCRISTIANA
A. EL POSTCRISTIANISMO: ¿PROGRESO O RETORCESO?
La “cultura cristiana” que el movimiento misionero transmitió a otros pueblos fue la moldeada por la nación o el grupo étnico que hizo la obra misionera.
La cultura legada de los españoles es muy distinta que la dejada por los Sajones.
Sin embargo surge una pregunta quienes eran más humanos.
El cristianismo hace mucho tiempo que ha dejado de ser coexistente con nuestra cultura. Vivimos en una era pos cristiana porque el cristianismo se ha hundido en la religiosidad… Religiosidad es la apostasía del cristianismo, de la misma manera que nuestra cultura actual es una negación del cristianismo. Y vivimos en una era pos cristiana porque la tolerancia se ha convertido en sincretismo religioso: una mezcla de creencias y actitudes sin contenido y sin carácter.
Una filosofía tecnológica, agregada a una teología antropocéntrica equivale a una ética profana. Considerando profano lo que esta lejos de Dios Profano es todo aquello que no tiene nada de sagrado y para el mundial es sagrado. Lo dicho significa que el sistema ético que ha sido aceptado por la mayoría de nuestros contemporáneos es un sistema fuera del contexto de Dios netamente mundano; un sistema en el cual no hay lugar para Dios y sus preceptos morales; un sistema subjetivista, determinado la estupidez y los caprichos del hombre.
La mitología estaba íntimamente vinculada a la astrología: una pseudo-ciencia desarrollada por los caldeos que procuraba predecir el futuro por el movimiento de los planetas. La mitología está íntimamente ligada a la idolatría y esta a una teología antropocéntrica Es esta la razón por la cual la Dios prohíbe terminantemente el uso de imágenes en la adoración de Dios;
En el mundo pre cristiano la ética naturalista toma diversas formas. Tenemos, por ejemplo, la versión epicúrea y cirenaica buscan como meta el placer humano Concluimos que la era pos cristiana marca un movimiento progresista en cuanto a su modo de mirar al mundo y en cuanto a la consistencia que ha desarrollado entre lo que afirma creer y lo que practica. El Hombre tiene que voltear sus ojos al cielo y poner de manifiesto que solo con nuestro señor Jesucristo podemos ser agentes de cambio en una sociedad disque pensante que establece sus propias reglas morales como si esto fuera una moda.

omar martinez dijo...

V
L A IGLESIA, LA MISIÓN Y EL MENSAJERO

La iglesia es llamada a servir a Jesucristo en el mundo a través de la proclamación del evangelio. Dios tiene la iniciativa en la obra misionera.
Cada cristiano. Dos principios teológicos fundamentales:
1. Sacerdocio del creyente: a) cada cristiano puede acercarse a Dios personalmente. b) Cada creyente es miembro del cuerpo de Cristo, tiene una función, un ministerio, y una misión en particular que ejecutar, distinta a la misión de la iglesia.
El cristiano no solo es llamado a anunciar el evangelio verbalmente, sino a vivirlo; demostrando ese amor amando al prójimo.
2. El ministerio del Espíritu Santo, continuar la obra de Cristo a través de la iglesia. Ha dado a la iglesia ciertos recursos para el cumplimiento de su misión. Los apóstoles eran mensajeros especiales a quienes Cristo había enviado a establecer la iglesia. En el Antiguo Testamento, el profeta era un llamado a anunciar el mensaje de Dios. En el Nuevo Testamento, el profeta es un creyente quien el Espíritu da el don de la palabra divina.
3. Pablo menciona a los evangelistas como otro de los dones que el Espíritu ha dado a la iglesia; es aquel dotado especialmente para anunciar las buenas nuevas. Su ministerio no está limitado a un lugar específico, sino que abarca todo lugar donde haya necesidad del evangelio. Los pastores son llamados a desempeñar un ministerio de cuidado espiritual en una localidad específica. Los maestros, son hombres y mujeres dotados por el Espíritu para instruir en la fe cristiana. El maestro explica.
Tres clases de ministros o mensajeros:
1. Aquellos que son llamados a dar testimonio del evangelio en cada esfera del trabajo diario y en todas las fases de la experiencia humana.
2. Más específico, mensajero que ha sido separado, ordenado o enviado por el Espíritu a desempeñar una tarea especial dentro de la iglesia local; pastores, especializados, administradores eclesiásticos, etc. La función, equipar a cada creyente dentro de la iglesia local.
3. mensajeros, son enviados a desempeñar una tarea especial fuera del ámbito de la iglesia local; evangelistas, misioneros, maestros de Seminario, etc., llamados a ministrar fuera del ámbito de la iglesia local.

VI
LA MISIÓN EN UNA ERA POSTCRISTIANA
A. EL POSTCRISTIANISMO: ¿PROGRESO O RETROCESO?

Características del postcristianismo: 1. Se caracteriza por una filosofía tecnológica, es la aplicación práctica de la ciencia.
La teología del postcristiano principia y finaliza con el hombre; exalta la grandeza del ser humano. En el mundo precristiano la ética naturalista toma diversas formas, epicúrea y cirenaica; escéptica y racional.
La diferencia entre la era postcristiana y la era precristiana está en la consistencia de la una en contraste con la inconsecuencia de la otra.

VII
LA MISIÓN EN UNA ERA POSTCRISTIANA
B. AVIVAMIENTO E INNOVACIÓN

El hombre de la era postcristiana, no ha podido resolver su dilema histórico. No sólo se nota en la tendencia perpetua a dominar, oprimir y hasta destruir a su prójimo, sino especialmente en sus ansiedades internas. La mayor ansiedad el hombre moderno es el vacío que siente como resultado de una vida que carece de propósito. Se siente perdido, como un buque que naufraga en medio de una tempestad.
La solución perenne del dilema del hombre, enseña la Escritura, está en el evangelio de Jesucristo. Para la ansiedad de culpa el evangelio ofrece el perdón de los pecados. Además ofrece llenar el vacío en el interior del hombre postcristiano. Enseña que el hombre es criatura de Dios, creado a su imagen, con un propósito divino y un destino eterno.
El evangelio tiene una palabra de esperanza para el hombre; está enclavada en la resurrección de Cristo y, por lo tanto, constituye una nota de consolación ante la amenaza de la muerte.
El espíritu Santo es el elemento más importante en la evangelización porque es la presencia de Dios en el mundo, el vicario de Cristo en la Iglesia y la dinámica divina en la vida de cada creyente.
El fracaso de la iglesia contemporánea es que ha dejado de depender de la persona y obra del Espíritu Santo.
La oración es el acercamiento humano a Dios en busca de su compañerismo. Es a través de la oración que la iglesia manifiesta su dependencia de la persona y obra del Espíritu Santo, y confesar su debilidad. La iglesia necesita perseverar en la oración porque necesita hacer que su tarea sea compatible con la obra del Espíritu Santo.
El redescubrimiento de la unidad es una necesidad que la iglesia contemporánea no puede descuidar, si es que ha de alcanzar al mundo con el evangelio.
La movilización de toda iglesia es, no sólo una necesidad teológica, sino también práctica. La movilización de cada creyente implica una revolución en la estrategia misionera actual.
La renovación de la metodología misionera de la iglesia es necesaria porque ésta ha perdido su punto de contacto con las masas, sino también porque ha descartado la metodología de la iglesia primitiva.
La iglesia tiene que cambiar radicalmente su programación y estilo evangelístico, si es que ha de afectar la vida del hombre tecnopolitano.
El evangelismo personal debe caracterizarse por presencia, es aun más cierto que debe estar permeado de sensibilidad. El predicador necesita entenderse a sí mismo, de tal manera que sus manerismos no contradigan su mensaje.
La iglesia local debe proclamar el evangelio a través d la acción social.

Francisco Naves dijo...

Capituló V

La Iglesia, la misión y el mensajero.

La Iglesia es llamada a servir a Jesucristo a través de la proclamación del Evangelio.

El nuevo testamento los portavoces de la misión son llamados ministros de Jesucristo.

Cada cristiano.

El ministerio cristiano gira en torno a los principios teológicos fundamentales. El primero es el sacerdocio del cliente. 1) cada cristiano puede acercarse a Dios personalmente sin mediación de ningún otra persona. 2) cada creyente es miembro del cuerpo de Cristo, tiene una función, un ministerio y una misión particular que ejecutar.

Apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros.

En segundo lugar, la idea del ministerio cristiano se encuentra enclavada en el ministerio del espíritu Santo. “Los apóstoles pertenecen a la infancia de la Iglesia y soldados a esta para dar testimonio especial. Ellos no representan un elemento permanente en la vida de Iglesia excepto en el testimonio que dejaron atrás, el cual ha sido preservado por la escritura”. (León Morris) la palabra “apóstol” quiere decir enviado, embajador o mensajero.

En tercer lugar, Pablo menciona a los evangelistas como tú los dones que él espíritu ha dado a la Iglesia. El evangelices aquel dotado especialmente para anunciar las buenas nuevas. Entras que ésta es responsabilidad de cada miembro de la Iglesia, haya algunos que son separados y capacitados especialmente para desempeñar esta ralea particular. El espíritu es soberano, y pragmático en los recursos que pone a disposición de ley les paga su obra misionera.

Mensajeros fuera del ámbito de la Iglesia local.

Como hemos dicho, la raíz etimológica de la palabra apóstol es equivalente a misionero, o sea: un mensajero, enviado o embajador. Podemos distinguir tres clases de misioneros o mensajeros: (1) aquellos que son llamados a dar testimonio del Evangelio en cada esferas del trabajo diario y en toda las fases de la experiencia humana. (2) mensajero de Jesucristo es todo aquel que ha sido separado, ordenado o enviado por el espíritu ha desempeñado una tarea especial dentro de la Iglesia local. Se incluye a los pastores, directores de educación cristiana, pastores especializados en psicología pastoral, administradores eclesiásticos, ejecutivos denomina nacionales, etc. (3) son aquellos son enviados a desempeñar una tarea especial fuera del ámbito de la Iglesia local. En este grupo se puede incluir a los evangelistas, misioneros, los capellanes institucionales y los profesores de seminario. La misión de la Iglesia no response la única de una casta selecta de especialistas, sino de cada uno de sus integrantes, no importa con pobre, con débil o cual ignorante sea.

Capítulo VI.

La misión en una era post cristiana.

A. El post cristianismo: ¿progreso o retroceso?

Esta categoría de nuestro siglo se ha ganado por la descristanización. La filosofía que gobernó la obra misionera desde Constantino hasta la segunda mitad del siglo 17, fue sustituida por el protestantismo por el movimiento pietista, que se caracterizó por trasmitir la cultura a través de individuos y utilizando el principio voluntario; además se apeló a la conversión y transformación de personas individuales (bautismos individuales y no en masa). “Vivimos en una era post cristiana porque la cultura moderna está perdiendo gradualmente los distintivos de aquel cristianismo que le dio existencia y que la ha moldeado… Vivimos en una era post cristiana porque el cristianismo se ha hundido en la religiosidad…que es la apostasía del cristianismo, de la misma manera que nuestra cultura actual es una negación del cristianismo. Hemos llegado al punto de no saber retirar lo que es el cristianismo”. (Vahanian).sigue diciendo: la nuestra es una era post cristiana, pero sigue siendo religiosa. Y vivimos en una era post cristiana porque la tolerancia se ha convertido en sincretismo religioso: una mezcla de creencias y actitudes sin contenido y sin carácter.

Características del post cristianismo.

En primer lugar, se caracteriza por una filosofía tecnológica. En contraste con la ciencia pura, la tecnología es pragmática. No se preocupa por conceptos ni teorías abstractas, sino con asuntos prácticos y materiales. Se interesa por todo lo que produce resultado y procura probar una idea, no en forma más práctica, sino a través de experimentos concretos. El hombre del siglo XX es un ser “tecnopolítano” (Cox). Profano estuvo aquello que no tiene nada de sagrado, un sistema de conducta no basado en ideas y supuestos religiosos, sino en realidades mundanas y terrenales. Lo dicho significa que el sistema ético que ha sido aceptado por María del sus contemporáneos es un sistema relativo, determinado por valores netamente mundanos, un sistema del cual no hay lugar para Dios y sus preceptos morales; un sistema subjetivismo, determinado por los deseos, la razón o los caprichos del hombre.

Características del precristianismo.

No nos referimos a la época a. C., sino a los primeros 300 años de historia cristiana, período en que el cristianismo carece de prestigio político que obtuvo una vez que se convirtió en religión del imperio. Aquella región era el hogar de mucho menos de la mitad de la humanidad civilizada. Culturalmente presentó una gran variedad, pero en general era dominada por dos tradiciones: la de Grecia y Roma. Al oriente estaba Mesopotamia y Pérez. Amo sin predios hicieron sus contribuciones al mundo greco romano, más eran muy distintos de punto durante los siglos del imperio romano y persa fueron rivales acérrimos, con Mesopotamia, escenario donde las civilizaciones más antiguas, como terreno disputado, que quedaba generalmente en poder de Persia. Más lejos estaba y, y aún más lejana la China. La india ejerció sólo una débil influencia sobre Grecia y Roma, y la China aún más débil todavía. (Latourette). Los dioses asumen un carácter antropomórfico. Esto revela un intento consciente de parte del hombre por deificarse asimismo. Es ésta la razón por la cual la Biblia prohíbe terminantemente el uso de imágenes en la adoración de Dios. La deificación del hombre, o “el culto a la criatura” (romanos 1: 25), tan característico del mundo greco romano, halla su máxima expresión en el culto al entregador, comenzando con augusto, el emperador romano fue reconocido como encarnación de la divinidad. Se erigieron estatuas de cada uno de los emperadores y se instituyeron ceremonias en su honor. Monedas con su imagen fueron impresas, y hasta alguno de los meses del año fueron denominados con el nombre de alguno de los emperadores más destacados (julio en honor a Julio César y agosto en honor a Augusto César). La inconsistencia ética del hombre del mundo pre cristiano está en que él aboga por un naturalismo ético no son los dioses, que como hemos dicho gran proyecciones de la personalidad humana, quienes determinan la conducta, sino las necesidades impuestas por el mundo natural. Es bien o el mal están condicionados por la naturaleza. En cuanto a su conducta exterior, el hombre se ve a sí mismo como un animal que tiene que someterse a la firmeza inflexible del orden natural. Luego pierde el optimismo de su teología que tiene como base principal la deificación de si mismo. Es decir, su conducta contradice su creencia porque le revela la potencia que sufre ante la realidad del mundo natural.

Contraste y similitud entre el pos cristianismo y el precristianismo.

La diferencia está en la consistencia de una y la inconsistencia de la otra. En ambas el hombre se ve a sí mismo como su propio dios. Con determinación y con habilidad étnica ca vista, el hombre de su siglo se ha propuesto no sólo conquistar su mundo inmediato, sino también el espacio desconocido. Es así que su conducta no está determinada por el orden natural sino por su razón, sus deseos y hasta por sus caprichos. ¡Ahora no sólo se siente que es dios, sino que actúa como dios!


Capituló VII.

La misión en una era post cristiana.

B. Avivamiento e innovación.

El dilema histórico del hombre.

¿Habrá realmente madurado el hombre sin físico cuando a la misma vez que procura descubrir un remedio para el cáncer buscó un medio de destrucción del mundo?
La excelencia educacional ha beneficiado a la humanidad. Pero la educación, como la ciencia, no podido hacer madurar al hombre. Lo que más perturba es el hecho de que las peores guerras de la historia han sido enviadas por las naciones educadas y civilizadas. (L. Ford). “Ese permanente malestar… Subyace a la complacencia superficial de la mentalidad humana” (Donald Baillie). “Puede ser que el hombre moderno pretenda no preocuparse con la muerte… Puede ser que trate de justificarse a sí mismo y el sentido de culpa…pero muchas veces está preparado para reconocer que está perdido el sentido de que está extraviados, sin objetivo y vacío”. (L.Ford).

Las soluciones del dilema del hombre: el Evangelio

La solución perenne del dilema del hombre, en señal escritura, está en el Evangelio de Jesucristo. Este es palabra viva y eficaz que habrá cada ansiedad el hombre. La Iglesia cristiana hizo tanto un acto en el mundo greco romano porque predico un mensaje apropiado al problema de las masas: un mensaje de esperanza y perdón para una época desesperanzada, llena de culpa y carentes de propósito y sentido. (¿No está pasando lo mismo en estos días?). “luego de 15 años de estudio y práctica psicológica como ministro de Iglesia cristiana, espero no parecer presuntuoso al afirmar que producir tan caso tras caso en los que la aceptación de la idea del perdón de los pecados ha resuelto los conflictos de la mente humana, llevando a la desaparición completa de síntomas físicos incapacitantes” (L. Weatherheard).

La necesidad de una proclamación fiel y autoritativa.

Para que el Evangelio pueda resolver el dilema de las masas contemporáneas, necesita ser proclamado con autoridad y fidelidad. “Un Cristo que sólo sirven de muleta para el estropeado” (L Ford), sino en la proclamación de un Cristo que es… Señor sobre la muerte… El pecado.. La culpa…(y) la insatisfacción… Y sólo cuando los hombres de su señorío total, su demanda sobre toda la vida, pueden comprender su penitencia como El Salvador (de sus vidas).

Dependencia en la persona y obra del espíritu Santo.

El espíritu Santo es el elemento más importante en la evangelización porque la presencia de Dios en el mundo, el Vicario de Cristo en Iglesia (Juan 14: 26)y la dinámica divina en la vida de cada creyente (Col. 1:27). El fracaso de la iglesia contemporánea está en parte en que ha dejado de depender de la persona y obra del espíritu Santo. Ha dejado que el dinero determinen la extensión de su actividad evangelistica. Ha dependido más de la psicología de las masas y de la psicología de la motivación, en la formación de su estrategia misionera, que en la dirección del espíritu Santo. Su visión ha sido opacada por el pesimismo de los tiempos, rechazando así la documentación optimista que el espíritu da en escritura y sobre la situación humana. Se necesita renacer la palabra antigua que vino de Zorobabel: “no con ejército, ni con fuerza, sino con el espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac. 4:06).

Perseverancia en la oración.

La oración es el acercamiento humano adiós en busca de su compañerismo. Su favor, su ayuda y su aprobación.. Hay en la oración un principio de debilidad, flaqueza y dependencia. El que ahora, ora porque si es de la incapacidad de cubrir sus necesidades, porque reconoce que su “socorro viene de Jehová” (sal. 121: 2). En su debilidad pide la ayuda del espíritu, el que intercede por ella con gemidos invisibles (romanos 8:26) y hace posible la manifestación del poder de Dios en su programación. El fracaso de la Iglesia del siglo XX no se debe por lo tanto, a los avances del valor con, sino a su frialdad espiritual, y esa frialdad e indiferencia haya en parte su raíz en la falta de oración. Es por ello que la posibilidad de un despertar miento espiritual en nuestra generación depende de la renovación espiritual de la Iglesia.

Unidad de la Iglesia.

La era os cristiana ha impuesto sobre la Iglesia la necesidad de redescubrir su unidad esencial. Esta unidad está enclavada en su realidad espiritual como cuerpo de Cristo. Si como creyentes hemos de hacer un pacto evangélico en las masas contemporáneas, es menester que demos testimonio de la unidad del cuerpo de Cristo.

La penetración del mensaje angélico en cada fase de la vida moderna.

El propósito de la sal es penetrar la carne para preservarla. La función de la luz es penetrar la oscuridad. El único uso que le pueda a las llaves es el de penetrar en las rotura. El PAN no tiene ningún valor hacia que no penetran el cuerpo. El agua penetra en la corteza dura de la tierra. La levadura de letra en la masa para hacerla subir. El fuego continúa (abriendo) abrirá que alcanza nuevo aceite, y la mejor forma de apagarlo es conteniendolo.el método la penetración es esta cirrosis a través de los testimonio vamos a todo el mundo, inclusive a tales instituciones como el gobierno y la ley, el comercio, el hogar y el mundo académico.

La movilización y de cada crisis.

La Iglesia necesita ser movilizada para dar testimonio en toda las esferas del trabajo diario y en toda las fases de despedí inicia humana. Esta movilización es sin embargo, no son una necesidad teológica, sino también prácticas. Esta movilización implica una revolución en la estrategia misionera actual, que embiste a sus integrantes en la hora de ministerio.

Renovación metodológica.

Se necesita la renovación de la metodología evangélica, ya que está perdido su punto de contacto con las masas, además ha descartado la metodología de la Iglesia primitiva, que tuvo tanto éxito con el paganismo de la época preconstantina. Al hablar de renovación metodológica nos referimos específicamente a la restauración de la metodología evangelistica bíblica. Esta tiene tres aspectos, caracterizados por tres palabras griegas neo testamentarios: koinonia, diakonia y kerygma. La primera significa compañerismo, la segunda describe la práctica de los creyentes de dar testimonio del Evangelio ayunando, sosteniendo, sirviendo y compartiendo con los desafortunados las bendiciones materiales que Dios les había dado; y la tercera palabra es el anuncio verbal de Evangelio. La metodología bíblica tiene implicaciones importantes para la misión de la Iglesia en la era post cristiana. En primer lugar, la metodología bíblica contradice la noción de que la comunión y el servicio son meros frutos del Evangelio. En segundo lugar, la metodología van tenística bíblica nos obliga a reconocer la importancia de la comunicación no-verbal. Que es vivir el Evangelio no sólo hablarlo
“mucha gente en nuestro mundo fracasa hoy para clase de religión.. Para alcanzar los…(no debíamos de comenzar predicándoles)…sino sentándonos y descubriendo cómo marchan las cosas y cómo les podemos ayudar…(Ford)
El la Iglesia local, el debe hacerse a través de la proclamación verbal participatoria, la comunión y la acción social. Debe haber diálogo evangelisticos en lugar de monólogos. Debe haber preguntas y respuestas. Ello requiere, por supuesto, una revolución homilrtica, ya que la predicación tendría que verse no como una construcción retórica, sino como un evento dinámico que envuelve al predicador y a la congregación en un diálogo, en un momento asistencial. La Iglesia local puede crear diferentes clases de grupos pequeños que fomenten el amor y el compañerismo (la cédula de oración, grupos de discusión informal y la clase bíblica) es importante que el producto final llegue a ser una comunión íntima, celeste sismo derribó y eficaz del poder amoroso del Evangelio.
La Iglesia local debe proclamar el Evangelio a través de la acción social, tiene la responsabilidad de desarrollar programas de acción social, tales como clases de alfabetización, proyectos agrónomos, si se encuentra ubicada en una zona rural, o cooperativas de consumo y crédito, si se encuentra en la zona urbana, células sindicales, grupos estudiantiles y hasta protestas públicas, cuando la injusticia y la corrupción pública no puedan ser él y minadas a través de los medios legales. La campaña moderna no debe limitarse a una mera proclama verbal, sino que debe procurar mostrar el Evangelio a través de actividades específicas de camaradería cristiana y acción social. Otros esfuerzos masivos de evangelización, tales como la literatura, la radio, la televisión y la cinematografía necesitará ser también una aplicación innovadora e imaginativa de la metodología crítica. La verdad del caso es que la Iglesia no tiene otra alternativa que la de aplicar en forma imaginativa e innovadora la metodología bíblica, no sólo en sus esfuerzos masivos sino en toda sus faenas. De lo contrario se encontrará con la pared de la indiferencia religiosa que tan hábilmente ha sido construida por los promotores del paganismo moderno.

Epílogo.

A través de éste es tu tío hemos procurado entender los rasgos principales de la Iglesia y su misión evangelizadora. Con este fin hemos enfocado nuestra atención en cuatro dimensiones fundamentales: la bíblica, la teológica, la histórica y la práctica. Misión y evangelismo, son dos caras de la misma moneda. Se analizó la misión cristiana a la luz de aquellos sobre quienes recae la responsabilidad de llevarla a cabo, la cultura post cristiana del mundo occidental y la estrategia que esta demanda. Se analizaron los elementos esenciales de esta misión, gestando así su vocal y estimular a los cristianos de la actualidad a pensar su bravo por tumbar y las limitaciones que hay en el mundo de hoy para el cumplimiento de la gran Comisión del gusto señor. Está, no es hora para descansar en la comodidad, ni para vivir en la despreocupación espiritual. Esta es hora de orar y velar, de reflexionar y actuar. ¡Amén!

carlos monjaras m dijo...

Capítulo VII La misión en una era postcristiana

El dilema histórico del hombre
La excelencia educacional ha beneficiado a la humanidad. Pero la educación, como la ciencia, no ha podido hacer madurar al hombre. Lo que más perturba es el hecho de que las peores guerras de la historia han sido peleadas por las naciones educadas y civilizadas.
El dilema del hombre no sólo se nota en la tendencia perpetua a dominar, oprimir y hasta destruir a su prójimo, sino especialmente en sus ansiedades internas. La ansiedad es un estado emocional crónico y complejo caracterizado por el temor.
La ansiedad de la muerte en el hombre tecnopolitano se refleja en el estado de desesperación en que transcurre su vida cotidiana. Se nota, por ejemplo, en los grandes centros urbanos del mundo, especialmente en las grandes metrópolis occidentales: Londres, París, Roma, Nueva York, Los Ángeles, Chicago, México, Caracas, Sao Paulo, y Buenos Aires, una movilización constante. Todo se hace a la ligera: se viaja de prisa, se trabaja de prisa, se duerme y se come de prisa, se viste de prisa, se habla de prisa. En la vida, de acuerdo al hombre contemporáneo, hay que aprovecharse de todo porque es muy corta, pero no solo es corta, sino violenta. De un momento a otro esa vida (la única que conoce) puede serle arrebatada para siempre
Quizás la mayor ansiedad del hombre moderno es el vacío que siente como resultado de una vida que carece de propósito. Su sexito tecnológico ha hecho más aguda la soledad de su alma. Ante la sombra del espacio inmenso, los grandes rascacielos y la magnitud de las computadoras electrónicas, se ve tan pequeño que se siente inmensamente solo.

La solución del dilema del hombre: el evangelio
La solución perenne del dilema del hombre, enseña la Escritura, está en el evangelio de Jesucristo. Este es palabra viva y eficaz que habla a cada ansiedad del hombre. La iglesia cristiana hizo tanto impacto en Edmundo grecorromano porque predicó un mensaje apropiado al problema de las masas: un mensaje de esperanza y perdón para una época desesperanzada, llena de culpa y carente de propósito y sentido.
El evangelio ofrece, además, llenar el vacío en el interior del hombre postcristiano. El evangelio presenta a Jesucristo como el segundo Adán, que revela lo que el hombre no es, lo que se debe de ser y lo que puede ser. El evangelio enseña que el hombre es criatura de Dios, creado a Su imagen, con un propósito divino y un destino eterno. Su orgullo y vanagloria, sin embargo, no sólo le han descarriado de su propósito, sino que han deteriorado su distintivo espiritual.
Pero en Jesucristo puede recobrar ese elemento distintivo y hallar satisfacción interior, ya que El, como mediador entre Dios y el hombre, es el puente reconciliador a través del cual la humanidad perdida puede cruzar la cima de enemistad y hostilidad que por tanto tiempo la ha mantenido alejada de la fuente de la vida, que es Dios.

La necesidad de una proclamación fiel y autoritativa
Para que el evangelio pueda resolver el dilema de las masas contemporáneas, sin embargo, necesita ser proclamado con autoridad y fidelidad. Una de las debilidades más grandes de la Iglesia de hoy es la actitud apologética o el complejo de inferioridad y pequeñez que refleja su predicación. La iglesia necesita cambiar de actitud, es hoy. Porque, como ha dicho Leighton Ford, la pertinencia moderna no puede estar en la presentación de un Cristo que sólo “sirve de muleta para el estropeado”, sino en la proclamación de un Cristo que es… Señor sobre la muerte… el pecado… la culpa… (y) la insatisfacción. recordando que no es el temor de que Cristo sea en el fondo incongruente lo que hace a los hombres apartarse de El, sino el reconocimiento de que El es demasiado contemporáneo, exigente e inquietante. Y sólo cuando los hombres ven Su señorío total, su demanda sobre toda la vida, pueden comprender Su pertinencia como el salvador (de sus vidas).

Dependencia en la persona y obra del Espíritu Santo
Hemos dicho que la evangelización depende sola y exclusivamente de la iniciativa y el poder de Dios, que actúa en el mundo a través de su Espíritu. El Espíritu Santo es el elemento más importante en la evangelización porque es la presencia de Dios en el mundo, el vicario de Cristo en la Iglesia (Juan 14:26) y la dinámica divina en la vida de cada creyente (Col. 1:27).
El fracaso de la Iglesia contemporánea está en parte en que ha dejado de depender de la persona y obra del Espíritu Santo. Influenciada por el orgullo de la época, la Iglesia de hoy ha dependido más en recursos efímeros y humanos que en los recursos del Espíritu.
Para que la Iglesia contemporánea cumpla efectivamente su misión, necesita oír de nuevo la palabra antigua que vino a Zorobabel: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac. 4:6). Solamente creyendo esa palabra divina podrá la Iglesia decirle al monte de orgullo y vanagloria que ha formado el hombre tecnopolitano: “redúcete a llanura”, como lo hicieron Zorobabel y sus compañeros con el monte de oposición que habían levantado los samaritanos en los días de la reconstrucción del templo judío.

Perseverancia en la oración
Es a través de la oración que la Iglesia manifiesta su dependencia de la persona y obra del Espíritu Santo. En la oración la Iglesia confiesa su debilidad e insuficiencia para cumplir efectivamente su misión evangelizadora. En su debilidad pide la ayuda del Espíritu, el que intercede por ella con gemidos indecibles (Rom. 8:26) y hace posible la manifestación del poder de Dios en su proclamación.
Quizás la impotencia espiritual de la Iglesia contemporánea se debe en parte a la ausencia de la oración en su vida corporal. Como ha dejado de depender de la persona y obra del Espíritu Santo, ha dejado también de perseverar en la oración. Así, no ha crecido en fe y se ha llenado de pesimismo e incredulidad.
El fracaso de la Iglesia en el siglo XX no se debe, por lo tanto, a los avances tecnológicos, sino a su frialdad espiritual, y esa frialdad e indiferencia halla en parte su raíz en la falta de oración.

La unidad de la Iglesia
En tercer lugar, la era postcristiana ha impuesto sobre la Iglesia la necesidad de redescubrir su unidad esencial. El redescubrimiento de esa unidad es una necesidad que la Iglesia contemporánea no puede descuidar, si es que ha de alcanzar a su mundo con el evangelio.
Para que la proclamación verbal pueda alcanzar ese fin, el predicador necesita entenderse a sí mismo, de tal manera que sus manierismo no contradigan su mensaje. Además, el predicador necesita conocer el contexto social, intelectual y psicológico de su congregación, de tal menara que pueda usar ilustraciones y temas que logren captar el interés de la misma. El testimonio del compañerismo se puede llevar a cabo en la iglesia local a través de la organización de grupos pequeños que fomenten el amor y la camaradería cristiana. La iglesia local puede crear diferentes clases de grupos pequeños que fomenten el amor y el compañerismo. Entre estos figuran la célula de oración, el grupo de discusión informal y la clase bíblica. Lo importante es que el producto final llegue a ser una comunión íntima, que dé testimonio vivo y eficaz del poder amoroso del evangelio.

Renovación metodológica
La misión cristiana en el siglo XX exige de la Iglesia fidelidad a la proclamación del evangelio, una reorganización de sus relaciones con Dios, consigo misma y con el mundo y un cambio de estrategia. La estrategia que la cultura postcristiana requiere de la Iglesia involucra la penetración del evangelio en cada estructura (geográfica y social) del mundo secular, la movilización de cada uno de sus miembros y la renovación de su metodología evangelística.
Ahora bien, si la Santa Cena, que es el símbolo más alto de la comunión o el compañerismo cristiano, es un acto de proclamación evangélica, luego cada acto de compañerismo, cada demostración pública de amor cristiano, constituye un testimonio vivo de la realidad del evangelio.
Además del testimonio del compañerismo, el Nuevo Testamento habla de la proclama del servicio. La palabra diakonía describe la práctica de los creyentes primitivos de dar testimonio del evangelio ayudando, sosteniendo, sirviendo y compartiendo con los desafortunados las bendiciones materiales que Dios les había dado.
La Iglesia tiene que cambiar radicalmente su programación y estilo evangelistico, si es que ha de afectar la vida del hombre tecnopolitano. Su contacto diario con el mundo secular requiere más acción y menos habla. El testimonio personal de cada creyente deberá caracterizarse por la presencia y la sensibilidad.
El creyente individual no debe conformarse con ayudar a su prójimo y participar en sus dolores, sino que debe de ser suficientemente sensible como para reconocer y aprovechar el momento oportuno para la explicación verbal del evangelio. Porque si todo lo que se hace es demostrar el evangelio sin explicarlo, comete el error inverso al de sus antepasados, que quisieron predicar el evangelio sin antes demostrarlo.
En la iglesia local, el evangelismo debe hacerse a través de la proclamación verbal participatoria, la comunión y la acción social. Por ejemplo, el púlpito, que tradicionalmente ha sido el vehículo principal de la comunicación verbal, debe proyectarse en diálogos evangelísticos en vez de monólogos. Es decir el sermón debe de captar la imaginación y el interés de todos los miembros de las congregación, de tal manera que se sientan envueltos en el asunto y respondan, si no en voz alta, sí mentalmente, con preguntas y respuestas.
La realidad funcional de ésta, que no es nada menos que su misión evangelizadora, hace necesario la manifestación visible de su unidad esencial. Es decir: la Iglesia no puede evangelizar al mundo entre tanto esté fragmentada. Si en verdad es el cuerpo de Cristo, tiene que actuar como un cuerpo. De no ser así se contradice a sí misma y causa un escándalo ante el mundo inconverso.

eleazzar gonzalez garcia dijo...

CAPITULO VII
LA MISION EN UNA ERA POSTCRISTIANA

El hombre de la era postcristiana, pese a su coherencia filosófica y ética, no ha podido resolver su dilema histórico. El dilema del hombre no sólo se nota en la tendencia perpetua a dominar, oprimir y hasta destruir a su prójimo, sino especialmente en sus ansiedades internas. El hombre de hogaño, como el del antaño, sufre de tres ansiedades básicas: la muerte, la culpa y la falta de propósito en la vida. Todo se hace a la ligera, se viaja de prisa, se trabaja de prisa, se duerme de prisa, se viste de prisa, se habla de prisa y se come de prisa. En la vida, de acuerdo al hombre contemporáneo, hay que aprovecharse de todo porque es muy corta. Quizás la mayor ansiedad del hombre moderno es el vacío que siente como resultado de una vida que carece de propósito. No en balde Eric From, el psiquiatra alemán, lamenta que en el siglo XX ha producido “hombres que actúan como máquinas y máquinas que actúan como hombres”.

La solución del dilema del hombre: el Evangelio.
La solución para siempre del dilema del hombre, enseña la Escritura, está en el evangelio de Jesucristo. Este es palabra viva y eficaz que habla a cada ansiedad del hombre. El evangelio puede tener el mismo impacto en el mundo del siglo veinte que tuvo en los primeros trescientos años después de Cristo. Ejemplo, para la ansiedad de culpa el evangelio ofrece el perdón de los pecados. El evangelio ofrece además, llenar el vacío en el interior del hombre postcristiano. El evangelio presenta a Jesucristo como el segundo Adán, que revela lo que el hombre no es, lo que debe de ser y lo que puede ser. Es en Dios quien el hombre puede hallar verdadera satisfacción. La esperanza que el evangelio anuncia está enclavada en la resurrección de Cristo.

Dependencia en la persona y obra del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es el elemento más importante en la evangelización porque es la presencia de Dios en el mundo.

Perseverancia en la oración.
La oración es el acercamiento humano a Dios en busca de Su compañerismo, Su favor, Su ayuda y Su aprobación. Hay en la oración un principio de debilidad, flaqueza y dependencia. Es a través de la oración que la Iglesia manifiesta su dependencia de la persona y obra del Espíritu Santo. En la oración la Iglesia confiesa su debilidad e insuficiencia para cumplir efectivamente su misión evangelizadora. En su debilidad pide la ayuda del Espíritu, el que intercede por ella con gemidos indecibles.
Quizás la impotencia espiritual de la Iglesia contemporánea se debe en parte a la ausencia de la oración en su vida corporal. Como ha dejado de depender de la persona y obra del Espíritu Santo, ha dejado también de perseverar en la oración.
La unidad esencial de la Iglesia está enclavada en su realidad espiritual como cuerpo de Cristo. L a Iglesia no puede evangelizar al mundo entre tanto esté fragmentada. Si en verdad es el cuerpo de Cristo, tiene que actuar como un cuerpo. La Iglesia es llamada, no a apartarse del mundo, sino a infiltrarse en cada esquina, en cada estructura, en cada institución y en cada frontera del mundo.
La movilización de cada creyente implica una revolución en la estrategia misionera actual. La iglesia del siglo XX, necesita reconocer que no podrá penetrar en el evangelio en las diversas estructuras sociales del mundo secular hasta tanto no enliste a sus integrantes en la obra del ministerio.
La palabra koinonía, significa asociación, comunión, compañerismo, relación íntima, generosidad, sentimiento mutuo, altruismo, participación.
La palabra diakonía describe la práctica de los creyentes primitivos de dar testimonio del evangelio ayudando, sosteniendo, sirviendo y compartiendo con los desafortunados las bendiciones materiales que Dios les ha dado. En una época en la que más de la mitad del mundo sufre de mala nutrición, mientras el resto goza de abundancia de pan.
El nuevo Testamento habla de la proclamación kerigmática, o sea: el anuncio verbal del evangelio. Sin el Kerigmática, la koinonía y la diaconía carecen de sentido, porque es la proclamación verbal la que explica el significado evangélico del amor demostrado en la camaradería cristiana o en el servicio social.
La metodología evangelística bíblica tiene implicaciones importantes para la misión de la Iglesia en la era postcristiana. En primer lugar, la metodología bíblica contradice la noción de que la comunión y el servicio son meros frutos del evangelio. En segundo lugar, la metodología evangelística bíblica nos obliga a reconocer la importancia de la comunicación no verbal. El hecho de que en el Nuevo Testamento hace tanto hincapié sobre la importancia de no sólo hablar del evangelio sino vivirlo.
En la Iglesia local, el evangelismo debe hacerse a través de la proclamación verbal participatoria, la comunión y la acción social. En tercer lugar la Iglesia local debe proclamar el evangelio a través de la acción social. Como hemos dicho, la Iglesia no puede limitarse a dar un testimonio comunal, ni verbal, sino que tiene que batallar en contra de las injusticias, el vicio, la corrupción. La metodología evangelística bíblica necesita ser aplicada en forma innovadora.

EPILOGO
A través de este estudio se ha procurado entender los rasgos principales de la Iglesia y su misión que es el evangelismo. se ha notado que desde el punto de vista teológico, es imposible hacer una división entre la misión y la obra evangelística de la Iglesia, por que misión y evangelismo son dos lados de la misma moneda. se hizo un breve análisis de la misión cristiana a través de la historia, concluyendo con la aplicación práctica de la enseñanza Bíblica. Así que ahora se dará una conclusión a este estudio reconociendo que su fin no fue el de elaborar un análisis exhaustivo sobre la misión cristiana. Si no el de provocar y estimular a los cristianos a pensar sobre las oportunidades y limitaciones con respecto a la gran comisión. El cristiano actual, no puede darse el lujo de dejar de preocuparse sobre este mundo el cual Dios ha puesto sobre su responsabilidad.